Apenas unos minutos después de que Pedro Sánchez compareciera en Moncloa para hacer balance al año político, Alberto Núñez Feijóo lo hacía frente a su Comité Ejecutivo Nacional (CEN), reunido por primera vez desde el congreso nacional del que salió reforzado, con un proyecto que quiere oponer al del actual Gobierno para que sirva de «esperanza» para los miles «de españoles que están dejando de creer en España». El presidente del PP criticó que Sánchez, «el presidente más débil, con menos apoyo social, que más ha degradado las instituciones y la imagen de nuestro país y más rodeado de corrupción de la historia de España haya convocado un mitin para volver a mentir a los ciudadanos y decir lo bien que se gobierna. Lo bien que gobierna sin tener mayoría, sin tener palabra, sin tener Presupuestos y sin tener vergüenza. Sólo tiene corrupción, mordidas y audios». Feijóo pidió a los suyos «electoralizar el partido» y estar «preparados para las elecciones, cuando sean» y llegar «preparados para empezar el cambio en España, cuando sea», y en ese sentido, prometió elaborar un listado de leyes sanchistas que derogará si llega al poder, entre las que estará la ley de amnistía y también, si se aprueba, la reforma judicial impulsada por Félix Bolaños. El líder popular quiso mostrarse como «esperanza» para los españoles, exhibiendo de nuevo los diez compromisos para sus primeros 100 días en La Moncloa, si es que llega allí, Un proyecto que, sin nombrar a Vox, dejó claro que desarrollará en solitario. «No hay dudas sobre quiénes somos. No hay dudas sobre qué vamos a hacer. Y no hay dudas de cómo vamos a servir: en coalición con los españoles», apuntó. El cupo catalán ocupó buena parte de la intervención de Feijóo, convencido de que será uno de los flancos de desgaste del Ejecutivo en las próximas semanas. «El Gobierno ahora vuelve a corromperse para intentar seguir. Vuelve a sacar a subasta los derechos y el dinero de la gente. Son únicos en lo suyo: en la corrupción, en la hipocresía y en la falta de escrúpulos», dijo mientras pedía recuperar la convivencia en Cataluña como única vía de salida al conflicto. «Quiero lanzar dos mensajes muy claros. Uno al conjunto de los españoles: vuestra igualdad no está en venta; y otro, a los catalanes: no estáis solos. Vamos a solucionar nuestros problemas, y lo haremos juntos. No es necesario cambiar de pasaporte, es necesario cambiar de Gobierno. Más que nunca, Cataluña es España; vamos a salir de esta juntos y vamos a prosperar juntos. Ése es el compromiso del Partido Popular con Cataluña y con toda España, que no merece un presidente del Gobierno que financie su estancia en el poder con lo que no le pertenece; en este caso, con el dinero de todos», apuntó. También se refirió a la inmigración, uno de los problemas crecientes para los ciudadanos. «Con la inmigración se ha enviado un mensaje letal: que aquí se puede llegar de cualquier manera y que se puede estar de cualquier manera, sin integrarse y sin respetar. Y esto hace daño a todos. Hace daño a los ciudadanos que respetan las normas y hace daño a los inmigrantes que sí cumplen, que son la mayoría», señaló, molesto al ver cómo el Gobierno trata de negar un conflicto que existe y golpea a los ciudadanos. «Esa negación da alas a quienes quieren hacer la justicia por su cuenta y a quienes aprovechan la ausencia del Estado para alimentar el odio. A mí no me van a encontrar nunca en la irresponsabilidad de unos ni de otros», reiteró.
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