La Administración de Donald Trump junto con el Gobierno de Florida está construyendo un centro de detención de inmigrantes en el preligroso parque nacional de los Everglades con el nombre ‘Alligator Alcatraz’. Rodeados de incontables caimanes y sierpientes de pitón, hasta 5.000 extranjeros indocumentados vivirán en pequeñas cabinas prefabricadas en un aeródromo abandonado, tal y como se aprecia en imágenes distribuidas por la cadena de televisión estadounidense NBC. Así se erigirá este nuevo capítulo de la política de deportaciones de inmigrantes indocumentados , en el corazón de un parque natural de 6.000 kilómetros cuadrados de manglares, imponentes marismas y «ríos de hierba», donde miles de «extranjeros criminales» aguardarán al momento de ser expulsados, en palabras del fiscal general de Florida, James Uthmeier. Él es el impulsor principal del complejo y lo ha bautizado en referencia a la famosa cárcel de San Francisco, Alcatraz , y la especie autóctona de caimanes de los Everglades, el ‘alligator’. Noticia Relacionada estandar No Una ley de 1798 para tiempos de guerra contra la «invasión» de indocumentados Javier AnsorenaLa principal ventaja de construir un centro de este tipo en un paraje inhóspito es que la seguridad en el recinto será mínima. El aeropuerto, de 78 kilómetros cuadrados, «presenta una oportunidad eficiente y de bajo coste para construir un centro de detención temporal, porque no hace falta invertir tanto en el perímetro», ha dicho Uthmeier en un vídeo en X montado a partir de secuencias de la zona y fragmentos de detenciones de inmigrantes. «No hay ningún sitio adonde ir, ningún sitio donde esconderse», añadió sobre unas instalaciones que prevé que podrían estar en funcionamiento en un plazo de 30 a 60 días.Desde el regreso del empresario multimillonario a la Casa Blanca en enero, su Administración ha pedido a las autoridades locales que ayuden al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a aumentar las detenciones de inmigrantes indocumentados, una de sus grandes líneas políticas de esta legislatura. El gran estado del sureste de EE.UU. gobernado por el republicano Ron DeSantis presume de colaborar estrechamente en la aplicación de las leyes de inmigración. Tan es así, que la CNN ha avanzado que De Santis está planificando abrir un segundo centro de detención en unas instalaciones de entrenamiento de la Guardia Nacional, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Jacksonville.Críticas al proyecto«No se resuelve la inmigración haciendo desaparecer a la gente en tiendas custodiadas por caimanes», ha protestado un antiguo portavoz del Departamento de Seguridad Nacional en el periódico ‘Miami herlad’. «Se debe resolver con un procesamiento legal, una infraestructura humana y una política real, no montando un truco de 450 millones de dólares en plena temporada de huracanes».«Convertir los Everglades en un campo de detención de migrantes financiado por los contribuyentes es una mezcla grotesca de crueldad y teatro político», añade.Noticia Relacionada Protestas contra las redadas migratorias estandar Si La Guardia Nacional comienza su despliegue en Los Ángeles y el Pentágono amenaza con enviar a los Marines David Alandete Trump tiene en los altercados una oportunidad política para mostrar mano duraEl plan continúa levantando ampollas entre los críticos con la política de mano dura contra la inmigración de Trump, que recientemente desató protestas en varias ciudades estadounidenses, que llevaron al despliegue de la Guardia Nacional, una medida muy controversial que ayudó a sofocar manifestaciones multitudinarias que tuvieron lugar durante varios días seguidos en Los Ángeles.El proyecto también es controvertido por su impacto ambiental en un ecosistema subtropical que alberga más de 2.000 especies de animales y plantas y es escenario de costosos programas de conservación y rehabilitación.Los Amigos de los Everglades, un grupo sin ánimo de lucro instrumental en ayudar a preservar y proteger los humedales, ha criticado el proyecto en una carta al gobernador DeSantis, diciendo que la construcción del centro «plantea un riesgo inaceptable e innecesario para los humedales», recoge AFP.

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