«Algo se ha roto en Torre Pacheco y costará recuperarlo»

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«Algo se ha roto en Torre Pacheco y costará recuperarlo»

Hasta hace una semana, nadie hablaba de Torre Pacheco , este municipio murciano a algo más de media hora en coche desde Murcia capital. Pero la paliza de tres magrebíes contra Domingo , un vecino de 68 años del pueblo, y la posterior respuesta ultra de «cacería» contra los inmigrantes, hicieron saltar todas las alarmas en este municipio de unos 40.000 habitantes. El ambiente, enrarecido durante toda la semana por mensajes entrecruzados que han mezclado quejas vecinales por falta de seguridad y aumento de la delincuencia con proclamas ultras y por episodios violentos, ha dejado a un pueblo nervioso, pero que poco a poco va recuperando la normalidad. Superada la noche del martes, en la que se temían grandes disturbios por la presencia de agitadores y la de este miércoles, que quedó desinflada tras el cordón de seguridad de la Guardia Civil desplegado en el barrio de San Antonio, ahora queda ver y entender cómo se queda un pueblo donde el 30% de la población es inmigrante y donde parecía que la integración se había conseguido, pero que estos episodios ha puesto en duda.Noticias relacionadas estandar No Y Ahora Sonsoles El menor agredido en una de las «cacerías» de Torre Pacheco: «Tengo miedo y me quiero marchar del pueblo» Maria Sánchez Palomo estandar No Detenido en Mataró el líder del grupo ‘Deport them now’ acusado de instigar las «cacerías» en Torre Pachecho ABC«Algo se ha roto aquí. Siempre hemos convivido muy bien con los marroquíes y con todos, pero aunque queramos seguir como antes, la confianza no va a ser la misma y costará recuperarla», dice Manolo, un vecino de Torre Pacheco.Sobrellevando los casi 37 grados a la sombra como se puede, sentado en una terraza, Manolo y tres amigos hacen una radiografía de lo que ha pasado en su pueblo. «Lo que ha ocurrido ha pasado aquí, pero podía haber pasado en cualquier lugar . Es una desgracia la paliza al pobre Domingo, y la respuesta ha sido desproporcionada. Llevamos toda la vida conviviendo, pero esto no se va a olvidar tan fácilmente», comentan. Ignacio GilJusto en la mesa de al lado, toman café dos pakistaníes y en otra, un subsahariano, todos vecinos de Torre Pacheco y todos aún sin entender muy bien por qué ha pasado esto, aunque coinciden en la respuesta: «Los que han provocado esto son gente de fuera, no son vecinos de aquí», contestan.El miércoles, la delegada del Gobierno en la Región de Murcia confirmaba en una entrevista en Cope que el agresor de Domingo tenía la residencia en Barcelona, aunque no se sabe si vive allí o no y las habladurías del pueblo comentan que los otros dos agresores no son «ni siquiera de la zona». «Ninguno de los que el martes se manifestaba era del pueblo. No conocía a nadie. Y aquí, nos conocemos todos»Pero no solo los agresores de Domingo son de fuera, también los que convocaron la manifestación ilegal. «Ninguno de los que el martes se manifestaba era del pueblo, no conocía a nadie y aquí, nos conocemos todos», asegura una camarera del centro de Torre Pacheco.Hartazgo con los mediosAunque los vecinos del pueblo están tranquilos y piensan que la normalidad ya ha llegado, los comercios abren a su hora y cierran a su hora (no como los primeros días que algunos establecimientos del centro se vieron obligados a terminar antes la jornada por miedo a disturbios), lo que sí se ha extendido es el cansancio y el hartazgo con los medios de comunicación.«Todo se ha exagerado, y sí ha habido violencia en ciertos momentos, pero siendo de aquí veía en la tele una cosa y salía a la calle y era otra», dice indignada María, una ecuatoriana que lleva viviendo 25 años en Torre Pacheco. «Ahora no vale con condenar lo que ha pasado aquí y marcharse, hay que poner solución» María Propietaria de una tienda de ropaTambién están cansados de mensajes ultras y vídeos en redes «que solo buscan armar ruido y jaleo», comenta un matrimonio vecinos del barrio de San Antonio, lugar donde se produjeron los primeros disturbios el viernes por la noche y donde vive la mayoría de la comunidad marroquí. Lo mismo opina Estíbaliz, vecina del pueblo que regenta un bar o de María José, que es propietaria de una tienda de ropa. «Ahora no vale con condenar lo que ha pasado aquí y marcharse, hay que poner solución». ¿Solución a qué? ¿Cuál es ese problema en el que coincide la gran mayoría de vecinos?El problema, y muy repetido entre todos los entrevistados por este periódico, es la situación que tienen los jóvenes marroquíes que merodean la ciudad «sin oficio ni beneficio» . No se trata de un mensaje incriminatorio, sino de la realidad que los vecinos viven día a día. Saben que no todos son iguales y que no hay que criminalizar a todo joven de origen marroquí, pero sí que es lo que ven y sienten en las calles. Estíbaliz, que se crio en el barrio de San Antonio, lo sabe muy bien. «Existe una gran diferencia entre los padres de los chicos y ellos. Los padres y madres que llevan aquí algunos más de 20 años se han integrado perfectamente, trabajan y nunca han dado ningún problema, pero no está pasando lo mismo con los chavales».Baja tasa de criminalidadTorre Pacheco es lugar de inmigrantes, casi el 30% de la población viene de fuera y en su gran mayoría su ocupación está en el campo: invernaderos de pimientos, tierras de cultivo de melones, naranjas, alcachofas o brócolis. Son la mano de obra que una zona agrícola como esta necesita, por eso, en general, siempre han sido bien acogidos por los vecinos. «Todas estas personas son necesarias aquí» , dice una vecina que prefiere mantenerse en el anonimato «por miedo a represalias, porque aquí nos conocemos todos». Su hijo, que tiene campo, sabe de primera mano lo necesarios que son, «sin estos inmigrantes no podríamos mantener el campo», dice, pero advierte «aunque no hay que generalizar y hay buenas personas, sí que existe una sensación de peligro y delincuencia».«Existe una gran diferencia entre los padres de los chicos y ellos. Los padres se han integrado perfectamente. No está pasando lo mismo con los chavales»Sin embargo, los datos muestran lo contrario. La tasa de criminalidad de Torre Pacheco es de 40 delitos por cada mil personas con un 30% de inmigrantes. Más baja que en Madrid , Murcia o Barcelona con muchos más inmigrantes.El sentimiento de que algo se ha roto también lo tienen los jóvenes de origen marroquí del barrio de San Antonio. «Han venido de fuera a extender el odio y a venir a por nosotros, pero se han topado con un pueblo trabajador que está unido y que vamos a defendernos», dice un joven de 19 años nacido en Torre Pacheco de padres marroquíes. «Mi padre vino hace 30 años aquí, es autónomo y trabaja día y noche. Yo soy carretillero, así que no me vengan con que no trabajamos », comenta enfadado. Sus amigos, del mismo origen que él comparten el mismo pensamiento: «Si vienen a por nosotros, nos vamos a defender», dicen. La situación ya casi entrada la noche parece controlada: la Guardia Civil desplegó un dispositivo para controlar las entradas y salidas de este barrio pachequero «para que no ocurra nada de lo que luego nos podamos arrepentir», aseguran las fuerzas de seguridad despejadas.

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