Los aranceles que Donald Trump va a imponer a las importaciones que realiza Estados Unidos van a cambiar el comercio internacional. Nadie se va a escapar. En el caso europeo, a partir del 1 de agosto entrarán en vigor las nuevas tasas del 30%. No obstante, todavía queda un mundo. De hecho, la Unión Europea ha asegurado que tiene la intención de negociar. Aunque a estas alturas da lo mismo el resultado. La inestabilidad e incertidumbre que se desprende de la geopolítica a nivel mundial obligará a las empresas a tener que adaptarse.En primer lugar habrá que afrontar los aranceles de Trump. Aunque no solo eso. Las contramedidas que pondrá Europa también afectarán a los equilibrios comerciales. Por eso, las empresas deben adaptarse y encontrar fórmulas para que sus negocios se vean impactados lo menos posible . En un segundo estadio, y asumiendo que puede haber cambios en la Casa Blanca dentro de cuatro años, se deberá asumir si merece la pena hacer cambios en la estrategia o no.Noticia Relacionada estandar Si Inditex afronta los aranceles de Trump «bien preparada ante cualquier escenario» Raúl MasaEn todo caso, habrá que ir paso a paso. Lo primero es asumir que, a la espera del porcentaje definitivo, los aranceles llegarán. Ante esta situación, la ex secretaria de Estado de Comercio y asesora en LLYC, Marisa Poncela , recuerda a ABC que «las empresas tienen que empezar a darse cuenta de que ese mercado en el que tanto han invertido tienen que ver si su producto es sustituible». La única certeza es que habrá que revisar las estrategias . Poncela asume que se deberá hacer encaje de bolillos a nivel de negocio, puesto que si las empresas encuentran que hay competidores de países que no tienen aranceles, no queda más remedio que pensar que les van a poder sustituir. Es decir, si un producto agrícola puede llegar a Estados Unidos sin estar gravado, lo probable es que quien importa desde allí apueste por eso. En ese contexto, cuando no se pueda competir con productos más baratos en la aduana de EE.UU., las empresas deben pensar en buscar mercados alternativos. Pero Poncela advierte: «No es una medida fácil». Desde el pasado 2 de abril, Día de la Liberación, se habla mucho de Canadá o Australia como destinos atractivos para que exporten las empresas españolas. Aunque la realidad es más compleja: « Entrar en un mercado no se hace de un día para otro . Una compañía, por norma general, invierte mucho dinero y esfuerzo en entrar en un destino concreto porque ha asumido que es un mercado muy atractivo; y buscar un mercado similar nunca es fácil». Además, explica la ex secretaria de Estado de Comercio que estas medidas son «de medio y largo plazo».Por ello, pese a que se trata de una posibilidad, y ahora mismo es la que manejan muchas empresas, « entrar en países que puedan estar bien es un acierto, pero luego hay que vigilar que no tengan una excesiva competencia ». Es decir, que ir a vender salmón a los países del norte de Europa puede parecer interesante, pero sería un suicidio comercial.Estos movimientos también están muy condicionados por el sector. Las recomendaciones anteriores tienen que ver más con los productos que se envían de manera directa a EE.UU. Sin embargo, la industria guarda otras singularidades. Explica Poncela que «la cadena de valor marca mucho todo el comercio, porque va y viene muchas veces a un país. Se puede derivar producción a otro origen, pero EE.UU. también está controlando estas situaciones».Largo plazo¿Merece la pena cambiar la estrategia comercial para cuatro años? Otra duda que abordan las empresas españolas tiene que ver con la posibilidad de que los aranceles sean temporales. Pero aquí existen otros factores que deben tener en cuenta las empresas.Así lo explica a este medio el socio responsable de Infraestructuras, Transporte, Gobierno y Sanidad de KPMG en España, Cándido Pérez: « La política arancelaria irá más allá de Trump , forma parte de un conjunto de políticas comerciales e industriales que permanecerán en el tiempo, en forma de aranceles o de otras políticas específicas. Las empresas deberían revisar sus estrategias en un contexto internacional que no volverá al escenario anterior». Un planteamiento que comparte Poncela. Estima que « hay que adaptarse a la realidad porque el orden mundial está cambiando ». De hecho, hay factores como la irrupción de la inteligencia artificial que también provocará cambios muy importantes. Por eso, las empresas deben ampliar su foco de actuación más allá de los aranceles. Además, recuerda la ex secretaria de Estado de Comercio, una de las claves cuando una empresa activa planes de internacionalización es que no vuelva pese a que la incertidumbre pueda crecer en momentos determinados.Negociación urgenteBajo este escenario, existe un consenso en la necesidad de negociar. Uno de los últimos en llamar a la acción ha sido el Club de Exportadores e Inversores Españoles. Han solicitado un conjunto de medidas urgentes para reactivar la capacidad exportadora del tejido empresarial español, con especial atención a las pequeñas y medianas empresas. Entre las principales prioridades, la organización propone un aumento significativo en la dotación presupuestaria de los instrumentos financieros de apoyo a la internacionalización, especialmente en lo que respecta a los créditos a la exportación destinados a proyectos de infraestructuras en terceros países. «Esta medida permitiría a las empresas españolas diversificar mercados y mitigar riesgos en un entorno internacional complejo», ha declarado su presidente, Antonio Bonet.Desde el Club se considera igualmente urgente implementar reformas orientadas a mejorar la competitividad exterior de las empresas, reduciendo cargas fiscales, laborales y regulatorias que actualmente obstaculizan la actividad exportadora.Según los últimos datos analizados por el Club, la exportación española está cayendo como porcentaje del PIB desde el año 2022, a pesar del excelente comportamiento de la exportación de servicios. La exportación de bienes permanece estancada desde hace más de dos años. En el 2022 la exportación de bienes alcanzó el 28% del PIB en el año 2022, pero ha ido cayendo hasta suponer el 24%. Menos de 30.000 empresas exportan de forma regular bienes por más de 50.000 euros anuales y el 66% de las exportaciones está concentrado en 1.000 compañías. Además, apenas un 8,5% de los productos exportados son de alta tecnología, una cifra que representa la mitad de la media europea, que se sitúa en torno al 18%.En el plano financiero, el Club propone aumentar la dotación del Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM), reforzar la línea de estudios de viabilidad, reformar el Contrato de Ajuste Recíproco de Intereses (CARI), y dotar de mayores recursos humanos a entidades clave como Cesce, ICO y Cofides. También se solicita un incremento del presupuesto del ICEX para la promoción de exportaciones.

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