Cae en Barcelona una organización que vendía móviles en Marruecos y China

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Cae en Barcelona una organización que vendía móviles en Marruecos y China

Cada día se roban una media de 155 móviles en Cataluña , la mitad de ellos, en la capital catalana. « Barcelona es un ‘hub’ para profesionales que vienen a delinquir de forma continuada. No es algo exclusivo de la ciudad, también pasa en otras zonas de Europa con mucho turismo, por lo que se convierten en un punto de atracción para quienes dedican su vida a delinquir», ha apuntando este viernes el inspector de los Mossos Lisard Hidalgo. Precisamente por ello, el objetivo del Cuerpo es atacar las estructuras criminales que «mantienen» a los multirreincidentes . En este caso, al asestar el mayor golpe hasta la fecha contra una organización que compraba móviles robados , luego estafaba a sus legítimos propietarios haciéndoles creer que estaban recuperando sus claves de acceso y, finalmente, los enviaban a Marruecos o China para su posterior venta en el mercado negro.Las pesquisas arrancaron en 2024, gracias a varias víctimas que comprobaron, mediante la geolocalización, que sus teléfonos se encontraban en pisos del barrio del Raval . Cuando los investigadores comenzaron a revisar sus denuncias encontraron un elemento común: algunas estaban asociadas también a estafas. Y es que varios propietarios, tras el robo de sus terminales, había recibido mensajes que les pedían sus contraseñas para recuperarlos. En realidad era los mismos delincuentes que se los habían sustraído quienes los enviaban, para así acceder a sus datos bancarios , almacenados en el propio móvil, y realizar compras con el límite máximo que hubiese fijado su titular. «De 800 o 1.000 euros, que gastaban en pequeños comercios también del Raval, próximos a los pisos donde guardaban los teléfonos robados. Supermercados, fruterías…pero no comprobaban dos kilos de plátanos», ha ironizado el inspector, «sino que en connivencia con el dueño del local, realizaban las compras para quedarse con el dinero, y a este le daban una pequeña parte». A una veintena de víctimas lograron estafarles así más de 25.000 euros. Con el avance de las pesquisas, los investigadores del Cuerpo catalán llegaron hasta el grupo que compraba los móviles robados. Los sustraían delincuentes habituales , los denominados multirreincidentes, sobre todo por el centro de Barcelona, y luego los vendían a la organización asentada en el Raval. Pero los Mossos también han localizado víctimas en otras poblaciones españolas, a quienes habían sustraído el teléfono en festivales, supermercados, discotecas, o incluso que se lo habían olvidado en un taxi o perdido en la calle. Las denuncias son pocas , ya que la Policía ha recuperado 1.022 terminales y sólo hay 171 quejas interpuestas. Al llegar hasta los inmuebles, los agentes comprobaron que había « controladores de acceso », bien para alertar de posible presencia policial o para disuadir a los propietarios que hasta allí se acercaban una vez el posicionamiento del teléfono robado les indicaba que se encontraba por la zona. Llegaron a «espantar» a algunas de las víctimas, sin llegar a mayores. La segunda misión de ese grupo de receptadores, tras adquirir los móviles robados, era intentar obtener esas credenciales para cometer la estafa . Para ello contaron con ayuda: una suerte de subcontrata, integrada por tres sujetos de Sabadell (Barcelona), responsables de diseñar los mensajes fraudulentos que enviaban a los legítimos propietarios de los terminales. El tercer paso era vender los móviles fuera de España. Para ello contaban con dos vías, si habían conseguido desbloquear el teléfono, este se enviaba a Marruecos, en coche -y luego vía ferry-. Los que no, viajaban hacia China mediante paquetería. Los Mossos sospechan que allí se vendían por piezas o que volvían al mercado como «reacondicionados». Noticia Relacionada estandar No El crimen organizado francés cruza la frontera para proveer de armas a las redes de narcos que cultivan marihuana en Cataluña Elena Burés Los Mossos asestan un nuevo golpe al tráfico internacional de droga, al desarticular dos organizaciones asentadas en el territorio. Una, liderada por albaneses y otra por franceses de origen magrebíUna de las particularidades del grupo de receptadores del Raval es que, para evitar que funcionase la geolocalización, envolvían los teléfonos en papel de aluminio . ¿El objetivo? Crear una suerte de jaula Faraday -que protege el espacio interior de campos electromagnéticos externos, bloqueándolos- y que no pudiesen ser rastreados. El plan les falló porque para cometer las estafas tenían que quitar el envoltorio para mandar los mensajes fraudulentos. Así, algunas víctimas supieron donde estaban y arrancó la investigación de los Mossos. Como anécdota, los terminales recuperados se trasladaron a la comisaría de Les Corts y, cuando comenzaron a quitarles el papel de aluminio, algunos propietarios acudieron a dependencias policiales al haber podido, al fin, obtener su geolocalización. El Área Central de Cibercrimen realizó las primeras detenciones, la de los tres individuos de Sabadell, el pasado 25 de mayo, mientras que la División de Investigación Criminal (DIC) de Barcelona explotó la operación contra los receptadores la semana pasada. De los 17 detenidos, de entre 30 y 40 años, cuatro han ingresado ya en prisión provisional.

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