Si hubo un tiempo en que el PSOE andaluz era una máquina de ganar elecciones y nadie en el panorama nacional le tosía, ahora ese tiempo forma parte del pasado porque la formación atraviesa su peor momento. Con las encuestas por los suelos, cercados por la corrupción, con algunos destacados miembros de la formación pidiendo elecciones ya y una candidata a la Junta de Andalucía que ni quería serlo ni se prodiga mucho por Andalucía. Y para colmo, ya desde dentro, desde el propio grupo parlamentario en Andalucía, su portavoz adjunto, Rafael Recio, reconoce (aunque luego se vea obligado a rectificar o a matizar sus palabras) que ni ellos ponen la mano en el fuego por Pedro Sánchez después de que dos de sus más estrechos colaboradores tanto en el partido como en el gobierno (Santos Cerdán y el ex ministro José Luis Ábalos) estén acorralados judicialmente.El panorama no está para apoyos cerrados de líderes a los que la corrupción rodea por todos los flancos. El sumario de caso Koldo no sólo ha sacudido al PSOE federal sino que pone contra las cuerdas a la organización en Andalucía ya que las ramificaciones se extienden prácticamente por todas las provincias. Emblemáticas obras andaluzas como el AVE entre Almería y Murcia, el puente del Centenario o el desdoble de la N-IV en el tramo Dos Hermanas-Los Palacios son algunas de las infraestructuras en la lupa de la investigación de la UCO y la supuesta mordida.Pero además las ramificaciones andaluzas también ponen contra las cuerdas a uno de los principales cargos que le quedan a los socialistas en la comunidad, el delegado del Gobierno en Andalucía. Porque Pedro Fernández queda en una delicada situación después de que uno de sus ex asesores, Antonio Fernández Méndez, ‘Toño’, de la localidad granadina de Baza sea uno de los empresarios investigados y a los que la UCO hizo registros en las empresas de Huétor Vega, Peligros y Baza.Los ‘enanos’ siguen creciendo en las filas de los socialistas andaluces. Ahora la comisión de investigación sobre el caso Koldo del Senado ha citado a tres andaluces: Juan Francisco Serrano, Gaspar Zarrías y Ana María Fuentes. El primero es diputado en el Congreso por Jaén y fue número dos de Santos Cerdán en la secretaría de Organización del PSOE, mientras que el también jiennense Gaspar Zarrías fue consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía y secretario de Política Municipal del PSOE federal. Zarrías es un viejo conocido de la política autonómica que paso de ser conocido como el ‘virrey de Andalucía’ porque movía los hilos de los socialistas andaluces a ser condenado por el mayor escándalo de corrupción autonómico, el caso ERE, a inhabilitación por prevaricación. Ahora aunque lleve años fuera de la política su nombre vuelve a estar vinculado a la corrupción en el sumario del caso Koldo ya que tuvo a sueldo a Leire Díaz, la denominada ‘fontanera’ del PSOE.En cuanto a la tercera, Ana María Fuentes, de Ronda, es gerente del PSOE y una de las cuatro personas que ha asumido provisionalmente las funciones de la Secretaría de Organización del partido tras la dimisión de Santos Cerdán.Candidata a palosCon ese panorama de corrupción cercando a las filas socialistas es más que lógico que la candidata socialista a la Junta, María Jesús Montero, esté casi desaparecida del panorama autonómico. La vicepresidenta primera del Gobierno y por tanto número dos de Pedro Sánchez fue enviada a Andalucía en contra de su propia voluntad , según su entorno. Como le ocurriera ya hace años al expresidente Manuel Chaves, que fue nombrado «candidato a palos» según las crónicas de la época. A aquel la jugada no le salió mal dado que estuvo casi veinte años como presidente andaluz. Montero, con las encuestas a su contra, lo tiene más difícil para emular la trayectoria de Chaves. Desde hace unas semanas Montero cada vez se prodiga menos y cuando lo hace es para lanzarse a la confrontación pura y dura con la Junta de Andalucía, con cuyo gobierno las relaciones no atraviesan su mejor momento. En la cámara autonómica el mensaje de los socialistas, a través de su portavoz María Márquez, es el del ataque directo a Juanma Moreno . En el último cara a cara con el presidente andaluz, prácticamente a la misma hora del cese de Santos Cerdán, Márquez no pudo hace otra cosa que pasar a la ofensiva más cruda sacando a relucir hasta a Franco. Mientras eso ocurre Montero tiene un papel difícil de justificar. Porque ahora se niega a la reforma del modelo de financiación autonómica que reclamaba cuando era consejera de la Junta. O porque es la número dos de un gobierno que no para de agraviar a Andalucía. El reparto de menores inmigrantes, el dinero para sostener la dependencia o la creación de nuevas plazas judiciales son algunos de los ejemplos de agravios que sufre Andalucía frente a otras comunidades como Cataluña que salen ganando. Una situación difícil de defender cuando se quiere presidir la Junta de Andalucía. Y ello hay que unir que ahora su papel a nivel nacional está francamente aminorado en la toma de decisiones frente a la fuerza de otras federaciones como la catalana. El comité federal de los socialistas iba a celebrarse en Sevilla. Ya no. Y mientras eso ocurre Pedro Sánchez da cada vez más protagonismo al catalán Salvador Illa.En lo que respecta a la posición electoral no pueden tenerlo más crudo. El PSOE, que tuvo su peor resultado electoral histórico en los últimos comicios autonómicos cuando se quedó en 30 escaños con respecto a los 33 que había obtenido Susana Díaz, atraviesa el momento más bajo ya que según las encuestas siguen en caída libre frente a la holgada mayoría absoluta del PP de Juanma Moreno . El último sondeo publicado por ABC, el barómetro de GAD3 reflejaba que el PSOE de María Jesús Montero no logra remontar y obtendría un resultado casi calcado al de los anteriores comicios. Si se cumplen esas expectativas sacaría un 24,2 por ciento de los votos con entre 24 y 28 escaños frente a los 30 que tiene ahora. Una situación difícil de remontar cuando uno de los referentes del socialismo español y andaluz, Alfonso Guerra , también cree que debe haber elecciones o que el PSOE está ahora en manos de «bandidos y macarras».

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