Estamos deseando que lleguen las vacaciones para olvidarnos del reloj, de las apretadas rutinas, y poder tener de tiempo de descanso a nuestro antojo. El ideal de muchas familias es poder disfrutar juntos y, en la medida de lo posible, recuperar ese tiempo perdido en familia que el resto del año no podemos compartir por culpa de las prisas y el estrés diario. Los expertos recuerdan que esta época estival es una oportunidad de oro para reforzar vínculos, y hay algunas fórmulas que no fallan para logarlo. La psicóloga infantil Silvia Álava reconoce a ABC que cuando tenemos niños pequeños, ese descanso no siempre está garantizado para los padres, puesto que, además de atenderles, es importante que reserven un tiempo para jugar juntos. «Puede ser en la playa, en la piscina, en la montaña o en casa, el lugar es lo de menos, lo importante es buscar esos momentos de diversión y conexión emocional. El juego es un factor protector de la salud mental en la infancia, y el vehículo perfecto que nos ayuda a generar vínculos de seguridad. Es normal que los padres lleguen muy cansados a las vacaciones, agotados, pero no deben dejar de reservar tiempo de juego con sus hijos, sobre todo al aire libre». Y es que, según apunta esta experta jugar en familia tiene múltiples beneficios. «Ayuda a forjar vínculos de calidad; a entrenar habilidades socioemocionales, tan importante para el éxito en la vida; desarrolla múltiples procesos cognitivos , como la capacidad de atención, la importancia de seguir instrucciones, respetar los turnos, o la memoria, la planificación y la organización; facilita la adquisición de habilidades de negociación, para esto es importante que no elijan siempre ellos a lo que jugar, sino que sea un proceso que se negocie en la familia; aprender a tolerar la frustración, dado que unas veces se gana y otras se pierde…».Noticias relacionadas estandar No «Al intentar relajarnos en verano saltan las riendas del aguante y el riesgo de estallar es alto» Laura Peraita estandar Si Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad El TDAH no se va de vacaciones, ¿cómo lidiar con él en familia este verano? Laura PeraitaEste importante recordatorio a las familias, aunque parezca obvio, es muy importante. Y es que la foto fija familiar de las vacaciones ha cambiado mucho en los últimos años. Actualmente parece que las bicicletas ya no son para el verano. Si hasta hace apenas unos años las vacaciones escolares eran sinónimo de libertad para los niños, de estar horas montando en bici, de carreras, juegos en grupo… hoy las pantallas han invadido también las vacaciones de los niños. No hay que olvidar, tal y como decía María Montessori, que el juego es el trabajo de la infancia y un potentísimo aliado evolutivo para el desarrollo integral del niño. Por ello, las pantallas, cuanto más lejos mejor. A través del juego los menores de todas las culturas y fases de la historia han aprendido a integrarse en el mundo que les rodea, han experimentado a través de los sentidos, han reconocido la adopción de límites y reglas. Su actitud lúdica es lo que les impulsa a explorar nuevos caminos, a afrontar nuevos retos que desafíen sus límites autoimpuestos, a descubrir el mundo que les rodea.Por ello, los expertos insisten en que el verano es un momento especialmente valioso porque los niños disponen de tiempo libre para gestionarlo, incluso para aburrirse, lo que supone el germen de nuevos proyectos e ideas, pero también para tomar sus propias decisiones, para que no todo quede planificado por sus progenitores. «Hoy, en cambio, muchas infancias transcurren tras una pantalla. A golpe de clic, los niños saltan de vídeo en vídeo sin levantarse del sofá, viajando sin moverse y aunque los adultos creemos que están más seguros, en absoluto es así. Hemos sustituido las rodillas peladas por los problemas que ocasiona el abuso de pantallas. El ocio se ha vuelto digital, programado, controlado… pero también limitado. Y con ello, hemos perdido parte de la magia que hace del verano un escenario único para el juego, la creatividad y la aventura». Según datos de la Alianza por la Infancia , los niños dedican menos de 3 horas a la semana al juego libre al aire libre, y en países como España, los dejan de jugar con regularidad a partir de los 10 años. Una tendencia preocupante, ya que el juego es un derecho reconocido por Naciones Unidas y una actividad esencial para el desarrollo físico, emocional, social y cognitivo.El verano es momento de respirar y aburrirse y es que «del aburrimiento surge la chispa de la creatividad, el ingenio, la capacidad de imaginar y resolver». Desde el Observatorio del Juego Infantil advierten que el juego libre permite enfrentarse a desafíos reales, físicos, tangibles: trepar a un árbol, correr detrás de una pelota, caerse y volver a levantarse, superar la frustración de una peonza cuyo pirueta se resiste una y otra vez. Les enseña a gestionar el riesgo, a tomar decisiones, a trabajar en equipo, a reírse de lo imprevisto. Cosas que ningún videojuego, por sofisticado que sea, puede replicar.MÁS INFORMACIÓN noticia No Silvia Álava, psicóloga: «La IA no tiene en cuenta los valores ni principios, el sistema se nos puede quebrar» noticia No Planes para hacer con tus hijos aunque el calor apriete noticia No Hoteles familiares para disfrutar juntos padres e hijosPor este motivo, los expertos del Observatorio insisten en que los adultos deben recuperar el valor del juego como algo esencial, no accesorio, sobre todo en verano, cuando el entorno –más relajado, más flexible, más natural– invita a conectar con lo auténtico. No se trata de organizar más actividades, sino de dejar espacio para lo inesperado. De confiar en que los niños cuando tienen tiempo, espacio y libertad, saben muy bien qué hacer con ellos. Por ello, recalcan: «este verano, el mejor plan está al otro lado de la pantalla. Está en salir a jugar».

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