Jorge Sanz Oliva (Madrid, 1965) es uno de los principales expertos en economía de la energía de España . Formado en la Universidad Complutense y la London School of Economics, es economista del Estado. Iba para experto en política monetaria y finanzas, cuando se le cruzó la energía. Fue director general de Política Energética y Minas entre 2004 y 2009, durante la presidencia de Rodríguez Zapatero, pero también fue el encargado de encabezar la Comisión de Expertos para la Transición Ecológica en el Gobierno de Mariano Rajoy. Actualmente, desempeña el cargo de director en NERA Economic Consulting.— ¿Qué pasó el día del apagón en España?— Con los informes que se han publicado tenemos bastante información. Básicamente, coincide con lo que apuntaban la mayor parte de los expertos el día después del apagón. Lo que se nos dice es que el origen fue un exceso de tensión en la red de transporte. Previamente, se habían producido unas perturbaciones en la red y el Operador del Sistema –Red Eléctrica– intentó amortiguarlas tomando una serie de decisiones que, fatalmente, contribuyeron a incrementar la tensión. Y, fatalmente, también, se había adoptado un mix tecnológico para funcionar ese día que estaba desequilibrado: había demasiada energía no síncrona, en concreto demasiada solar fotovoltaica y eólica, y muy poca energía síncrona, es decir, nuclear, hidráulica y gas natural. Entonces, ese desequilibrio fue crítico porque, ante la sobretensión, hay un límite a partir del cual, tanto los consumidores como las centrales de generación se desconectan por motivos de protección para evitar que se estropeen las turbinas, los paneles, y eso fue lo que ocurrió.— El informe del Gobierno también apunta a las empresas generadoras.— Es verdad, sugiere que podrían haber incumplido la regulación sobre control de tensión, pero lo cierto es que no se nos dice quiénes son y tampoco se nos informa sobre el orden de magnitud de los incumplimientos; es decir, si se les pide un nivel de 100 y dan 99, están incumpliendo, pero no es lo mismo que si les pide 100 y dan sólo 50. Entonces, echo en falta en ese informe que se indique quiénes son los responsables, porque esto está generando rumores acerca de quiénes son sin que puedan defenderse, y cuál fue el orden de magnitud de los incumplimientos.— Hay una discrepancia severa entre el informe del Gobierno y el de Red Eléctrica, una empresa controlada por el Estado.— Efectivamente, el informe de Red Eléctrica básicamente va orientado a trasladar la responsabilidad a otros, a pesar de que el informe del Gobierno es absolutamente claro: faltaba generación síncrona para el control de tensión y el responsable del control de la tensión es Red Eléctrica. Entonces, funcionar con un mix de generación síncrona al nivel mínimo es arriesgado, porque el argumento de Red Eléctrica es que las empresas privadas incumplieron, pero quien supervisa el cumplimiento del control de tensión es Red Eléctrica. Ante la posibilidad de que haya incumplimientos lo que Red Eléctrica tiene que hacer es poner en marcha más centrales de generación síncronas, de manera que si alguna incumple, tenga suficiente capacidad despachada y funcionando como para resolver los problemas de sobretensión.— Eso es curioso. Precisamente el día anterior al apagón, una central síncrona se había declarado indisponible y Red Eléctrica, en vez de sustituirla, decidió seguir adelante.— Ese tema es crítico. Lo dice el informe del Gobierno: inicialmente se despacharon diez centrales para dar energía síncrona, tres nucleares y siete ciclos combinados; y de los ciclos, hubo uno que se declaró indisponible. Sabemos cuál es porque Red Eléctrica publica la lista de indisponibilidades y, como conocemos la hora en la que se declaró indisponible, sabemos que fue la central de San Roque 2, que está en Cádiz. Eso significa que, al no sustituirla, dejaron toda la zona de Andalucía, que es precisamente donde se produjo la sobretensión, con un solo ciclo combinado dando control de tensión. Eso fue crítico porque explica por qué no se controló la tensión en la zona de Andalucía.— ¿Qué piensa de la ‘tesis del experimento’ que ha surgido en la prensa británica pero que muchos en España también consideran?— La tesis del experimento consiste en pensar que Red Eléctrica estaba aplicando mínimos de energía síncrona para maximizar la asíncrona, con el fin de publicar que se había alcanzado un nuevo récord en la generación renovable en España. Hay argumentos que ayudan a que esta tesis sea verosímil. La principal es que Red Eléctrica ya llevaba varios anuncios de que había batido récords de máximos de renovables en el sistema. La misión de Red Eléctrica no es hacer publicidad de registros máximos de renovables, eso lo puede hacer el Gobierno porque eso es hacer política. Red Eléctrica no está para hacer política, está para garantizar el suministro. El hecho de que se haya dedicado a hacer esos anuncios contribuye a alimentar la hipótesis de que hubo un experimento.— ¿Hay algún otro indicio?