Horrorosa noticia para la música en directo en Madrid. Cierra el Café Central, toda una institución cultural que desde 1982 no sólo ha mantenido una de las agendas más suculentas y nutridas de la ciudad, sino que también ha sido una reserva espiritual de una manera de entender los conciertos, donde la cercanía, el buen trato y la excelencia eran la norma de la casa.Según han confirmado sus responsables a ABC, la causa no ha sido otra que un cese del arrendamiento del local que, «aunque se veía venir desde hace un tiempo», se ha producido de forma repentina en mitad del verano. «El propietario ha decidido no seguir alquilándonos, para cerrar durante un año, y luego ver qué ofertas le llegan», explica su programador, Javier González. «A pesar de las múltiples ofertas presentadas por la dirección del Club, los propietarios nunca accedieron, durante los últimos siete años y tras múltiples intentos, a sentarse con representantes del Club para negociar un acuerdo o por lo menos para dar a conocer el precio por el cual lo alquilarían».Tras conocer la noticia, se ha intentado buscar algún lugar para abrir «un Café Central 2.0», pero los locales tanteados finalmente no han cuajado. Por ello, se ha habilitado un buzón de correo —central2.0@cafecentralmadrid.com— para recibir propuestas de locales que puedan albergar el proyecto.Café Central cumplirá 43 años en agosto, pero será su último aniversario en el número 10 de la Plaza del Ángel, pues el 12 de octubre acogerá su último concierto. Hasta entonces, se ofrecerá una serie de actuaciones estelares con viejos y nuevos amigos de la sala, «para despedirnos por todo lo alto», dice González. «Se quiere compartir este momento con todos aquellos para quienes el Central ha sido parte importante de sus vidas: músicos, trabajadores, extrabajadores, clientes y amigos. Será una despedida cargada de emoción, memoria y gratitud, en la que se rendirá homenaje a todo lo que el Central ha significado para la ciudad y para la cultura».Durante más de cuatro décadas, el Café Central ha sido un espacio de referencia para la música en directo, con más de 14.000 conciertos celebrados y más de un millón de asistentes. Su programación diaria, con dos conciertos cada noche del año, ha ofrecido una plataforma estable para músicos nacionales e internacionales, convirtiéndose en el escenario principal para grupos de jazz de toda España y de países como Italia, Francia, Reino Unido, Alemania, Brasil, Cuba y Estados Unidos.Por su escenario han pasado figuras esenciales del jazz como Tete Montoliu y Pedro Iturralde, pilares del género en España, junto a artistas internacionales de renombre como George Adams, Lou Bennett, Benny Golson, Jeanne Lee, Ara Malikian, Paquito D´Rivera, Mark Turner, Kenny Barron, Sheila Jordan, Ron Carter, Brad Mehldau, Ben Sidran, Joshua Edelman y músicos nacionales como Javier Colina, Chano Domínguez, Javier Krahe, Jorge Pardo, Ignasi Terraza, Silvia Pérez Cruz, Andrea Motis o Lluís Coloma, que han contribuido a la reputación del Central como uno de los mejores clubes de jazz del mundo.El cierre del local supone la pérdida de empleo para 35 trabajadores, muchos de ellos con una larga trayectoria en el Club. Además, desaparece un espacio que ha sido fundamental para el tejido cultural madrileño, reconocido por publicaciones especializadas como Down Beat —que lo incluyó entre los 100 mejores clubes de jazz del mundo— y Wire, que lo situó en el octavo puesto a nivel europeo. En el año 2005 la Academia de la Música y la Ciencias otorgó el Premio a la Difusión de la Música al Central de Madrid y al Harlem de Barcelona. En el 2016 el diario británico incluyó al Central en su lista de los 10 mejores clubes de jazz de Europa. En 2023 la Associació de Músics de Jazz i Música Moderna de Catalunya (AMJM) otorga al Central el Premi a la Difusió de la Música en Viu, premio que se entrega por primera vez fuera de Cataluña.El Café Central ha sido también escenario de películas, series de televisión y actividades culturales diversas. Desde la serie Anillos de Oro de Pedro Masó hasta la película Tenéis que venir a verla de Jonás Trueba, el local ha mantenido su estética original desde su apertura, convirtiéndose en un símbolo de autenticidad y continuidad. Además de la música, ha acogido la publicación de libros, edición de discos, eventos de teatro, cine, fotografía, ilustración y gastronomía.

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