José María Álvarez del Manzano: «Jamás recibí más insultos que cuando escribí que era bético, pero sevillista»

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José María Álvarez del Manzano: «Jamás recibí más insultos que cuando escribí que era bético, pero sevillista»

—¿Practica deporte?—Siempre lo he practicado. Mis favoritos son la natación y el tenis. También he jugado al fútbol, al pádel. Y me he lesionado mucho. He ido perdiendo facultades. Hace casi un año que no juego al tenis. Me queda nadar.—¿Un recuerdo que le haga feliz?—El Campeonato de Europa, con el cabezazo de Marcelino contra la Rusia de la Araña Negra (Yashin), que nos hizo campeones. Fui al estadio con mi padre. Lo tengo grabado.—¿Cómo no iba a ser usted del Betis, naciendo en la calle Betis?—Nací a 100 metros de la calle Betis. Mi padre me contaba que vivíamos en un chalet y los jugadores, cuando volvían de entrenar, nos veían jugar, nos traían juguetes y nos cogían en brazos. Así que yo… del Betis.—Queda justificado. Así los del Sevilla no se enfadan.—Pues mira, nunca me he metido en mayor lío que cuando escribí un artículo, precisamente para ABC, defendiendo que no hubiera colisiones entre las aficiones de Sevilla y Betis. Se titulaba ‘ Bético, y sevillista ‘. Jamás he recibido más insultos en mi vida que después de escribir aquello.Noticias relacionadas estandar Si Hinchas Judit Mascó: «No soy radical, pero me puede alegrar que pierda el Madrid» María José Hostalrich estandar Si HINCHAS Juan Ramón Lucas: «El Real Madrid maneja el marketing como nadie» María José Hostalrich—Ser de dos equipos siempre fue sospechoso.—Pues yo no quiero que pierda el Sevilla. Aunque prefiero que gane el Betis.—A usted siempre se le enfadan. Los del Sevilla, los del Betis y los del Atleti el año del doblete.—Si, pero no tenían razón. Cuando ganaron Copa y Liga, yo era alcalde. Les recibí en la plaza de la Villa. Corría la leyenda de que yo era del Madrid y me llamaban de todo. Pero no era verdad. Quiero a los equipos de Madrid, pero no soy madridista. El día de la celebración, Jesús Gil se quitó la gorra y me la puso a mí. Y con la plaza llena dijo: ‘a pesar del ser blanco, hoy está con nosotros’. Le puse una cara…—Eso sólo fue el principio: Gil quiso subir con su caballo Imperioso desde Cibeles.—Uf, sí. Le convencimos con el delegado del Gobierno de que fueran en autobús y desde Neptuno y sin pasar por Cibeles. Me llevaba muy bien con él.—Y con Florentino. De hecho, han cruzado sus vidas a menudo. Cuénteme la 13-14 que le hizo con las motos policiales.—Yo era delegado de Hacienda del Ayuntamiento y él de Medio Ambiente. Florentino fue un trabajador fenomenal. Hizo el primer plan de saneamiento de Madrid. En una comisión de gobierno, me llega la compra de unas motos italianas, marca Guzzi. Y yo me opongo porque ese expediente no había pasado por Hacienda y porque, entonces, había un decreto en el que se exigía que, si había material español, no se podía comprar extranjero. Las motos de policía eran material español. Entonces me opuse. Y Florentino me dijo: ‘Bueno, yo comprendo lo que me dice, delegado, pero las motos están ya en Barajas’.—¿Diría usted que es alguien acostumbrado a salirse con la suya?—Es un tipo honesto y trabajador. Pero es inteligente y busca los recovecos. Lo hace bien y lo consigue.—Hasta que se plantee una reforma legislativa que flexibilice el asunto del ruido en el Bernabéu. Y eso que usted le aconsejó sacarlo fuera de la ciudad.—El estadio es una maravilla. Sin embargo, deja pasar el sonido. Y los vecinos se molestan con razón. Se están estudiando fórmulas para insonorizar. Espero que llegue la solución, porque uno de los pilares de la financiación del Real Madrid con el nuevo estadio estaba en los conciertos. Hay que buscar una solución pensando en los vecinos. —¿Visita el palco?—De vez en cuando. Los grandes partidos, por aquello de la emoción y el ambiente, se viven mejor en el campo. Pero, entre usted y yo, como se ve en la tele no se ve en ningún sitio. Aunque en el palco hay televisión.—¿Por qué jugador es usted capaz de dejarlo todo y sentarse a verle?—Por Lamine Yamal.—¿Disfruta con el Barcelona de Flick?—Me parece fantástico. En el fútbol moderno se corre mucho. Y los jóvenes del Barcelona corren mucho. Pero no acabaron la temporada tan bien como la empezaron. Me alegro de que haya ganado la Liga. Pero que no se acostumbre, que el Madrid la va a ganar el que viene. Si se lo permite el Betis, claro.—Estará contento con la temporada de los suyos.—Estamos fenomenal. No sé cómo el Real Madrid dejó escapar a Isco. Ahí estamos, en Europa y con paso firme. Un equipo de primerísima.—Su auténtico sueño, sin embargo, siempre fue un Madrid olímpico, ¿cierto?—Soñaba con que Madrid fuera Villa Olímpica. Se lo propuse al presidente del COI, a Juan Antonio Samaranch. Y me dijo: ‘Madrid es la ciudad europea que tiene más instalaciones para el deporte popular; pero tienes que conseguir acontecimientos deportivos de primera categoría e incrementar las plazas hoteleras’. Y me puse en ello. Hablé con Ruiz Gallardón y con Aznar y nos dijeron que contáramos con su ayuda. Trajimos el Masters de Madrid, hicimos la Caja Mágica, modificamos la Peineta… íbamos a construir un canal de remo. Presentamos el proyecto e iba todo muy bien.—¿Y entonces alguien faltó a su palabra?—Yo quería unos Juegos Olímpicos como los de Barcelona, pero en 2012. Me supo mal ganarle a Sevilla, pero nos apoyaron. Quedamos tres finalistas: Londres, Nueva York y Madrid. El alcalde neoyorquino me había dicho que, si ellos se retiraban, nos votaban a nosotros. Se fueron, en efecto, y votaron a Londres.—¿Será Madrid olímpica algún día?—Debe de serlo. Reúne todas las condiciones. Tiene que presentarse de nuevo. Y va a organizar unos Juegos. Tenemos prestigio internacional como para lograrlo. Se lo he dicho a Almeida.—¿Y?—Tendrá que plantearlo con tranquilidad. Tiene tiempo.

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