Numerosos estudios coinciden al señalar que la edad de inicio al sexo es cada vez más temprana: 16,2 años. «Sin embargo, muchos jóvenes se entregan a sus ‘primeras veces’ sin tener una información adecuada para evitar riesgos», apunta Mercedes Herrero, ginecóloga, experta en salud sexual y colaboradora de Intimina . En este contexto, ¿qué les aconsejarías a los padres para hablar con sus hijos y prevenir tanto enfermedades de transmisión sexual como embarazos no deseados?Todos, sobre todo los que somos padres, tendemos a ver a nuestros hijos como pequeños. Pero hay que entender que crecen y que no hay nada mejor que ofrecerles una información dada por los padres, desde casa, al nivel que cada uno pueda. Y si no se sabe, hay que buscar ayuda. No podemos confiar en la información que van a conseguir por ahí. Es fundamental generar un vínculo de confianza. Decirles: «Mira, yo de esto sé hasta aquí, o sé poco, o no sé nada, pero quiero que sepas que estoy aquí para ayudarte. Lo que no sepamos, lo buscamos juntos. Pregúntame, no pienses que te voy a regañar o que me va a parecer mal». Siempre será mejor, aunque nos cueste, que nos pregunten a nosotros.Noticias relacionadas estandar No Casi el 50% cree que no compensa El 70% de los jóvenes confiesa haber tenido sexo tras consumir alcohol Laura Peraita estandar No Un experto en adicciones explica cómo lograr que tu hijo deje el peligroso gesto de vapear por estar de moda Laura PeraitaPero muchos padres dicen: «Si le hablo de sexo, parece que le estoy incitando a hacerlo».-Sí, ese pensamiento existe, pero la evidencia científica demuestra que es falso. Hoy sabemos que las sociedades que más invierten en educación en salud sexual y en información de calidad proporcionada por profesionales son las que tienen menor precocidad sexual. Al contrario, cuando hay solo curiosidad y no hay información veraz, los jóvenes terminan probando, creyendo al amigo, en lugar de a una figura de referencia. Y suelen caer en prácticas de riesgo.¿Te comentan los padres en consulta que no saben cómo empezar esa conversación con sus hijos? ¿Qué consejos les das para abrir esta comunicación? Es una preocupación muy habitual. Yo siempre digo que hay que hablar desde el ‘como si’. Como hay barreras y tabúes, hay que usar medios indirectos para fomentar la conversación. Por ejemplo, aprovechando situaciones relacionadas con el tema que se vean en una serie, en las noticias, en una película o en un libro. Es decir, utilizar esos momentos como puntos de partida para suscitar el diálogo. No se trata de sentarlos y decir: «Hoy toca hablar de salud sexual», porque eso hace que los adolescentes se cierren en banda. Es mejor tener las ‘antenas desplegadas’ y usar cada situación cotidiana como excusa para abrir la conversación. Por ejemplo: «¿Qué te parece esto que han dicho de estos chicos que con inteligencia artificial hicieron tal cosa?». Eso ya da pie a la confianza, porque tú te estás abriendo.A ello se suma que muchos padres reconocen que jamás les hablaron de sexualidad cuando eran jóvenes y ahora ellos se enfrentan a algo nuevo.Exacto. Hace años no existían redes sociales ni esta avalancha de información, y de desinformación. Estamos casi en otra galaxia. El sexo es un tema privado, que está en el ámbito íntimo, así que no hay modelos visibles. Además, como nuestros padres tampoco nos educaron en esto, nos falta esa referencia. Pero aunque sea difícil, no nos queda otra, porque los niños están sometidos a mucha información de mala calidad y desmontar eso después cuesta muchísimo más.Uno de los temas fundamentales son las enfermedades de transmisión sexual. ¿Cómo se puede hablar de esto con los hijos? ¿Hay realmente casos en menores?Sí, claro. Ahora se está dando lo que llamamos la ‘tormenta perfecta’: mayor precocidad sexual, más conexiones a través de aplicaciones, mayor movilidad… Todo esto hace que las infecciones se dispersen más. Yo les hablo incluso con metáforas. Les digo que hay una frase que hay que erradicar: ‘Por una vez no pasa nada’. Porque cada vez que te expones a un contacto sexual, tienes riesgo de infección o de embarazo, si es una relación heterosexual.También uso un símil del tráfico: si en el coche llevas cinturón y en la moto casco, en las relaciones sexuales hay que usar condón. Lo llamo el ‘sexo seguro de las tres C’. El preservativo es el único método que protege tanto de infecciones como de embarazos. Y les explico: si alguien te dice ‘sin condón’, es como si una persona bebida te invita a subirte a su coche. Ya sabes que no es seguro. Tienes que tener el criterio de decir ‘no’.Porque muchas veces los adolescentes piensan más en evitar el embarazo que las enfermedades. Exacto. Y eso es doblemente peligroso. Porque si solo enfocamos el riesgo en el embarazo, los chicos tienden a pensar que eso no va con ellos. Les resta responsabilidad a la hora de protegerse. Además, las infecciones de transmisión sexual muchas veces en varones son asintomáticas, entonces ellos no perciben el peligro. Por eso es tan importante una educación igualitaria, con información completa y correcta para chicos y chicas.El preservativo, entonces, es una condición indispensable para evitar ese tipo de enfermedades. Totalmente. Es el cinturón de seguridad del sexo.