Trump cambia de rumbo su presidencia con una vieja fórmula: ‘paz a través de la fuerza’

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Trump cambia de rumbo su presidencia con una vieja fórmula: ‘paz a través de la fuerza’

Este domingo, cuando los aviones estadounidenses que lanzaron las bombas sobre Irán todavía no habían regresado a su país, la Casa Blanca trataba de imponer su mensaje sobre la nueva situación a la que se enfrenta el mundo, con la primera potencia implicada otra vez en una guerra en Oriente Próximo: «La búsqueda de paz a través de la fuerza del presidente Trump en Irán», rezaba un comunicado de la oficina del presidente de EE.UU., que resumía las intervenciones en los medios de comunicación de sus dos cargos más altos en política exterior –el vicepresidente, JD Vance , y el secretario de Estado, Marco Rubio– para defender esa visión.«Creemos que la forma en la que se consigue la paz es a través de la fuerza», dijo Vance en la cadena NBC. «No puedes quedarte sentado, permitir que los iraníes consigan un arma nuclear y esperar que eso lleve a la paz», añadió. Algo similar defendió el jefe de la diplomacia estadounidense: «Esto es muy simple. El presidente quiere resolver esto de forma diplomática y pacífica», dijo Rubio en CBS. «Él les dio una oportunidad de hacerlo. Lo que ocurra después depende del régimen», añadió sobre los iraníes.Noticia Relacionada estandar Si Rusia y China exigen una resolución de alto el fuego en el Consejo de Seguridad de la ONU Javier Ansorena «Corremos el riesgo de descender a un agujero de represalias y más represalias. La paz no se puede imponer, se debe elegir», advirtió Antonio Guterres«La disuasión estadounidense ha vuelto», celebró el secretario de Defensa, Pete Hegseth, cuando dio los detalles del ataque a las tres instalaciones nucleares de Irán. «Cuando este presidente hable, el mundo debería escuchar», añadió.El concepto de ‘paz a través de la fuerza’ es tan viejo como el propio EE.UU. «Si deseamos asegurar la paz, uno de los más poderosos instrumentos de nuestra creciente prosperidad, se debe saber que estamos en todo momento listos para la guerra», proclamó su líder revolucionario y primer presidente, George Washington, en 1793. En esta era, la postura se asocia sobre todo con el otro gran presidente republicano del último medio siglo, Ronald Reagan, frente a la amenaza soviética.La versión de Trump de ‘paz a través de la fuerza’ la ha definido su gran socio –pese a todas las desavenencias en los últimos meses– en Oriente Próximo, Benjamin Netanyahu. «Primero viene la fuerza, después viene la paz» , explicó el primer ministro de Israel en cuanto se produjeron los ataques estadounidenses contra su archienemigo. «Esta noche Trump ha actuado con mucha fuerza».Es pronto para anticipar las consecuencias de la decisión militar de Trump. Los elementos que las decidirán son el impacto en el programa nuclear iraní de los bombardeos tanto israelíes como estadounidenses, todavía no definido (Trump defendió que las instalaciones quedaron «completamente destruidas», las autoridades iraníes aseguran que no todo está perdido). Y, sobre todo, el alcance de la respuesta militar iraní contra EE.UU. –podría ser limitada, para salvar el expediente, o más ambiciosa y peligrosa– y hasta dónde llegará la escalada bélica. Trump ha advertido que cualquier represalia de Irán será contestada «con una fuerza mucho mayor».Lo que sí es seguro es que la orden de ataque de Trump define su presidencia y marca una nueva forma de encarar la política exterior. Es una apuesta con gran riesgo político y geoestratégico, que puede marcar su futuro como presidente y disparar la inestabilidad a nivel global. Pero que también tiene el potencial de cambiar un ‘statu quo’ en Oriente Próximo que ninguno de sus antecesores había sido capaz de atajar.Desde la revolución islámica de 1979 el Irán de los ayatolás ha sido una fuente de conflictos y terrorismo en la región y más allá que EE.UU. no ha sabido resolver. La apuesta de Trump es la más audaz y arriesgada