Han sido dos de los mejores jugadores de la historia del fútbol, muchos piensan que los dos mejores: Maradona y Messi . Los dos jugaron en el Barça, como Lamine Yamal . Los dos alcanzaron la gloria con dos tipos de carreras deportivas muy distintas: Maradona fue disperso, excesivo, hiperbólico, mítico. Su yo espiritual se mezclaba con su yo futbolístico. Jugaba para el Barça, para Nápoles, para la Argentina, pero sobre todo para Dios, que a veces daba la sensación que se disfrazaba de él mismo. Messi en cambio fue siempre discreto, puntual, riguroso, cumplidor, autoexigente. Nunca un exceso, por lo menos que se supiera, cuidado máximo de su cuerpo de atleta. No drogas, no metáforas, no mezcla con el Cielo. Frases de monosílabos y pocos. Ideas todavía más cortas. Messi parecido a Cristiano. Maradona parecido a Neymar, aunque no lo puede ni rozar el brasileño, el gran ídolo de la joven estrella del Barça. Su controvertida fiesta de cumpleaños, con enanos y elegidas chicas, así lo acredita también en el terreno social. Lamine Yamal tiene todavía que decidir qué tipo de jugador quiere ser , con qué trascendencia; tiene que decidir qué tipo de carrera quiere tener y actuar en consecuencia. De momento es un chico que recién ha estrenado la mayoría de edad y que cuando llegó al Barça, La Masia fue para él, más que una escuela de fútbol, una casa de acogida. El niño era un genio pero estaba quebrado por dentro. Familia desestructurada, musulmana, sin recursos, viviendo en una marginalidad que coqueteaba con la miseria, sin raíces claras, y las pocas que tenía, francamente peligrosas, hasta el punto de que su padre estuvo a punto de ser asesinado en su barrio de Rocafonda . Es decir, una familia pobre o muy pobre. Lo primero que ha cambiado en la vida de Lamine Yamal es que su padre ha dejado de ser carne de cañón de un barrio marginal , y con situaciones de violencia extrema, para ser el vecino divertido de la avenida J.V. Foix en el barrio de Pedralbes de Barcelona. Ha sido un motivo de gran tranquilidad para el chaval que a su padre ya no sólo no le quieran matar sino que todo el mundo le ríe las gracias. Un día un vecino vio a Mounir hablando con unas personas en la puerta del bloque y le preguntó: «¿Vuelves a hacer obras?». Y el padre del chico respondió: «No son operarios, son mis amigos». Y eso fue motivo de risas y abrazos, y de camisetas firmadas de su hijo y de entradas para Montjuic.La familiaPero a pesar de que cuando a uno le dejan de querer asesinar al padre vive más tranquilo, desde luego Mounir no puede ser un asidero, un referente –más allá de lo sentimental– para su hijo. La abuela lo ha sido en su crianza pero ya no tiene fuerzas y este mundo no lo entiende. La madre es más normal que el padre pero no tiene tanta presencia. La persona en el club que se desvive por el jugador es Alejandro Echevarría . Es el que lo cuida, es el que sabe a cada momento lo que hace y dónde está. Es el consejero, el referente. Es su primera y última llamada cuando quiere hacer algo. El que cada día hace posible a Lamine Yamal es Alejandro Echevarría. Si quieres algo del jugador hay que hablar con Alejandro. Y no sólo sucede con Lamine. El excuñado de Laporta tiene un control total y absoluto del primer equipo, del día a día de los jugadores y de su relación con el mundo. Nunca nadie en Europa había mandado tanto en un gran equipo. Los jugadores sólo confían en él. Le adoran.Pero el mundo es hoy más complejo que en los tiempos de Messi y de Maradona. En las redes sociales acaba saliendo todo, por muchas precauciones que tomes. La intimidad es muy difícil de blindar y es imposible vivir sin intimidad. La distorsión que producen algunas filtraciones es devastadora. La inconsciencia de la edad, y la relación ligera, frívola, con la viralidad, tampoco ayuda… en según qué casos.Lo que deslumbra de las cifras de Lamine Yamal es su nuevo contrato por el que acabará cobrando alrededor de 300 millones , 25 al año, aunque empezará por 20. Pero lo significativo es que por publicidad cobrará prácticamente lo mismo, y tiene a otro equipo de profesionales para gestionarlo, también con su influencia, y con la presión que ejercen en la agenda del muchacho. Adidas es su ‘patrocinador propio’ más relevante, entre muchos otros que ya están y otros tantos que llegarán. Actos sociales, fiestas, presentaciones, el árabe ultramillonario que paga 3 millones de euros para que vayas de sorpresa al cumpleaños.Noticias relacionadas estandar Si Hinchas Iñaki López: «Lo de Nico Williams ha sido apoteósico, aún tenemos la sonrisa puesta» María José Hostalrich opinion Si Todo irá bien No es el Gamper, son 100 millones Salvador SostresPara todo ello, a sus 18 años recién cumplidos, Lamine Yamal cuenta ya con un jefe de comunicación, un jefe de marketing y un abogado , y de momento no tiene un jefe de seguridad pero están en ello, porque lo que desde luego Lamine Yamal no puede hacer es ir solo por la calle o a los actos. Este nuevo entorno no tiene en él tanta influencia como Alejandro Echevarría, pero ahí están, y mueven alrededor del jugador un negocio tan importante (aunque subsidiario de su rendimiento futbolístico, claro) como el que le genera el Barça. Y además, su primo y su mejor amigo. De momento, nada grave. Pero están por ver los caminos.Para Echevarría no es un problema de celos pero sí de gestión del resto del vestuario. Al final, por mucho que intentes compensar vanidades y egos repartiendo entrevistas y actos sociales entre los distintos jugadores, todos pueden ver los ‘followers’ que cada uno tiene en Instagram o lo que a cada cual pagan por un ‘engagement’, es decir, por mencionar a una determinada marca. No es lo mismo ser Cubarsí que ser Lamine . La falta de un capitán como Puyol que pudiera guiarle y sobre todo de una figura como Cruyff o Txiki (Beguiristain) con autoridad moral para ejercer un liderazgo profesional en los intangibles de un deportista de élite es ya un problema para el club, y si no lo remedia se encontrará en breve con un Lamine envalentonado al modo de Messi, que sangró al Barça aprovechando la debilidad del presidente Josep Maria Bartomeu.Lamine Yamal acabó la pasada temporada como joven estrella deslumbrante y empezará la próxima como líder del equipo con la presión de tener que justificar los 300 millones que el Barça acabará pagando por tenerlo. Empieza el camino de la gloria. O el de la carnicería .

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