Richard Branson: «La IA generará billones que acabarán en manos de 20 personas»

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Richard Branson: «La IA generará billones que acabarán en manos de 20 personas»

Hay existencias tan plenas y fecundas que capturarlas en unos esbozos es casi un desafío inalcanzable. Este es el caso de la vida del empresario y filántropo Sir Richard Branson (Londres, 1950), fundador del Grupo Virgin, un conglomerado de más de 360 empresas transnacionales. La marca Virgin está asociada a la imagen de su fundador, que entre sus múltiples cualidades personales destaca por la valentía, un instinto certero, una férrea determinación, entusiasmo fértil, actitud empática y mucha diversión. Su dislexia le hizo potenciar la imaginación y volverse más intuitivo. Este carácter ha contribuido a trazar la senda hacia la creación de un imperio que comenzó cuando tenía 15 años con la fundación de ‘Student’, una revista reivindicativa. A principios de los años 70 pensó en montar un negocio de distribución de discos con descuento y creó Virgin Mail Order y Virgin Records, y posteriormente triunfó en la industria discográfica con la exitosa Virgin Music.Como se extrae de sus apasionantes autobiografías ‘Perdiendo la Virginidad’ (Alienta Ediciones) y ‘Founding my Virginity’ ( Penguin), la necesidad y la atracción por los retos inalcanzables, el vértigo y la adrenalina hicieron que convirtiera los negocios en un estilo de vida. Así creó Virgin Mobile, Virgin Atlantic Airways y cientos de empresas con el sello Virgin. Pero su objetivo más ambicioso ha sido la compañía interespacial Virgin Galactic Airways, que ha llevado pasajeros al espacio, adelantando en esta carrera a Jeff Bezos y Elon Musk.Esta actitud en los negocios también se extiende a las aventuras y los retos físicos, en las que ha llevado sus capacidades al límite. Ha arriesgado su vida en desafíos tan peligrosos como cruzar el Atlántico en una lancha en el menor tiempo posible, batiendo el récord y recuperando la Banda Azul para Gran Bretaña. Fue el primero en cruzar, con un alto riesgo, el Atlántico y el Pacífico en el globo aerostático más grandes del mundo.Nos encontramos en Mallorca, concretamente en Son Bunyola, una casa señorial del siglo XVI enclavada en un escenario natural de la Sierra de la Tramontana, reconvertida por Branson en uno de los hoteles más especiales de las Baleares por sus imponentes vistas panorámicas al mar, a sus viñedos y al paisaje montañoso tan característico de la belleza de esta comarca declarada Patrimonio de la Humanidad. Mallorca es especial para Branson, pues aquí es donde fue concebido en la luna de miel de sus padres, en 1949. Y su nieto lleva el nombre del bello pueblo mallorquín de Deià. Me da la bienvenida con una cálida sonrisa, descalzo, fiel a su alma hippy. Me invita a una partida de ajedrez, que gana con facilidad, y comenzamos la entrevista.—Desde sus inicios como emprendedor siempre se ha posicionado en la vanguardia. ¿Qué le parece ahora interesante en el mundo de los negocios?—Cuando empecé en los negocios, no existían los emprendedores como tales. Todo estaba gestionado por los gobiernos. Así tenías British Airways, British Gas… Y por tanto, las cosas eran caras y la calidad deficiente.—¿Qué cualidades tiene que tener un emprendedor?—Un emprendedor es básicamente alguien que tiene una idea para mejorar la vida de otras personas. Ahora hay cientos de miles de emprendedores y el mundo en general se ha convertido en un lugar mucho mejor gracias a ellos. Con algunas personas muy cuestionables en ciertos gobiernos, el mundo los necesita aún más. Porque cuando tienes un gobierno como el de Estados Unidos que no cree en el cambio climático, son los emprendedores quienes deben dedicar tiempo y esfuerzo para asegurarse de que el mundo funcione con energía limpia. Cuando un gobierno no apoya los derechos de las mujeres, entonces tienen que salir y ayudar a las personas. Y, cuando tienes un gobierno que está talando selvas tropicales, necesitas emprendedores que las estén reforestando, y así sucesivamente. Su responsabilidad es aún mayor hoy que antes.—Este es el propósito de Virgin Unite, una de las empresas del grupo. ¿En qué consiste exactamente esa ayuda?—Lo que hemos estado tratando de hacer con nuestra fundación son veinte organizaciones. Una trata temas planetarios, otra aborda la resolución de conflictos, otra intenta derogar la guerra contra las drogas y que se vean como un problema de salud. No vamos a cambiar el mundo, pero sí podemos aportar nuestro grano de arena.