Morante sale a hombros por primera vez en Pamplona

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Morante sale a hombros por primera vez en Pamplona

Y Pamplona vio la grandeza del toreo de Morante. Hasta rendir la Monumental y cruzar por primera vez en su carrera la Puerta del Encierro. ¡Torero, torero! Va a tener que ampliar su estancia después de decir en la prensa local que se quedaría hasta el ‘Pobre de mí’ si triunfaba. Pobre del señor que se atragantó con unas magras con tomate cuando asistíamos a la gloria morantista. Mientras unos sacaban el pañuelo, otros llamaban a la Cruz Roja desde la grada del 3. Señores, para ver a Morante no hay que comer ni pipas en la merienda y estar como en misa. Morante, punto y aparte emilio MéndezSolemne su toreo en medio de aquel barullo. Qué cátedra de saber estar, de magisterio, de valor y de torería impartió en esta histórica temporada que lleva su nombre. Desde un balcón de la Estafeta, de blanco impoluto con mocasines rojos, Morante había asistido al veloz desfile de los toros de Álvaro Núñez en su debut pamplonica. Corrían los mozos como alma que lleva el diablo entre la marabunta. Morante, al contrario, se quedó quieto. Esperó al toro y se lo pasó muy cerca, más cerca todavía. Era imposible saber dónde acababa el pelo castaño de Majoleto y dónde empezaba el oro del cigarrero en aquella majestuosa apertura por alto al hilo de las tablas. Llevaba este número 21 sobre su lomo las banderillas con los colores de nuestra bandera: cuando se percataron en el sol, sonaron los pitos. ¿Acaso no se han enterado todavía de que esto es España? Parece que no. Como tampoco se ha enterado alguno de que el toro se cría para su lidia y muerte. Menos mal que estaba allí el ganadero, Álvaro Núñez, para recordárselo. De antología su alegato en La 1 durante los encierros para reivindicar el mismo espacio para las corridas. Y para lanzar un dardo a la tele vasca: ¿cómo se puede consentir que una cadena pública llame asesinos a los toreros? Intolerable sugerir que los que pasan por taquilla pagan por ver un asesinato. «Lo toros no se asesinan; se asesina a las personas y lo hacen los terroristas». Sólo por ese descomunal repaso merecía sacar a saludar a este extraordinario ganadero, aunque luego la corrida no diese el juego esperado, salvo el estupendo tercero, que propició que Rufo se sumara a la foto en volandas.Doble el mérito de Morante: no es fácil cortar una oreja del primer toro y menos aún al del bocadillo en tierra pamplonica. El bullicio rasgaba la música callada de dos chicuelinas, una larga y una brionesa. Monumentales. Más caro todavía fue ese prólogo por ayudados por alto, que bien valía todo el abono. Hasta la manera de guardar el pañuelo cuando asomó por la chaquetilla tuvo garbo. Punteaba Majoleto, que se venció, pero no la quietud de Morante. Aplomado en el sitio que arde, con la muleta puesta y sentida. Cambió a la mano del tenedor, con el animal protestando al final del embroque. Obedecía el guapo cinqueño sin clase ni entrega y Morante se recreaba en un molinete antes de regresar a la verticalidad de su pureza. Todos los ojos que poblaban los tendidos contemplaban una serie única, pero cada uno recibía un mensaje: unos sonreían, a otros se les nublaba la mirada; algunos sanaban heridas y otros se ponían enfermos por llegar con retraso y perderse la esencia del toreo. La sombra aplaudió su colocación sincera, de una desnudez clásica. Y, así, como su madre lo trajo al mundo, se tiró a matar. La oreja tuvo el sabor de lo auténtico. Noticia Relacionada estandar No Morante de la Puebla, con Marco Pérez y Olga Casado en Illumbe ABC La empresa BMF hace oficiales los carteles de San SebastiánComo la del melocotón cuarto, con más hechuras de Sevilla que de Pamplona, ‘desaborío’, al que cuajó una obra para aficionados. Aplicó la altura requerida cuando vio que los apoyos no traían el poder necesario y expuso hasta lograr una ronda de categoría. La giraldilla y el volapié pusieron la coda perfecta para Morante en el feudo de Roca Rey. «¡Perú, Perú!», coreaban en el paseíllo. Feria de San Fermín Monumental de Pamplona. Miércoles, 9 de julio de 2025. Quinta corrida. ‘No hay billetes’. Toros de Álvaro Núñez, con buenas hechuras en general y seriedad, sin exagera-ciones, faltó verdadera entrega en conjunto; el 3º fue un gran toro, profundo y de bravo fondo. Morante de la Puebla, de corinto y oro: estocada casi entera (oreja); estocada (oreja). Roca Rey, de blanco y oro: gran estocada (silencio); estocada caída (silencio). Tomás Rufo, de coral y oro: estocada caída (oreja); estocada (oreja). A hombros con Morante.Nulas las opciones del limeño con su lote: el primero se echó en el principio de faena y el quinto no valía un pimiento. El lote se lo llevó Rufo: qué clase, profundidad y humillación la del tercero, de bravo fondo, al que dibujó naturales notables. Un toro medio fue el altote sexto, válido para cortar el trofeo que lo aupaba a hombros con Morante. «¡Torero, torero!», gritaban por las calles, que por una vez, en la anochecida del 9J, se embelesaban con el arte clásico.

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