La Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha informado a ABC de que ha localizado la momia que trajo el diplomático español Eduard Toda de Egipto en el siglo XIX. La niña momificada , que fue desvendada en un acto celebrado en 1886 en el Aula Magna de la Facultad de Medicina, y entregada después al catedrático de Anatomía Federico Olóriz para su estudio, se encuentra actualmente en los almacenes del Museo de Antropología Médica, Forense, Paleopatología y Criminalística Profesor Reverte Coma de la Facultad de Medicina, según fuentes del Vicerrectorado de Cultura de la UCM , tras la búsqueda emprendida a raíz de las preguntas de este periódico.María Benito, directora del museo, negó días atrás que tuvieran a esta niña momificada en la relación de momias egipcias de sus salas, que se facilitó a ABC. La propia Benito aseguró por error que nunca la habían tenido en la colección del museo que dirige desde el pasado año. Ayer ha explicado, sin embargo, que ya la han localizado y que «nunca ha estado perdida». «Tenemos momias de diferentes lugares y de ésta no tenemos garantías de que sea egipcia porque parece que su proceso de momificación es natural», remarca. La momia llegó al Forense hace unos años junto a otra persona momificada que también albergaba un museo de Anatomía de la misma facultad que se clausuró. La UCM no ha permitido a este periódico fotografiar la momia por hallarse custodiada «en un sitio que no es accesible». Desde la UCM aseguran que cuentan con imágenes de ese traslado y que, sin duda, se trata de la momia cuya imagen aportó este periódico. Subrayan, sin embargo, que son «fotografías de trabajo» que no se pueden publicar. Según describen, la momia se encuentra tumbada en una vitrina baja de cristal con perfiles de madera, junto al letrero que la identifica como una «princesa egipcia». Las mismas fuentes afirman que la vitrina «no está rota», pese a las semejanzas de su descripción con una fotografía tomada hace siete años en la que se veían cristales rotos en su interior junto a la cabeza de la momia. El egiptólogo José Manuel Galán, que la vio en estas condiciones en diciembre de 2018, trató de mejorar su conservación y trasladar la momia al Museo de la Evolución Humana de Burgos para la exposición ‘Aída. El Egipto soñado’, pero la Facultad de Medicina no lo consideró entonces oportuno. El grabado de TodaAl egiptólogo Miguel Ángel Molinero le extraña que en el Museo Reverte Coma duden de que la niña momificada sea egipcia si se trata de la misma de la fotografía publicada por ABC. «Es la misma que aparece en un grabado del siglo XIX de Toda», sostiene el comisario de la exposición ‘El Egipto de Eduard Toda. Un viaje al coleccionismo del siglo XIX’, abierta hasta el próximo 5 de octubre en el Museo Arqueológico Nacional (MAN). Molinero envía a ABC una imagen de la ilustración que el diplomático incluyó en un artículo publicado tras el acto de desvendamiento de la momia. Adjunta además una fotografía frontal de la momia en el museo de Anatomía de la UCM desaparecido. «Evidentemente, el grabado de Toda no es una fotografía y representa a la momia en el siglo XIX», apunta. Mientras que la segunda imagen está tomada «138 años después y tras varios traslados, se ve que los pies están caídos y que se ha perdido la piel en varias zonas… Pero la cara es semejante, también las orejas, la posición de los hombros, los brazos estirados, hasta los pies muy grandes, son idénticos». Su conclusión es clara: «Es la misma momia del grabado».Molinero llama la atención sobre un pequeño hueco de la momia en el abdomen. Aunque no ha podido examinar la momia real, cree que se trata de la incisión practicada por los antiguos egipcios para extraer las vísceras de la difunta. Con el tiempo el corte pudo ampliarse a un agujero semejante. El profesor de Egiptología de la Universidad de La Laguna explica además que había diferentes formas de momificación en el Antiguo Egipto. «Pudieron haberla secado con arena o en sal, en natrón», como se dijo durante la ceremonia de desvendamiento de esta niña de unos 10 o 12 años, que medía alrededor de 1,20 centímetros. En sus excavaciones del Proyecto dos cero nueve en Luxor, Molinero y su equipo han hallado momias con los brazos en la misma postura, extendidos y no cruzados como en época ptolemaica.Ni princesa ni cantatrizSegún recogió la prensa de entonces, varios doctores retiraron la careta dorada de su rostro y los cartonajes con que la habían disfrazado para dar mayor vistosidad al acto, pero que no le pertenecían. A continuación, le quitaron la envoltura de tela y las largas bandas que rodeaban su cuerpo, mientras Toda informaba a los asistentes que se trataba de «una niña de once años llamada Isis y era cantatriz de Amón en los templos de Tebas». Dichos títulos no le correspondían, como han podido saber después los egiptólogos. Tampoco se trataba de una «princesa egipcia y sacerdotisa, hija de Sesostris», como indicaba el cartel con que se mostraba en el antiguo museo de Anatomía. Ni de «Isis, hija de Ramsés II y cantora de Amón», como afirmó Esteban Llagostera en 1995, basándose en la que creía que era el acta oficial redactada durante la sesión de desvendamiento. Molinero explicó en un artículo publicado en la revista ‘Gerión’ en 2017 que ese escrito fue redactado tiempo después, con recuerdos del acto, y contenía errores. Actualmente se cree que la pequeña procedía de la tumba de Sennedjem, en cuya investigación participó el propio Eduard Toda. Sería nieta de este artista que decoró hipogeos del Valle de los Reyes durante la Dinastía XIX. Noticia Relacionada estandar«Podría ser que en el traslado de las momias a El Cairo, que cubrían la cubierta del barco, hubiese habido una confusión y que cogieran la que no era», admite el egiptólogo. Si así hubiera ocurrido y los patrones de momificación no coincidieran con el periodo de la Dinastía XIX, «se abriría un proceso de investigación para ver qué pudo pasar». Pero a Molinero no le cabe duda de que «esa es la momia egipcia que se desvendó en Madrid».

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