Las fiestas y la lluvia son malos enemigos para una jornada electoral. Que el referéndum constitucional no coincidiera con un día festivo era algo perfectamente posible. Que la lluvia, el frío o la nieve faltaran a la cita y que, en su lugar, luciera espléndido un sol otoñal, ya no era tan sencillo. Buena prueba de ello es que ayer, el día del gran referendo popular para la Constitución, amaneció fuertemente nublado y ya en las primeras horas de la mañana la lluvia, aunque poco intensa en la mayor parte de la nación, comenzó a caer sobre extensas áreas.Esa lluvia y la normalidad prácticamente total, absoluta, que ha presidido el desarrollo de la excepcional jornada electoral, fueron las dos características dominantes a lo largo de todo el día. Y hay que decir que precisamente el mal tiempo, que pudo constituir un serio obstáculo para el desarrollo del referéndum, ha venido a convertirse en un factor importante y positivo, ya que los resultados y los porcentajes registrados en las mesas electorales son mucho más estimables y significativos que si las votaciones se hubieran desarrollado a pleno sol. El electorado acudió a las urnas de manera continuada a lo largo de todo el díaQuienes recuerden las elecciones de junio de 1977 o el referéndum sobre la ley para la Reforma Política, del 15 de diciembre de 1976, observarían ayer una concurrencia de votantes considerablemente menos masiva en casi todos los colegios electorales. La explicación puede apoyarse en varios hechos. Por una parte, el estado del tiempo, que, indudablemente, como queda dicho, restó asistencia a las urnas, sobre todo en los casos de personas enfermas o de edad avanzada. En segundo lugar fueron muchas las empresas que partieron la jornada de trabajo para dar a sus empleados la oportunidad de votar, unos durante la primera mitad de la jornada y otros durante la segunda o por la tarde.Influyó también seguramente la experiencia de las votaciones anteriores, en las que la precipitación obligó a formar en algunos colegios largas colas y, por tanto, motivó dilatadas esperas. Puede afirmarse, por tanto, que en la jornada de ayer la concurrencia de votantes a las mesas electorales no fue masiva prácticamente en ningún momento, pero, en cambio, la emisión de votos se registró de forma muy fluida y fue intensificándose el ritmo y el número de votantes a lo largo de toda la jornada.A las cinco y media de la tarde, y según datos facilitados por el Ministerio del Interior, a través de la Secretaría de Estado, se estimaba que la participación media nacional en el referéndum constitucional podría cifrarse ya en algo más del sesenta por ciento. La normalidad -añadió la misma fuente- seguía siendo absoluta en todo el país.A esa hora las provincias que registraban un índice más alto de participación respecto al censo eran las de Guadalajara (72 por ciento), Castellón de la Plana (68 por ciento), Soria (67 por ciento), Córdoba (65 por ciento), y la que acusaba un índice más bajo era Vizcaya, con un 35 por ciento, aunque dentro de esta provincia, a la misma hora, las localidades de Sestao y Baracaldo alcanzaban una participación del 42 y el 43 por ciento, respectivamente. Los datos recibidos de Barcelona sólo se referían a las tres de la tarde, y de Canarias no había aún referencias.MadrugadoresOtro hecho constatado es que el número de madrugadores fue considerable. Empleados y trabajadores que deseaban cumplir su deber ciudadano de votar, antes de incorporarse a sus tareas y amas de casa que deseaban emitir su voto antes o después de efectuar la compra en los mercados, así como jubilados y personas que temían largas esperas si acudían más tarde a los colegios, fueron los que compusieron, en su mayoría, estos grupos de votantes madrugadores. Se señala que en algunos templos madrileños, en las misas de las primeras horas, se incluyó en las preces del día la esperanza de que los católicos emitieran su voto de acuerdo con su conciencia. A las dos de la tarde, ante un grupo de periodistas, un portavoz de la Secretaría de Estado para la Información manifestó, en el Palacio de Exposiciones y Congresos, lo siguiente: «Grupos de extrema derecha han actuado en diversas ciudades de Andalucía y de Castilla. Parece que se trata de una acción planificada. En diferentes colegios electorales, varias personas recogieron las papeletas impresas con el voto afirmativo y se las llevaron o bien las sustituyeron por otras muy semejantes en sus características, pero que al presentar diferencias con el modelo oficial no podrán computarse como válidas a la hora del escrutinio». En Vizcaya, algunos presidentes de mesa obstaculizaron las votaciones exagerando ilegalmente los requisitos de identificación. A las tres horas de iniciarse las votaciones en las 39.480 mesas electorales repartidas en todo el territorio nacional, el subsecretario del Interior, don Jesús Sancho Rof, convocó la primera sesión informativa del día, en el Centro de Prensa del Referéndum, instalado en el Palacio de Exposiciones y Congresos, de la avenida del Generalísimo. El señor Sancho Rof ofreció una panorámica general del desarrollo de las votaciones -hasta las doce de la mañana-, subrayando que únicamente en las provincias de Pontevedra y Cádiz (en esta última, en las poblaciones de Puerto de Santa María y Tarifa) las lluvias habían provocado inundaciones en algunos colegios electorales, por lo que se hizo necesario habilitar otros locales. En Tomelloso (Ciudad Real) se registró un pequeño incendio en un colegio que también hubo de ser trasladado. «En Álava capital -siguió diciendo el señor Sancho Rof-, la Junta Electoral no tenía precintadas todas las urnas a las nueve de la mañana». «Esta situación -subrayó- originó un retraso en la apertura de los colegios electorales, que fue rápidamente subsanada».En el capítulo relativo al orden público, el subsecretario del Interior informó que, en la mañana del miércoles, la Policía malagueña había desactivado un artefacto colocado en Fuengirola. Preguntado sobre si era cierto que, según noticias difundidas por algunos medios informativos, una bomba había hecho explosión en la zona de Málaga donde reside el exministro de Trabajo señor Girón, respondió: «No tengo noticia alguna sobre ese tema». También en respuesta a otra pregunta, afirmó que desconocía, de forma oficial, la existencia de cuatro comandos de ETA en Madrid. A media mañana de ayer el presidente del Gobierno, que ha permanecido todo el día pendiente de los resultados del referéndum, a través de un terminal del ordenador central instalada en la Moncloa, fue recibido por Su Majestad el Rey en el Palacio de la Zarzuela.

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