Una pequeña guerra espléndida

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Una pequeña guerra espléndida

Tras las diez semanas de 1898 en las que España y Estados Unidos estuvieron en guerra, el embajador John Hay escribió una carta a su amigo y futuro presidente Theodore Roosevelt. En el mensaje desde Londres, el diplomático calificó las hostilidades –por las que Washington se hizo con el control de Cuba, Puerto Rico, Guam y las Filipinas– como una «pequeña guerra espléndida». En referencia a que con un mínimo esfuerzo militar se puedan obtener toda clase de objetivos políticos de manera rápida y sencilla.Al bombardear tres objetivos del programa nuclear de Irán , el presidente Trump se ha embarcado en su propia ‘splendid little war’. El problema es que en esa parte del mundo, donde la historia de muchos países no es más que una larga cronología de conflictos encadenados, no existen guerritas chulas con victorias instantáneas. Allí, los soldados nunca están de vuelta para Navidades ni sus líderes se atreven a posar delante de cartelones de ‘Misión Cumplida’. Noticia Relacionada estandar Si La gran maniobra de Trump: cómo prometió paz y preparó la guerra David Alandete El presidente activó en secreto un bombardeo masivo contra Irán del que sí avisó a NetanyahuPese a sus promesas de aislacionismo, el hiperbólico Trump se ha dejado llevar por su enfermizo oportunismo. Con tal de anotarse un mérito que no le corresponde, se ha creído la peligrosa falacia de que es posible ganar con un solo bombardeo la guerra planteada por Netanyahu muy por encima de las posibilidades de Israel. En esa escalada, no solamente ha renegado de sus propios servicios de inteligencia sino que ha ignorado su propia retórica contra las guerras eternas de sus antecesores.En su irresponsabilidad, Trump también ha asumido como propias la idea de cambio de régimen y la falacia de exportar democracia como si fuera Coca-Cola. Aspiraciones que tras la ofensiva terrorista del 11-S fracasaron tanto en Afganistán como en Irak. Esta intervención supone ignorar la advertencia del general Colin Powell a Bush hijo sobre las caóticas consecuencias de acabar por la fuerza con Sadam Husein: «Si lo rompes, te lo quedas».Se supone que la saga de MAGA empezó en 2016 como un eslogan electoral hasta convertirse en una ideología, compartida por muchos votantes y políticos tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Pero al final, el trumpismo no es nada más que lo que diga Trump en función del día que tenga. No pinta nada bien cuando Steve Bannon pasa estos días por ser la voz de la razón en Washington.

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