¿Cuál es la efectividad de los métodos anticonceptivos? Porque hay bastantes padres que incluso no se atreven a hablar de esto con sus hijos.Sí, vamos a darles una herramienta sencilla para que puedan hablar de ello con sus hijos. Incluso enseñarles este vídeo que estamos haciendo con esta entrevista puede ser una forma de ayudarles a entender cómo usar bien un anticonceptivo y evitar embarazos no deseados.Hay muchos métodos y se pueden clasificar en varios grupos. Están los de barrera, que impiden la unión del óvulo y el espermatozoide; los hormonales, que actúan a distintos niveles; los métodos intrauterinos (los DIU), que también evitan la fecundación; y los métodos definitivos, que son permanentes y, por tanto, no están indicados para adolescentes.¿Puedes darnos ejemplos de métodos poco efectivos?Por ejemplo, el diafragma, que es de barrera y se lo coloca la chica, tiene una eficacia muy baja: entre 15 y 29 de cada 100 mujeres que lo usan durante un año se quedan embarazadas. Otro es el coito interrumpido, que aún hoy muchos jóvenes creen que funciona porque «mi novio controla». Pues no, es muy poco efectivo.También está el método del calendario o de calcular los días fértiles, que algunas mujeres usan confiando en la regularidad de su ciclo. Y los espermicidas, que son cremas que se aplican en la vagina. Todos estos, usados de forma única, son muy poco eficaces.¿Y el preservativo masculino? Es el método más usado en España. Pero en la práctica, 18 de cada 100 parejas pueden quedarse embarazadas en un año por roturas, por ponerlo tarde, o quitarlo pronto. Es útil, pero no es suficiente si se busca evitar un embarazo con total seguridad, sobre todo en adolescentes.¿Qué pasa con el condón femenino? Tiene una eficacia similar al masculino. Se lo coloca la mujer dentro de la vagina, no es de látex, pero prácticamente nadie lo usa. Es difícil de encontrar en farmacias y tiene un uso muy residual.Vayamos entonces a los métodos anticonceptivos con eficacia media.Aquí están los hormonales, como la píldora anticonceptiva, que se toma a diario. Hay muchas versiones y cada mujer debe buscar, con ayuda médica, la que mejor le funcione.También está el parche anticonceptivo, que se coloca en la piel una vez a la semana, y el anillo vaginal, que se introduce en la vagina y libera hormonas. Son métodos muy eficaces si se usan correctamente.Además existe el inyectable, que se aplica cada tres meses. Es hormonal, pero no lo recomiendo mucho porque tarda en recuperarse la fertilidad después de dejarlo. Hay opciones más seguras y con recuperación inmediata.Y entre los métodos más eficaces, ¿cuáles destacan?El más eficaz es el implante, una pequeña varilla que se coloca en el brazo. Tiene una eficacia altísima: menos de un embarazo por cada 1.000 mujeres al año. No depende de la usuaria y dura tres años. Sólo contiene gestágenos, así que es apto para mujeres fumadoras o con otras condiciones médicas.Después están los DIU hormonales, que actúan a nivel local en el útero y también contienen gestágeno. Y el DIU de cobre, ideal para quienes no quieren hormonas, aunque puede causar reglas más abundantes o dolorosas. Sin embargo, los DIU hormonales pueden aliviar ese problema.MÁS INFORMACIÓN noticia No Una pediatra alerta: «Todas las semanas veo casos de gonorrea y clamidia entre adolescentes de 13 y 16 años» noticia No «¿Cuándo merece la pena perdonar una infidelidad?» noticia No ¿Existe una ‘cantidad normal’ de deseo sexual en las parejas?Si alguien usa uno de estos métodos muy eficaces, ¿ya no hace falta que usen preservativos?Eso es fundamental aclararlo. Siempre digo: ‘no sin condón’. Aunque un DIU o un implante te protejan muy bien contra el embarazo, no protegen frente a infecciones de transmisión sexual. Por eso recomendamos el doble método: un método anticonceptivo eficaz más el preservativo. Así te proteges del embarazo y de las infecciones.

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