A Jens Juul Host (Copenhague, 1945) le costaba contar en los congresos científicos a qué se dedicaba. Hablaba de péptidos intestinales y algunos se alejaban de él con cara de horror. Eran los años 70 del siglo pasado. Su investigación siguió avanzando y uno de esos péptidos intestinales que tanta repulsión generaba resultó ser clave en la producción de insulina y la regulación de los niveles de azúcar en sangre. Sus investigaciones y la de otros científicos pioneros han alumbrado una nueva generación de fármacos, como Ozempic (NovoNordisk) o Mounjaro (Lilly) , el milagro de la cura de la obesidad y de la diabetes que no deja de cosechar premios. Ayer recibió en Madrid el último, el XLIII Premio Fundación Fernández-Cruz. Este galardón se suma al Princesa de Asturias o al reciente Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA.El próximo premio, quizá sea ya el Nobel.No lo sé. Eso, me temo, deberá decidirlo la Academia Nobel.En Estocolmo solo premian a tres personas por hallazgo y en los medicamentos antiobesidad hay más científicos implicados. ¿A quién incluiría?¿Tres personas? No quiero entrar en eso. El Nobel decide. Pero si se lo dan a otros tres y no a mí, me sentiré decepcionado. Eso sí que es verdad.Noticias relacionadas estandar No Las inyecciones de moda para adelgazar también podrían reducir el riesgo de demencia C. Garrido estandar No Sanidad pide explicaciones a la farmacéutica de Ozempic por una posible infracción en publicidad de medicamentos E. C.Ahora todo el mundo alaba su trabajo, pero entiendo que al principio no fue fácilNo, no lo fue. La financiación era el mayor problema. Tuvimos que pelearnos por conseguir apoyo del Consejo Danés de Investigación. Íbamos donde podíamos a pedir dinero. En el laboratorio, usábamos cinta adhesiva y utensilios de cocina para poder trabajar. ¿Cuándo se dio cuenta de que lo que tenía entre manos podía dar lugar a un fármaco tan revolucionario?Al principio esa no fue nuestra ambición. Yo era profesor universitario, teníamos nuestro laboratorio y lo que me interesaba era si el experimento que diseñábamos funcionaba o fallaba. Eso era lo que me motivaba.Y el día que decidió vender sus investigaciones a Novo Nordisk acudió en bicicleta. ¿Es cierto?Sí, Novo Nordisk no está muy lejos de la Universidad de Copenhague. Así que sí, iba allí en bici. No era para «vender» mis hallazgos, sino para despertar su interés. Para decirles: ¡Vamos, espabilad¡.¿Vieron ellos el potencial desde el principio?Desde el primer día estuve en contacto con investigadores de Novo Nordisk. Tenía una relación muy cercana con ellos, compartíamos todo lo científico. Allí lo llamaban «trabajo clandestino». Oficialmente, a la empresa no le interesaban mis trabajos, pero sí a los científicos. Yo no sabía todo lo que hacían ellos, pero ellos sí sabían lo nuestro.El investigador danés, flanqueado por el presidente de la Real Academia de Medicina y Arturo Fernández-Cruz tras recibir la distinción y participar en la Lección Conmemorativa Fernández-Cruz GUILLERMO NAVARRO¿Pensó alguna vez en patentar sus descubrimientos? Otros colegas sí lo hicieron.Jamás, nunca. En esa época era un joven socialista. Caminaba por las calles de Copenhague con pancartas que decían: «¡Investigación para el pueblo, no para el beneficio!». Nuestra ambición era la ciencia y las publicaciones.Gracias a estos medicamentos, el PIB de su país se ha disparado. Usted será una celebridad allí. ¿Cómo ha cambiado su vida?No, no ha cambiado, ni soy una celebridad. Creo que la gente piensa más en la farmacéutica NovoNordisk que es la que se ha llevado todo el dinero. El impacto en la economía danesa es real y a la vez un problema. Cuando Ozempic se volvió popular las recetas se multiplicaron por 100. En Dinamarca existía reembolso público para este medicamento pero en seis meses se agotó todo el presupuesto y prohibieron la financiación pública en el país donde se desarrolló. Ahora solo se receta a los pacientes donde fallan otras terapias. Ni siquiera pudimos mantenerlo accesible en nuestro propio país.