Para el último día de la natación artística, la fiesta total: la final del equipo en la rutina de acrobacias, la más espectacular por la fuerza, por los saltos, por la velocidad, por la adrenalina que pusieron todos los países y que encandilaron a la grada y engancharon a más de uno. Y en la que China alcanzó el esplendor y la perfección, con un pleno de dieces en musicalidad, con su coreografía sobre los guerreros de Terracota. Y en la que Rusia logra recuperar el esplendor de los podios en su regreso a competiciones internacionales como país neutral. Y en la que España volvió a demostrar por qué es el más innovador, por qué es el más artístico, por qué se merece este bronce que aspira a más para Cristina Arámbula, Txell Ferré, Marina García, Dennis González, Alisa Ozhogina, Paula Ramírez, Sara Saldaña e Iris Tió. Este es el inicio del ciclo olímpico, y la natación artística española firma su mejor Mundial, con nueve medallas, tres de ellas de oro y con muchas pistas para dónde quieren seguir creciendo.Se cuentan solo las acrobacias, que hay que completar tal y como marcan las tarjetas de los entrenadores y que se dividen en elementos como el aéreo, el combinado o la plataforma. Para ello, hay que saber nadar, ejecutarlo a la perfección, pero también ser grandes atletas para poder empujar a las compañeras hacia las alturas. También se juega en el límite del riesgo, como padeció Rusia en la preliminar, que vio una nota negativa y las llevó a la sexta plaza inicial. Pero ya en la final, con la acrobacia más difícil de todos los países participantes, las rusas empiezan a ser rusas, y a querer recuperar su lugar en lo más alto de los podios internacionales. Lo rozaron, con 224.7291 puntos, pero llegó China, y esta coreografía deslumbrante, perfecta, más compleja que otras, y con unas acrobacias que las llevaron al pleno de los dieces (siete en la impresión artística, y cinco en musicalidad) y al oro, para alegría de Anna Tarrés, que mantiene el nivel en el equipo chino (229.0186 puntos, 100 puntos en impresión artística).Noticia Relacionada Mundial de Singapur estandar Si España cambia el paradigma en natación artística Laura Marta Se vuelve a los podios que habían desaparecido desde hacía una década y se pelea de tú a tú con China y Rusia, antes inalcanzablesSe quedó cerquita en esa nota el equipo de Andrea Fuentes. Porque lo que suma después de las acrobacias es la impresión artística que exhiban las nadadoras entre figura y figura; y ahí, claro… España.Con un bañador diferente para cada nadadora, y nadador, creados por Mercedes Cerdán, y al son de Lady Gaga, el equipo nacional metió una marcha más de electricidad y ritmo. Y alegría, y sonrisas, y una impresión artística estupenda (99.0500) con una compenetración del equipo en el que parecían un grupo de amigos en una discoteca. Andrea Fuentes ya había demostrado su capacidad de sorprender cuando estuvo de seleccionadora con Estados Unidos; sus expupilas brillaron con la coreografía que les dejó de legado la española, con el que lograron el bronce mundial en Doha y la plata en París 2024. Siempre ha puesto ese punto de creatividad en todo lo que ha hecho, un puntito de locura que unió a su pareja, Victor Cano, para llevar al agua y convertir sus ideas en magníficas acrobacias con las que llevar a la delegación española lo más alto posible. Porque algunos saltos eran tan innovadores que tuvieron que pasar por los ojos de los jueces para que los validaran, pues no había ningún país que acabara un salto con una nadadora apoyada su mano en la cabeza de otra. Hasta que llegó España. Fue una de las figuras con las que el equipo se llevó una ovación; altísima la altura de Dennis González en el primer salto, espectacular la plataforma. Estupenda, como siempre, la definición artística. Y todavía con margen para crecer.

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