—En 2003, junto a Nelson Mandela, propuso un plan, con el respaldo de Kofi Annan, para evitar el bombardeo de Irak por parte de Estados Unidos. Pero no llegaron a tiempo. De esta experiencia surgió la idea de crear un grupo de líderes, de personas mayores respetadas internacionalmente, con sabiduría y capacidad de negociación que pudieran intervenir en nombre de la comunidad internacional de forma independiente en la defensa de la paz y de los derechos universales. ¿Qué ha pasado con Los Mayores (The Elders)?—Comenzamos The Elders debido a la guerra de Irak, intentando lidiar con Saddam Hussein. Han tenido algunos éxitos, también muchos fracasos. Han estado en Israel y Palestina, también en Siria. Lograron detener un conflicto importante en Kenia…—¿Entre los Luos y los Kikuyos?—Exactamente. Kofi Annan fue uno de los Elders. El arzobispo Mpilo Tutu, Nelson Mandela y Graça Machel. Fueron a Kenia y lograron reunirlos a todos. También fundaron otra organización maravillosa llamada Girls Not Brides para tratar de evitar que niñas muy jóvenes se casen. Obviamente, al ser mayores han fallecido. Pero aún hay personas maravillosas y nuevos integrantes, como Mary Robinson, y otros nuevos bastante emocionantes. Vamos a pasar tres días revisando el funcionamiento de los últimos 20 años, y cómo asegurarnos de que en los próximos años The Elders sea aún más relevante.«Ahora hay cientos de miles de emprendedores y el mundo en general se ha convertido en un lugar mucho mejor gracias a ellos»—Algo que he echado de menos en sus dos autobiografías es su perspectiva sobre la inteligencia artificial. ¿Cuál es su opinión de la IA?—Ante todo, debería estar regulada. Porque es tan poderosa que puede ser peligrosa. El gobierno de Estados Unidos no se caracteriza precisamente por regular. Así que el momento de su lanzamiento ha sido algo desafortunado. Va a eliminar una enorme cantidad de empleos valiosos. Ya no será necesario tener programadores. También tendrá un efecto muy negativo sobre el medio ambiente».»La IA solo lleva funcionando unos cuatro años, y ya está usando más energía que todas las aerolíneas juntas, más que Japón entero. Y para 2030, usará más que Japón; para 2050, más que toda la India. Duplicará el consumo energético mundial. Y, obviamente, también existe el riesgo de que, en el futuro, pueda desencadenar una guerra nuclear. Pero por otro lado, como disléxico, puedo pedirle a la IA que me ayude con prácticamente cualquier cosa. He pasado gran parte de mi vida diciéndoles a los padres que la dislexia es algo bueno». »La IA va a generar billones de dólares que acabarán en manos de quizá 20 personas. Cientos de miles de personas ya no tendrán trabajo. Por eso, será necesario un salario básico mínimo para todos. Eso generará debates políticos interesantes. Y esas 20 personas que controlen la IA serán muy poderosas. No quiero parecer negativo. Es obvio que la IA es extraordinaria. Tal vez incluso solucione el cambio climático».—El cambio climático es un tema muy controvertido, pero lo que sí es cierto es que hay un consenso en la necesidad de cuidar de nuestro planeta. Siendo propietario de una aerolínea ha mostrado un compromiso mayor con esta causa. En todo este tiempo, ¿cuál ha sido su aprendizaje?—Hay gente que dice que no existe, que es un fenómeno natural. Pero sabemos que hay problemas con las emisiones de CO2, la deforestación por la agricultura… es absolutamente una locura, como en el Amazonas. —¿Cuál es su relación con Al Gore a este respecto?—Al Gore fue uno de los primeros en identificar claramente el problema. Y tuve la suerte de que viniera a mi casa antes de lanzar ‘Una verdad incómoda’. Me habló y me convenció de involucrarme. La idea de que la gente dude del cambio climático me resulta inconcebible. El 99% de los científicos están completamente seguros de que el ser humano está creando una especie de manta alrededor de la Tierra, que se hace más gruesa cada año. Cuanto más carbono emitimos, más se espesa y más calor genera, se queda allí durante muchos años. Lo mismo con el carbono de petróleo o gas. Así que lo que dice Trump es básicamente una tontería. Muy triste. El mundo estaba avanzando en la dirección correcta hasta hace unos cinco meses, cuando Trump asumió la presidencia. Había una organización maravillosa dentro del gobierno que estaba empujando a Estados Unidos a volverse un 30% neutro en carbono para el año 2030. Esa organización fue desmantelada.«Los valientes puede que no vivan para siempre, pero los cautos no viven en absoluto. Supongo que esa ha sido mi filosofía de vida»—¿Y el resto de países?