«Nunca pensé en patentar mis hallazgos. Mi ambición era la ciencia y sus publicaciones»En España sí es admirado. El taxi que me traía a hacerle la entrevista me pidió que le agradeciera lo que había hecho por él. Había perdido en seis meses 30 kilos y dijo que le parecía barato para lo que había ganado en salud.Sí, eso es bonito. Pero sigo pensando en cómo los camiones llegaban a Novo Nordisk desde todas las regiones danesas con sacos de dinero y había pacientes que no se podían beneficiar. Eso pasará a la historia. La magia de Ozempic o Mounjaro es que no solo controlan la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, sino que pueden ayudar con adicciones o en enfermedades tan dispares como el alzhéimer y el párkinso. Si esto se confirmara, ¿cree que personas sanas deberían empezar a tomarlos?Mucha gente me pregunta si medio mundo debería estar tomándolos. No creo que ocurra, porque a la gente no le va a gustar. Será aburrido. Si tu mayor placer en la vida es tomar una comida deliciosa o una copa de vino y pierdes ese placer, será una gran decepción. Puede interferir con muchos aspectos de la vida. Le puedo contar la historia de un chef maravilloso, que adoraba cocinar, comía mucho y engordó. Le dieron el tratamiento, perdió peso… y dejó de cocinar. No le interesaba ya. Tuvo que dejar el tratamiento para recuperar su pasión.«Un chef maravilloso que adoraba cocinar y comía mucho tomó el tratamiento y tuvo que dejarlo para recuperar su pasión que era cocinar» ¿A qué edad deberían empezar las personas sanas a tomarlo si buscan para prevenir el alzhéimer o el párkinson?Esa es otra cuestión. Lo que sabemos es que se pueden tratar las complicaciones cardiovasculares de la obesidad y la diabetes precoz. Ese grupo de población sí debería recibirlo. Pero hay que garantizar suficiente suministro y precios asequibles. Si los estudios siguen mostrando efectos preventivos en alzhéimer, etc., quizás se convierta en una nueva norma. Pero debe reservarse a personas con un cierto riesgo. ¿Le preocupan los efectos secundarios?Siempre los habrá, pero son muy raros. En 2013 hubo una gran polémica sobre el riesgo de cáncer de páncreas. Pero se demostró que eran datos mal interpretados. La FDA , la agencia del medicamento estadounidense, y la europea EMA concluyeron que no había evidencia de que hubiera un riesgo significativo.¿Y el efecto rebote?Es lo peor. No solo vuelve la glucosa, también la grasa. Y lo que pierdes es masa magra, pero lo que recuperas es grasa. Puedes acabar peor que antes. Por eso hay que hacer un plan de control con el médico. El cambio de dieta y la actividad física son fundamentales. Por sí solos, los medicamentos no funcionan, eso lo sabemos. Pero con ayuda médica, se puede mantener.«El efecto rebote es lo peor. Lo que recuperas es grasa. Puedes acabar peor que antes, por eso debe controlarlo un médico»¿Cómo será la próxima generación de medicamentos?Creo que los orales serán muy importantes . Semaglutida ya existe en pastillas, pero es cara y complicada: tomarla por la mañana en ayunas, esperar 30 minutos… No es lo ideal. Lo que viene son las moléculas pequeñas, compuestos químicos más baratos que hagan lo mismo. Eso cambiará todo. Puede que se conviertan en las nuevas estatinas del colesterol.Al menos, en España, Novo Nordisk financia una controvertida polémica con este mensaje: «La obesidad puede matar». ¿Le parece apropiada?¿De verdad están haciendo eso? No lo sabía. Es cierto que la obesidad mata, lo sabemos desde hace años. Pero esa no es la manera… Es una campaña alarmista . No me gusta.

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