El desembarco de Alberto Nadal , dos veces secretario de Estado con Mariano Rajoy, en la actual dirección nacional del PP es inminente. Alberto Núñez Feijóo decidió recuperarle para reforzar el área económica del partido, hasta ahora gestionada casi en solitario por Juan Bravo. Aunque todavía no ha ocupado su despacho en Génova, ya ejerce labores de vicesecretario económico y ha estado muy encima de la posición del PP en el ‘decreto antiapagones’ que le tumbaron al Gobierno hace apenas unos días. En el entorno de Feijóo insisten en defender su nombramiento, pero muchas voces internas reconocen que se ha visto «empañado» por la reciente imputación del exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro , y buena parte de su cúpula en el ministerio. Nadal fue secretario de Estado de Presupuestos y Gastos entre 2016 y 2018. Antes lo había sido de Energía con José Manuel Soria durante cuatro años. Su nombre no aparece en el auto judicial de Tarragona.Sin embargo, las dudas internas sobre su llegada se han disparado en las últimas horas a raíz de la dimisión de la diputada por Madrid, Noelia Núñez, que también ocupaba una vicesecretaría en la cúpula del PP. El listón establecido para su caso –falseó el currículum con estudios que no tenía concluidos– con la dimisión de todos sus cargos bajo el paraguas de la «ejemplaridad» y la obsesión del PP por marcar distancias con el PSOE –«no somos como ellos»– inquieta mucho a dirigentes de distintos ámbitos. Se preguntan si era necesaria una solución tan drástica: dejar su responsabilidad en la dirección, el acta de diputada e incluso la de concejal en Fuenlabrada. Todo después de una campaña en redes sociales desatada, además, por el ministro Óscar Puente. «Igual nos hemos pasado un poco con el umbral fijado. Se nos puede volver en contra », reflexionan dirigentes nacionales y territoriales, preguntándose los «precedentes» que la decisión fija a partir de ahora.Hay muchos supuestos encima de la mesa, pero todas las miradas se dirigen en este momento hacia Alberto Nadal. El estallido del caso Montoro –en fase de instrucción, cuyo desenlace se verá más adelante, pero que daña mucho la imagen del partido en un momento de total debilidad para el Gobierno de Pedro Sánchez– ha dado un vuelco a la estrategia de los populares. En la dirección reconocen que llega en un «momento nefasto» y que les obliga a elevar los niveles de exigencia para evitar cualquier sombra de duda y, sobre todo, distinguirse de la posición de los socialistas con su trama de corrupción y otros casos similares.Noticia Relacionada estandar Si El despacho fundado por Montoro, Equipo Económico, denuncia la utilización «política» de la causa Javier Lillo Indican que los siete años que ha permanecido bajo secreto la investigación les ha causado «indefensión»Feijóo se refirió esta misma semana a su fichaje –que regresa a Madrid tras un tiempo en Estados Unidos en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como director ejecutivo– para afirmar que Nadal «ni estaba, ni tenía ninguna responsabilidad en los hechos que se investigan». Y zanjó: «Si tuviese conmigo a alguna persona sospechosa de algo y que la explicación que me da no me convence, dejaría de trabajar con él». La preocupación de algunos dirigentes se basa, sobre todo, en que el caso pueda escalar y el nombre de Nadal acabe siendo un problema para Génova por mucho que no aparezca en el auto de imputación. «Los listones que se fijan también son en parte estéticos. Y generan expectativas», insisten fuentes populares.En realidad, la vuelta al ruedo político del hermano de Álvaro Nadal –quien fuera ministro de Energía entre 2016 y 2018– no fue muy cómoda desde que se anunció. Ni para él, ni para el PP, como tampoco para las empresas eléctricas que operan en nuestro país, según fuentes empresariales.Tras conocerse la imputación del exministro de Hacienda y de buena parte de su equipo en dicha cartera en la época de Rajoy, las miradas se posaron en el nuevo vicesecretario general de Economía. Los más críticos recuerdan cómo su mujer, Eva Valle , se había convertido en una de las manos derechas del gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá –amigo personal de los dos hermanos, que ayudaron a encumbrarle como presidente de la Airef–, desde su puesto de directora general de Relaciones Institucionales, Europeas y Transparencia. El revuelo dentro del partido, de hecho, se intentó solucionar con la dimisión de Valle, por si hubiese un conflicto de intereses. Pero muchos siguen pensando que su estrecha relación pasada con Montoro podría pasarle factura a Feijóo.Mal recuerdo en la energíaLos detractores de Nadal ven un vínculo muy fuerte con la facción ‘sorayista’ del Gobierno de Rajoy que no gusta a una parte importante del partido. Esos recelos afloraron en cuanto se conoció su fichaje, entre los que manifestaron también dudas sobre cómo convivirá con Bravo. Mientras, fuentes del sector eléctrico aseguran a ABC que similares reticencias hacia la vuelta de Nadal se respiran entre estas empresas en España. Cuando Rajoy cumplía un año al frente del Gobierno, Nadal fue nombrado secretario de Estado de Energía. Lo fue hasta finales de 2016 y se hizo cargo de la reforma del sistema energético español, que permitió acabar con el déficit de tarifa. Fue justo después cuando fue ‘fichado’ por Montoro como su segundo de a bordo. Pero aquellos años al frente de la Energía española no dejaron buen recuerdo entre las principales eléctricas del país, que ponen el foco estos días en las discrepancias que Nadal mantuvo con prácticamente todo el sector cuando se modificó el impuesto a la electricidad que benefició a una parte mínima del sector: las gasistas.«Una vez que cambie el Gobierno de manos, el sector necesitará nuevos ministros que defiendan al conjunto de la industria, no que la critiquen constantemente y que busque soluciones a los problemas reales: la inversión en redes o menos impuestos a la nuclear. Y Nadal en su etapa anterior no dio muestras de ello», asegura un directivo de una gran empresa eléctrica española que no quiere ser citado.Las mismas fuentes explican que el runrún latente es que precisamente los años en los que estuvo al frente de la Secretaría de Energía coinciden con las modificaciones fiscales impulsadas para favorecer a las gasistas, que estaban en su área de influencia, y eso hoy les ‘repele’ ante un hipotético futuro Gobierno del PP del que forme parte activa para el sector. En 2013 se aprobó una rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y en 2018 una rebaja fiscal sobre el Impuesto de Actividades Económicas que habría beneficiado a las empresas gasistas. Según la investigación del juzgado de Tarragona, estas rebajas se hicieron al parecer después de haber pagado a ‘Equipo Económico’, el gabinete fundado por Montoro.En este mismo periodo, el Gobierno vetó la eliminación del impuesto al sol y fue acusado tanto de frenar el desarrollo de las renovables hasta de impedir el ejercicio de la libre empresa con la excusa de que, con el cierre de centrales de carbón, incrementaría el precio de la luz para los consumidores.En el entorno más directo a Feijóo han tratado de encapsular la recuperación de Nadal, evitando entrar a su cercanía con el exministro de Hacienda. La dirección necesitaba algún nombre de peso económico y el líder gallego lleva tiempo pensando en perfiles como el suyo. Pero nadie esconde que lo ocurrido obliga a tener reservas.

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