—Europa está haciendo un buen trabajo. China también. En parte porque les preocupa el cambio climático, pero también porque importan la mayoría de sus combustibles contaminantes. Están creciendo tan rápido que necesitan tanta energía limpia como sea posible. Hoy, ya es más barata que el carbón. Así que tiene sentido energéticamente y económicamente alimentar todo con energía limpia. Seguiremos alzando la voz e intentando movilizar a los países y hacer lo que podamos, también con nuestras empresas, para conseguir que todo sea lo más limpio posible. Pero aún queda mucho trabajo por hacer, sobre todo cuando uno de los mayores países emisores del mundo, ha salido del radar durante los próximos cuatro años.—Uno de sus lemas es: «Rodearte de un buen equipo y motivarle. Pensar en grande». ¿Qué parámetros ha utilizado para la elección de su equipo?—En cualquier empresa, el éxito depende de las personas que la dirigen. Creo que lo más importante es que quien la dirija sea genuinamente amable, que se preocupe por las personas, que busque lo mejor de ellas. Alguien que elogie, no que critique, y que esté dispuesto a perdonar cuando las personas cometan errores. En lugar de buscar al experto externo, promover desde dentro de la empresa. Tal vez no consigas al mejor candidato del mundo, pero eso significa que las personas saben que tienen una oportunidad de ascender. Y además ya conoces sus fortalezas y debilidades antes de promocionarlas. Algunas empresas se llaman a sí mismas ‘una familia’, y no lo son en absoluto. Pero ese debería ser el ideal: tratar a las personas como tratarías a tus hermanos, o hijos, sin ninguna diferencia. Ese es el objetivo. Es tan inteligente y tan simple, pero no todo el mundo lo aplica. En fin, creo que algunas personas no lo hacen porque son inseguras.—Después de haber llevado a cabo retos tan peligrosos en la vida. ¿Cómo has afrontado los miedos en situaciones tan límites?—No soy alguien que no sienta miedo. Siento miedo igual que cualquier otra persona. Y, aunque no lo parezca, no soy temerario. Amo la vida. Pero, dicho esto, no puedo decir que no.—Es un aventurero.—Sí, si alguien propone una aventura maravillosa. En mi primera revista escribí una frase: «Los valientes puede que no vivan para siempre, pero los cautos no viven en absoluto». Y supongo que esa ha sido mi filosofía de vida. Como emprendedor, he tenido que enfocar mi mente, luchar por sobrevivir. Y también como aventurero. Y creo que en momentos de crisis, simplemente tienes que dar lo mejor de ti. Luchar. En los negocios, si tengo una noche crítica, lucharé toda la noche. Y si al final pierdo el negocio, al día siguiente me levanto y empiezo otra cosa. Si un huracán destruye mi casa, al día siguiente sigo adelante. Como aventurero, el riesgo es tu vida, así que no es tan sencillo. Pero, afortunadamente, tengo una estrella de la suerte allá arriba que me ha cuidado, un espíritu bondadoso. Y eso me hace trabajar aún más duro para proteger nuestro hermoso mundo. Y sin duda, prometo dar las gracias de la manera adecuada.—Pero cuando ha estado tan cerca de la muerte, ¿qué pasa por su mente?—Te sientes triste por la familia. Pero, curiosamente, no me detuvo de seguir. Y ahora mis hijos y yo hemos escalado el Mont Blanc dos veces juntos, el Matterhorn, el Monte Toubkal. Hemos hecho rutas en bicicleta de 2.000 kilómetros por Italia. Este año vamos a hacer India juntos. Y sí, siempre existe el riesgo de que alguno de nosotros no vuelva a casa. Pero nuestras vidas son mucho más interesantes.—Se involucró en la guerra de Irak en 1990, cuando la reina Noor de Jordania le pidió ayuda para los refugiados. Mandó en su avión ayuda y regresó con ciudadanos británicos atrapados en el país. Negoció con Saddam Hussein y consiguió traer rehenes a casa aterrizando en Bagdad. ¿Fue un punto de inflexión en su vida?—Fue la realización de que puedes levantar el teléfono y hablar con Saddam Hussein, y quizás conseguir la liberación de rehenes o incluso evitar que ocurra una guerra. ¿Puedes imaginarlo? Soy el tipo de persona que volaría alrededor del mundo en un globo, pero es mucho mejor para mí tratar de detener una guerra.—Su exposición mediática parece que le ha beneficiado, tanto para impulsar sus negocios como en acciones benéficas. Ha sido el rey de la publicidad. Algunas iniciativas en este ámbito parecían absolutamente descabelladas. ¿Es así?—Una de las ventajas de ser conocido a nivel mundial es que puedes saltarte todo tipo de burocracia en el ámbito benéfico. Ahora bien, en algunas ocasiones no hemos tenido el éxito que nos hubiera gustado. —¿Por ejemplo?