La vida de Christina Onassis (1950-1988) estuvo colmada de excesos con cuatro matrimonios fallidos, más de una docena de romances, tres abortos voluntarios, dos intentos de suicidio y una fortuna de mil millones de dólares que le llevó a morir demasiado joven e infeliz. Fueron 37 años de la heredera más rica del planeta relatados en ‘Mi vida con Christina Onassis : La verdadera historia jamás contada’, un libro publicado a finales de 2014 por Marina Dodero , su íntima amiga y confidente, en colaboración con Rodolfo Vera Calderón y que ahora La Esfera de los Libros reedita en España. «He tardado tanto porque he atravesado una enfermedad muy dura. Pero ahora estoy muy contenta por volver a homenajear a mi amiga porque siempre ha estado maltratada por la prensa», reconoce en conversación telefónica con ABC. Fueron veinticinco años en los que la autora custodió celosamente los secretos de su mejor amiga , incluso cuando fue testigo involuntario de la tragedia de su muerte, pues fue ella fue quien encontró el cadáver de Christina en el baño de su casa de Tortugas (Buenos Aires). «Tantos años después de que te fuiste, jamás imaginé que tomaría la decisión de publicar este libro. Pude haberlo hecho antes, pero quise resguardar tu memoria y quedarme con todas esas historias maravillosas para mí», dice Dodero en el prólogo. Noticias relacionadas estandar No El último revés para Isabel Pantoja: Hacienda le impide mudarse fuera de España A.B. Buendía estandar No Gwyneth Paltrow, ‘portavoz provisional’ de la empresa sacudida por la famosa kiss cam de Coldplay A.B. Buendía«El libro lo escribí para que su hija, Athina , sepa cómo era su mamá», comenta durante la entrevista con melancolía. Y es que, a pesar de que su amiga siempre le pidió que cuidase de su hija, el influjo de su padre hizo que nunca más volviera a cruzar palabra: «Desde pequeña su padre hizo todo lo posible por borrar de la mente de Athina a su mamá . Le quitaron todas las fotos suyas, nunca visitó Grecia, no habla griego… Yo busqué todas las formas del mundo para acercarme de ella pero encontré puertas cerradas en todos lados. Me da muchísima pena», admite con la única esperanza de que «ojalá algún día le llegue este libro porque está escrito para honrar la memoria de su madre». Asegura que Christina «amaba a su hija» y que solo se separó de ella una vez «para venir a mi cumpleaños en Buenos Aires. Dejó a la niña en Suiza porque estaba con otitis»… y esa fue la última vez. En la mañana del 19 de noviembre de 1988 descubrió el cuerpo de su amiga sin vida. «Tengo un gran trauma. No lo puedo olvidar. Es una cosa que me va a perseguir toda la vida. Han pasado 35 años y todavía tengo la escena delante de mí», se estremece. «Es lo peor que me ha pasado en la vida y eso que he perdido a mis padres y hermanos. Todavía te juro que lloro». OrfandadAdemás de este trágico suceso, en el libro Marina relata las grandezas y miserias de la descendiente de Onassis. «Christina tenía una personalidad muy fuerte, por eso pudo aguantar todo lo que aguantó», dice en referencia a la muerte de su hermano Alexander en un accidente de avión en 1973, el fallecimiento de su madre Athina al año siguiente y finalmente, la muerte de su padre, Aristóteles , en 1975. «Cuando sus padres se separaron, la madre se quedó con ella y el padre con el varón. Con su papá empezó una relación fantástica cuando, desgraciadamente murió el hermano, entonces el papá se instaló con ella en París y todos los días le enseñaba cómo manejar las empresas, porque era su única heredera ». Tras el fallecimiento del empresario, la joven se convirtió en la mujer más rica del mundo: «Nunca maldijo su plata. La disfrutó. Se compraba cuatro millones de dólares en ropa al año, tenía barcos y todo lo que quería. Pero también era muy generosa, hacía muy buenos regalos a sus amigas». Aunque una de las cosas que más le atormentaba eran sus problemas de sobrepeso: «Bebía 24 Coca-Colas al día y eso engordaba muchísimo porque entonces no existía la versión light. Tomaba pastillas para adelgazar, como todas las chicas de la época. Pero nunca tomó ni una gota de alcohol ni tampoco probó la droga», asegura.

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