hasta el momento para resolverla.Parte del riesgo político para Trump tiene que ver con sus propias bases, donde hasta ahora él se ha alineado con la línea aislacionista del ‘America First’, ‘EE.UU. primero’. Las críticas a la intervención han llegado de algunos de sus mayores aliados, desde Tucker Carlson, expresentador estrella de Fox News y una de las personalidades mediáticas con más influencias en el ‘trumpismo’, a Steve Bannon, el ideólogo populista de su ascenso al poder en 2016. Pero también congresistas leales como Marjorie Taylor Greene, que este domingo se desmarcó con un mensaje largo y feroz en la red social X. «Estoy asqueada con ello», dijo sobre las innumerables guerras en las que EE.UU. se ha implicado en las últimas décadas, la política intervencionista que Trump también criticó y hacia la que ahora se ha inclinado. «Estoy asqueada de financiar ayuda al extranjero y países extranjeros y todo extranjero», protestó. «Puedo decir sin problema que apoyo el derecho del Israel armado nuclearmente a defenderse pero también puedo decir que no quiero pelear ni financiar las guerras del Israel armado nuclearmente».Es evidente que a Trump le preocupa el impacto que la intervención puede tener en su electorado. Uno de los pocos mensajes que ha compartido tras los ataques han sido para asegurar que los republicanos están «más unidos que nunca» y para atizar a los díscolos, como otro diputado, Thomas Massie.El presidente sabe que su decisión puede tener costes: en la campaña del año pasado alardeó por no haber entrado en guerra en su primer mandato y prometió acabar «con el caos en Oriente Próximo». En la jura de cargo, prometió ser un presidente «pacificador», lo que quería la mayoría de sus votantes, cansados de tanta guerra, desde Irak a Afganistán, desde Siria a Ucrania, y ha iniciado una nueva contra Irán.Por eso, sus alusiones a la paz son constantes desde la operación militar contra las instalaciones nucleares. «Ahora es el momento de la paz», dijo en cuanto acabaron los ataques. «EE.UU. no está en guerra contra Irán, está en guerra contra su programa nuclear», ha defendido Vance, uno de los que tiene que hacer equilibrios para encajar su aislacionismo con la nueva política del presidente.El ataque ha provocado condenas abundantes de los demócratas, como era de esperar. Pero también un apoyo mayoritario de los republicanos . Y un respaldo desde algunos medios y opinadores que han sido muy críticos con el presidente. ‘Trump está a la altura del momento’, reza el titular del editorial de ‘The Wall Street Journal’, que celebra la nueva postura de la política exterior de EE.UU., que celebra un cambio después de que anteriores presidentes –las «líneas rojas» de Barack Obama, el «no lo hagáis» de Joe Biden a los hutíes– no cumplieran con sus amenazas de parar los pies a Irán o sus afiliados.«Los ‘obamanianos’ de la izquierda, y últimamente de la derecha, aconsejaron que el mundo tiene que inclinarse ante la intimidación de Irán», sostiene el editorial. «Lo mejor a lo que podíamos aspirar era un acuerdo endeble que habría sobornado a Irán con miles de millones de dólares y que habría dejado abierto su camino a la bomba. Estaban equivocados y ahora el mundo es más seguro».Pero también hay firmas como la de David Frum, muy duro con Trump, que ha reconocido en ‘The Atlantic’, una de las revistas progresistas de mayor prestigio, que la decisión de Trump «era necesaria». O, en el mismo medio, la de Eliot Cohen, que recordó el aforismo de Henry Kissinger: «¿Por qué la gente equivocada hace las cosas acertadas?».El desarrollo de la crisis con Irán será, de forma última, el árbitro de la decisión de Trump. Pero esta política de ‘paz a través de la fuerza’ abre nuevas vetas: ¿Hará lo mismo Trump con Ucrania? Como candidato, prometió acabar la guerra «en 24 horas». Como presidente, ha mostrado ante todo debilidad con la Rusia de Vladimir Putin. El precedente del ataque a Irán le acompañará en el resto de su presidencia.

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