—Creo apasionadamente que la guerra contra las drogas ha sido un fracaso terrible en el mundo. Ha causado muchísimo sufrimiento. Cientos de miles de personas han recibido antecedentes penales, o han pasado años en prisión. Y toda la violencia generada por las armas asociadas al narcotráfico. El hecho de que las personas no puedan pedir ayuda porque es ilegal, o que las drogas estén adulteradas con sustancias peligrosas que pueden matarlas. Así que hemos luchado durante años para cambiar esas leyes».»Hace apenas tres días tuvimos una reunión de la Comisión Global de Política de Drogas. Participaron 20 expresidentes, todos ellos haciendo lo posible por convencer a los líderes actuales de cambiar el enfoque. Con el cannabis, por ejemplo, ya logramos que se legalizara en buena parte de Estados Unidos y en otros países. Y eso no provocó un aumento en el consumo. Los impuestos que se recaudan del cannabis ahora regresan a la sociedad en forma de salud, educación y otras cosas.«En mi último día en la Tierra me sentiré en paz si transmití valores a mis hijos y dejé el mundo un poquito mejor»—¿Está más enfocado ahora en iniciativas filantrópicas que en los negocios?—Sí, pero seguimos creando nuevos negocios. Acabamos de lanzar Virgin Voyages, una nueva compañía de cruceros. También estamos planeando pronto lanzar un competidor del Eurostar a través del Canal de la Mancha.—Ha estado recientemente en Ucrania. ¿Con qué motivo?—Diferentes cosas. Establecimos un centro para soldados que han perdido piernas o brazos. Porque cuando pierdes un miembro, lo ideal es conseguir una prótesis en las dos semanas siguientes, mientras el cuerpo y la mente aún tienen memoria del miembro perdido.—¿Ha visitado al presidente Zelensky?—Sí, he pasado tiempo con el presidente Zelensky cada vez que he ido. Soy parte de su fundación y paso mucho tiempo haciendo lobby con políticos para que ayuden más a Ucrania. Ucrania fue invadida por otro país que quiere apoderarse de ella. Rusia había persuadido a Ucrania, junto con Reino Unido y EE.UU., de que entregara sus armas nucleares en 1993. Si no las hubieran entregado, no habrían sido invadidos. Así que es responsabilidad del Reino Unido y Estados Unidos detener a Rusia y sacarla del país».»Paso mucho tiempo tratando de hacer campaña en nombre de Ucrania y los ucranianos. Especialmente en estos tiempos, cuando el presidente Trump está actuando de formas tan extrañas. El trato que dieron a Zelensky en la Casa Blanca fue imperdonable. Su vicepresidente fue incluso peor. No lo entiendo. Tenemos que luchar para asegurarnos de que Europa se mantenga firme, y creo que lo está, y también luchar para que lo esté Estados Unidos.—Dice en su libro que las donaciones caritativas tienen su sentido, pero que resulta mucho más sostenible realizar una inversión capaz de generar beneficios. Es decir, altruismo con beneficio. ¿Podría desarrollar esta idea?—Creamos una organización llamada Audacious Ideas, en colaboración con Chris de TED. Identificamos las seis cosas que más necesitan arreglarse en el mundo, pero que requieren dinero de caridad para ser resueltas. Luego, reunimos a las personas más ricas del mundo en Necker Island durante cuatro días y recaudamos, tal vez mil millones de dólares. Eso es dinero puramente caritativo. Y luego creamos otra organización junto a Bono llamada The Rise Fund, que es la versión con fines de lucro. Hemos recaudado varios miles de millones para invertir en organizaciones que puedan cambiar el mundo y enfrentar grandes problemas. Y como los inversores obtienen un retorno, podemos atraer más y más dinero. Son sostenibles por sí mismos. —Tardaste casi 20 años para que se materializara tu primer viaje al espacio, algo que soñabas conseguir desde niño y que has logrado. ¿Cuáles son los próximos pasos para tu empresa espacial? —La nave con la que fui al espacio era un prototipo, un vuelo de prueba. Ha hecho doce vuelos al espacio. Pero entre cada vuelo, teníamos que esperar unos dos meses para revisar todo minuciosamente, porque era un modelo de prueba. Desde mi vuelo, todo el equipo se ha dedicado a construir nuevas naves y naves nodrizas que funcionen como aviones. De modo que no haya que inspeccionar cada detalle durante meses, sino que puedan estar listas en 48 horas. Y estamos a pocos meses de que salga la primera de esas nuevas naves, el nuevo prototipo. Si todo funciona, entonces podremos permitir que mucha más gente vaya al espacio. No nos faltan personas que quieran ir.—¿Cuál es el sentido que le da a la vida en este momento? —Mi familia y amigos, que es fundamental. No malgastar la vida. Estoy en una posición única y quiero marcar una diferencia positiva en tantas áreas como pueda. En mi último día en la Tierra me sentiré en paz si mantuve mi reputación intacta, transmití valores a mis hijos y nietos y dejé el mundo un poquito mejor.

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