El Gobierno presionó hasta el último momento, consciente de la unanimidad que existía en el sector energético para sacar adelante el real decreto ley ‘antiapagones’. Pero en el PP, al menos entre los dirigentes que elaboraron la posición del partido y quien tomaba la decisión en última instancia –Alberto Núñez Feijóo– siempre estuvo claro que sería un no. Primero, en la cúpula no consideraron en ningún momento salvar a Pedro Sánchez en una votación clave. Con la reducción de la jornada laboral y la ley de acceso a la carrera judicial de Félix Bolaños fuera del orden del día, el plato fuerte era el texto de la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen. Y a eso se sumó un elemento clave esta semana, que también influyó en la decisión, según explican fuentes del partido: el fuerte interés de la gran mayoría de empresas del sector energético en que saliera adelante.Algunas de ellas aparecen hoy relacionadas con el caso de Cristóbal Montoro , recientemente imputado en un juzgado de Tarragona, porque fueron clientes de ‘Equipo Económico’. De hecho, según consta en el sumario , los investigadores repasan a fondo la situación del sector de las energías renovables en aquellos años para explicar el momento en el que algunas compañías recurrieron a los servicios del despacho que fundó el exministro de Hacienda. «En este momento no tiene sentido que precisamente aparezcamos al lado de las eléctricas. Y si hay presiones, más. Nosotros no estamos para atender a presiones de nadie. Solo de los consumidores, que son los ciudadanos. Esa es la única idea que podemos lanzar ahora», reflexionan dirigentes del PP y algunos diputados del grupo parlamentario. Noticia Relacionada estandar Si El juez mantuvo siete años en secreto la causa por temor a que se fuera «al traste» si Montoro la conocía Carmen Lucas-Torres El instructor de Tarragona trató de justificar en un auto que los datos no salieran a la luzLa sensación extendida en el partido es que su jefe de filas quiso evitar a toda costa un guiño así en este contexto. El decreto era sensible y en el Gobierno intentaron salvarlo hasta el último momento. Los populares no quisieron desvelar casi hasta el final el sentido del voto, a pesar de tener decidido el rechazo. Tanto es así que una vez más los diputados desconocían el botón que tenían que pulsar hasta que la posición salió publicada en los medios de comunicación.En la dirección justificaban el exceso de celo para no dar pistas al Ministerio de Transición Ecológica, que tuvo que encajar una derrota dura. De la decisión del PP trasluce la decisión de no ayudar al Ejecutivo cuando los socios habituales le fallen (también Podemos, Junts y BNG votaron en contra, por lo que los conservadores eran esenciales) y también prueba, a ojos de las distintas fuentes consultadas, que el caso de Montoro ha impactado de lleno en la formación. Se volvió a ver ayer con la dimisión de la diputada Noelia Núñez , que mintió sobre sus estudios universitarios. Muchos cargos del PP achacan al «contexto» y a la «presión» que tienen encima la decisión de dejarla caer. «Lo de Montoro nos hace polvo en este momento concreto . El umbral está fijado muy alto porque la corrupción de Sánchez y la oposición que tenemos que hacer no deja otro margen», reflexionan en las filas populares, con temor a que el asunto del exministro continúe.

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