Ricky Rubio se sincera sobre la cara oculta del deporte de élite

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Ricky Rubio se sincera sobre la cara oculta del deporte de élite

Su mente se fue a un lugar oscuro y decidió parar su carrera profesional para hacer un paréntesis que le llevara a volver a intentarlo. A Ricky Rubio (Barcelona, 1990) no le dio miedo parar para cuidar su salud mental. Ya no es un tabú, y se está normalizando en el mundo del deporte profesional.El base catalán se sumió en una profunda depresión tras la pérdida en 2016 de su madre , Tona, por un cáncer de pulmón , y decidió poner punto y final a su aventura en la NBA tras más de una década; además de no disputar el último Mundial con España , con quien ha cosechado multitud de éxitos. Decidió alejarse de la competición de élite y recuperar de esta manera su bienestar hasta que el pasado año se vio con fuerzas para jugar unos meses en el Barcelona.Ricky Rubio se sincera con Jordi Évole sobre su relación con el éxito y el fracasoEl de El Masnou se sienta este domingo con Jordi Évole en el regreso del programa del comunicador en LaSexta para abrirse sobre su vida, carrera y futuro. El catalán sorprendió hace un mes con un enigmático mensaje en sus redes sociales, con un cartel y un texto que le acompañaba en el que aseguró que «no es una despedida», sino «un gracias» a todas las personas que le han ayudado, en lo que podría entenderse como su adiós definitivo al baloncesto .El base, que disputó doce temporadas en la NBA , se sienta en ‘Lo de Évole’ en la pista del pabellón de El Masnou (Barcelona), lugar en el que comenzó a jugar al baloncesto siendo un niño y debutó con la Penya en la ACB a los 14 años. A sus 34 años acumula unas estadísticas y un palmarés impresionante a nivel de clubes y de selección española.Rubio recuerda en el programa las circunstancias que lo llevaron debutar con 14 años con el Joventut de Badalona y su posterior fichaje por el Barcelona, el más caro del baloncesto español en ese momento , además del salto a la NBA. La frivolidad de algunas conversaciones del vestuario, el comportamiento déspota de algunas estrellas y la dificultad para hacer amigos en ese entorno híper profesional aparecen en la conversación. Aunque no se arrepiente de haber ido, siempre le quedará la duda de si quedándose aquí «la persona hubiese sido más feliz».Sobre su relación con el éxito y el fracaso, Rubio confiesa que su autoexigencia es tan enorme que para él llega a ser un «autosabotaje». «Ganar era que lo habías hecho todo bien y perder que lo habías hecho todo mal». Sin embargo, ganar tampoco era suficiente. «Si repaso mi carrera no estoy satisfecho porque nunca me ha parecido suficiente».El relato escalofriante de Ricky: «Mi vida no tenía sentido»Rubio habla también de la cara oculta del deporte de élite. En la NBA se dio cuenta de que tenía que esconder «debilidades» humanas para poder triunfar y admite cómo el sentimiento de culpa ante una derrota le ha perseguido siempre . Esa presión llegó al límite pocos días antes de empezar el Mundial de 2023 y Rubio abandonó la concentración de la selección para «cuidar su salud mental».Una renuncia en la que se escondía una sensación de tocar fondo y de desesperación. Así lo ha plasmado con palabras a Jordi Évole: «Me acuerdo cuando decidí parar, parecía que me moría y que mi vida no tenía sentido. Una de las noches que estaba en el hotel dije: no quiero seguir, no ya con el baloncesto, sino con la vida . Puedo entender a la gente tanto que está en el momento de éxito y se ha quitado la vida como gente normal que dice que no puede seguir. Hay un momento donde todo te pesa tanto…», describe el jugador catalán.

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