Los primeros grandes comercios de la capital: de Almacenes Rodríguez al Madrid-París

Home People Los primeros grandes comercios de la capital: de Almacenes Rodríguez al Madrid-París
Los primeros grandes comercios de la capital: de Almacenes Rodríguez al Madrid-París

Nacer la Gran Vía y convertirse en el epicentro de la modernidad y de los negocios más florecientes fue todo uno. Los mejores edificios se construían allí, y también se establecieron las mejores cafeterías, y por supuesto, los comercios más cosmopolitas. Pero de entre todos, destacan dos, los primeros grandes almacenes con que contó la capital, situados en los tramos inicial y medio de esta novísima Gran Vía .Por un lado, estaban los Almacenes Rodríguez, un enorme edificio de 9 plantas con fachadas a la Gran Vía y a Caballero de Gracia, que con el tiempo se convirtió -y así ha llegado a nuestros días- en unos juzgados. Fueron inaugurados en mayo de 1921, y según decía la prensa de la época, eran, o pretendían serlo, del estilo «de las Galerías Lafayette, de París». Allí se vendía de todo: cortinas, juguetes, objetos de arte, vestidos, perfumería, muebles…«La Sociedad se ha fundado con un capital de 10 millones de pesetas, de las que 2,5 millones se han invertido en el edificio, cuyo proyecto y dirección se deben al arquitecto señor López Otero, que ha sabido ajustar perfectamente, tanto el estilo de las fachadas como la distribución de locales, comunicación entre las distintas plantas y disposición de los elementos constitutivos de los entramados horizontales y verticales», decía la prensa. Noticia Relacionada Historias Capitales estandar Si Casa Thomas, el bazar madrileño que ‘inventó’ el confeti y las serpentinas Sara Medialdea La Familia Real y muchas otras de la alta sociedad compraban allí los juguetesPero si este comercio era impresionante, por sus condiciones y empaque, lo era aún más el que pocos años después abrió muy cerca la competencia, promovido por la Sociedad Madrid-París. Situado sobre un edificio que ocupaba buena parte de la manzana, bellísimo en su factura exterior y también en la interior, con un enorme patio al que se asomaban, en amplias balconadas, todas las plantas. La compañía constructora adquirió todas las casas de la parcela menos una, y construyó, bajo proyecto del arquitecto Teodoro de Anasagasti, el inmueble en torno a un gran patio de luces octogonal.Varias plantas del edificio se destinaban al comercio, y el resto a oficinas, instalaciones y almacenes. En ambos extremos el inmueble se remataba con dos cúpulas que, más allá de su belleza, tenían un fin muy práctico: albergaban depósitos de agua en previsión de un posible incendio.Los Almacenes Rodríguez, en 1922, sobre el edificio que ahora ocupan unos juzgadosLas obras de este edificio comenzaron en 1920. Fueron muy novedosas por su estilo, fuertemente influido por la moda francesa en este tipo de establecimientos, y también vanguardista por el uso de hormigón armado. La inauguración se produjo en enero de 1924, y a la misma asistieron los reyes, Alfonso XIII y Victoria Eugenia. En los almacenes Madrid-París se podía comprar casi de todo: había género de muchos precios ,desde una peseta a 100.000, aunque en general, estaba pensado para un público con alto poder adquisitivo, que encontraba allí el último grito en lujo: desde joyas a juguetes, bolsos y sombreros, ropa, porcelanas y cristalerías, artículos de viaje y de caza, perfumes y cosmética… Pero las cosas no fueron tan bien como se las prometían; mucha mercancía quedó sin vender desde el primer año, lo que llevó a los responsables de los almacenes a plantearse cambios como reestructuraciones de plantilla, unas ‘rebajas’ para desprenderse del exceso de género, o alquilar parte del edificio para conseguir ingresos. Así es como llegó a los pisos superiores del inmueble la emisora Unión Radio, que acaba de cumplir cien años allí ahora bajo el nombre de Cadena Ser. MÁS INFORMACIÓN El tendido de los sastres: fútbol ‘low cost’ pero con riesgos Una felicitación para 308 conductores por sus bodas de oro con el volanteLos almacenes Madrid-París quebraron y cerraron finalmente en 1934, apenas a diez años de su arranque. El local, tras algunas reformas, vino a ser ocupado por otros almacenes, los populares SEPU. Y en su parte central se instaló el cine Madrid-París, que se estrenó con la película ‘Los misterios de París’ y pasó tras la guerra a llamarse Cine Imperial, nombre con el que se le conocería hasta su desaparición en el año 2002. Ahora, sobre el edificio vuelve a haber comercio y un gran almacén que, en cierto modo, ha mantenido el concepto primigenio, ha recuperado el atrio central, la cúpula y las escaleras originales de acceso, además de restaurar las fachadas originales. Algo queda vivo aún de aquel Madrid-París de hace cien años.

Leave a Reply

Your email address will not be published.