Rusia intensifica su apoyo a Venezuela , buscando robustecer la autonomía militar del país sudamericano y su capacidad de producción local de municiones esenciales para las fuerzas armadas. El régimen de Nicolás Maduro ha visto potenciado su defensa con la construcción de una fábrica de municiones, dotada de tecnología rusa (Rostec), que producirá 70 millones de cartuchos anuales para fusiles Kalashnikov.Según un comunicado de Rostec, la munición será de producción nacional. La agencia estatal rusa Rosoboronexport fue la encargada de erigir este complejo militar industrial en Venezuela, reafirmando la estrecha y estratégica alianza entre ambos países. A pesar de las sanciones internacionales, Rusia, bajo el liderazgo de Vladimir Putin, se mantiene como un proveedor clave de tecnología y armamento para Venezuela .Noticia Relacionada estandar Si Diosdado Cabello arremete contra EE.UU. por el veto migratorio: «Son gente mala, son fascistas» Ymarú Rojas El anuncio de la Casa Blanca, aviva el debate sobre el destino de los venezolanos que huyen del régimen de Nicolás Maduro o buscan en otras fronteras un futuro estableLa fábrica cuenta con cuatro líneas de ensamblaje : dos para munición con núcleo de acero y las otras dos para producir balas trazadoras y de fogueo. Los cartuchos fabricados son de 7,62 milímetros, diseñados para fusiles de asalto Kalashnikov. Además, se ha anunciado la construcción de una planta para fusiles de asalto AK-103.El complejo industrial incluye estructuras auxiliares como campos de tiro y almacenes. Oleg Yevtushenko, directivo de Rostec, explicó que «próximamente se planea poner en marcha otras instalaciones de producción, lo que garantizará un ciclo completo de producción de munición y fusiles de asalto Kalashnikov para el ejército venezolano, la policía y otras fuerzas del orden».Por su parte, Alexander Mijéyev, director ejecutivo de Rosoboronexport, lamentó que la implementación del proyecto se haya dado bajo la presión de las sanciones impuestas tanto a Rusia como a Venezuela. Sergei Chemezov, director ejecutivo de Rostec, había denunciado previamente la injerencia de Estados Unidos en la construcción de una planta de fusiles de asalto Kalashnikov en Venezuela.Un proyecto en marcha de 2006Aunque la ubicación exacta de la fábrica no fue precisada en el comunicado reciente, en 2017 se informó que una planta de producción se construiría en Maracay, estado Aragua. Sin embargo, en aquel momento, Venezuela atravesaba su peor crisis humanitaria, agravada por las sanciones internacionales y la abrupta caída del precio del crudo. A esta situación se sumó la corrupción detectada en una de las empresas asociadas a Rosoboronexport: en febrero de 2017, el exsenador Serguéi Popelniujov fue condenado a siete años de cárcel por malversar unos 17 millones de dólares , fondos venezolanos destinados a la producción de fusiles y municiones auxiliares.A pesar de estos contratiempos, el proyecto de cooperación binacional ha estado en la mesa desde 2006 , cuando el entonces presidente Hugo Chávez y Putin iniciaron las conversaciones para un gran acuerdo de venta de armas, que incluía la apertura de esta planta de fusiles y municiones, con un costo estimado de 200 millones de dólares en 2017 .No cabe duda de que esta capacidad aumentada de Venezuela para producir armamento podría generar preocupación en países vecinos sobre el equilibrio militar y la estabilidad regional, dependiendo de cómo se perciba el uso de esta nueva capacidad.

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