— El segundo indicio surge de mi experiencia como director general de Política Energética. Mi relación con los técnicos de Red Eléctrica me llevaba siempre a la misma conclusión: son muy profesionales, pero eran tremendamente conservadores en el sentido de que no querían asumir ningún riesgo, porque la garantía del suministro era, para ellos, lo primordial. Entonces, ¿qué explicaría que los técnicos dejaran de ser conservadores? Pues que se estuvieran utilizando criterios políticos a la hora de decidir los mixes de generación. Por lo tanto, a mí me parece una tesis verosímil.— ¿La recuperación del sistema ha sido «una obra de arte», como dice la presidenta de Red Eléctrica?— En el sistema eléctrico, la oferta ha de ser exactamente igual a la demanda en cada instante de tiempo. Por ello, recuperar un sistema desde un apagón total es un ejercicio de enorme complejidad técnica. Es cierto que se logró en un plazo de tiempo relativamente corto teniendo en cuenta su complejidad. Pero fue una labor que no dependió solo de REE, sino que fue gracias a la ayuda de los operadores de los sistemas portugués, francés y marroquí, de los generadores con capacidad de arrancar sin suministro, y de las empresas generadoras. En cualquier caso, no hay datos para saber si realmente cabe calificarlo como «obra de arte» o si se podía haber en un tiempo menor. Dicho esto, no deja de resultar desconcertante que la presidenta de REE centrara su intervención en los medios de comunicación en esto. Al fin y al cabo, si no se hubiese producido el apagón debido previsiblemente a que REE no fue capaz de controlar las fluctuaciones en la tensión, no habría sido necesario recuperar el suministro.— ¿Qué desafíos plantea la integración masiva de renovables para la estabilidad del sistema eléctrico?— Las energías renovables son necesarias para hacer frente al cambio climático. Pero presentan dos desafíos: el económico y el de garantizar el suministro. A pesar de que la eólica y la fotovoltaica han reducido drásticamente sus costes, si seguimos instalando generación y no crece la demanda de electricidad, muchas instalaciones se encontrarán con precios de mercado iguales a cero (o negativos) en las horas en las que hay mucha renovable, como ya está empezando a ocurrir. Eso hace que los titulares de las instalaciones no puedan recuperar sus inversiones. La solución pasa por hacer crecer la demanda de electricidad (resolviendo previamente los problemas de conexión a las redes), sustituyendo consumo de gas en hogares e industrias por consumo de electricidad. Con una mayor demanda de electricidad, es posible descarbonizar incrementando la presencia de renovables eléctricas, sin afectar al bolsillo del consumidor. En segundo lugar, la integración de las renovables en el sistema eléctrico exige un mix de generación equilibrado, que cuente con la energía síncrona y con la inercia necesarias para controlar la tensión y la frecuencia en las redes. A día de hoy, la forma más barata de conseguirlo es utilizando las instalaciones hidráulicas, nucleares y de gas que ya existen.— ¿Debemos cerrar las nucleares como está programado?— Por lo mismo que estaba diciendo, no es buena idea que se cierren las nucleares. La no extensión de su vida útil nos encarecerá el coste de la electricidad (porque gran parte de la energía nuclear será sustituida por gas natural), nos incrementará las emisiones de gases de efecto invernadero y nos reducirá la energía firme disponible en las puntas de demanda (con el consiguiente impacto negativo sobre la seguridad de suministro). España siempre ha sido un país serio en la gestión de estas instalaciones y nunca hemos tenido incidentes reseñables. Por tanto, no hay motivos de interés general para cerrar estas centrales. Si el Gobierno las cierra (asfixiando sus márgenes operativos con impuestos) es porque prima el interés político (los votos) por encima del interés general.—El Gobierno dice que son los privados los que las quieren cerrar.— Esa afirmación resulta engañosa, porque el motivo por el cual se van a cerrar es por los impuestos y tasas que les impiden ser rentables. — Si tuviera que tomar una sola medida urgente para reforzar el sistema eléctrico español, ¿cuál sería?— Si tuviera en mi mano elegir una sola medida urgente, lo primero que haría seria acometer una reforma de la fiscalidad energética, tal como ya propuso la Comisión de Expertos para la Transición Energética que tuve el honor de presidir. Esta reforma de la fiscalidad estaría orientada a reflejar los costes medioambientales que impone cada fuente de energía y recaudar lo necesario sin distorsionar las decisiones de los consumidores. Una reforma fiscal medioambiental es una medida estructural que impulsaría definitivamente la electrificación de la economía y, por tanto, contribuiría significativamente a la lucha contra el cambio climático. Su principal opositor es el Ministerio de Hacienda, a quien no le preocupa el cambio climático sino alcanzar sus objetivos de recaudación cambiando lo mínimo posible las figuras impositivas.

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