«Desde el río hasta el mar, Palestina será libre» . El lema más escuchado en las manifestaciones pro-palestinas convocadas en Occidente desde los primeros meses de la guerra de Gaza constituye, para la Liga Antidifamación (ADL), uno de los principales ‘lobbies’ judíos, no solo una declaración de intenciones contra la existencia del actual Estado de Israel -antisionismo-, sino también contra la raza hebrea en general. El grito, que exige un Estado palestino desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo, sería no solo -para la ADL- una llamada a la destrucción por la violencia de Israel, sino también una amenaza contra los judíos allí donde habiten.Otras protestas, como la última Marcha por Gaza celebrada el pasado mes de junio en Nueva York, apelan directamente al ‘sionismo’ como causante de la guerra en la Franja con eslóganes como «Sionismo imperialista» y «Sionismo es racismo». El movimiento sionista nació en los medios judíos de la diáspora en el siglo XIX y triunfó en 1947 con la declaración de la ONU que estableció la creación de un Estado judío en el territorio de Sión , donde se levanta Jerusalén. La actual extensión de Israel es el resultado de las guerras que viene librando desde entonces con sus vecinos árabes.Los argumentos de ‘antisionista’ para atacar el segundo eslogan son débiles, y por eso la ADL habla de mera ‘incitación al antisemitismo’. El sionismo como doctrina política y religiosa está cuestionado no solo por los palestinos -desplazados primero, después vencidos en las guerras, y actualmente recluidos en Cisjordania y Gaza -, sino también por algunos grupos judíos, fuera y dentro de Israel. Un ultrasionista como Netanyahu cuenta actualmente, para mantenerse en el poder, con el apoyo de pequeños partidos ultrarreligiosos que a la vez se oponen a un Estado israelí en Sión construido por hombres antes de que llegue el Mesías del judaísmo.Noticia Relacionada estandar No El Papa denuncia que la población en Gaza está siendo «aniquilada por el hambre» Javier Martínez-Brocal En el primer ángelus tras sus vacaciones en Castel Gandolfo, León XIV ha vuelto a reclamar a Israel un alto el fuego y ha rezado por los combates entre Camboya y TailandiaEl tercer eslogan contra Israel creado por la guerra de Gaza alienta a «Globalizar la intifada», en una alusión al movimiento de resistencia interna de los palestinos que comenzó en 1987 con la llamada ‘Guerra de las piedras’. El lema es abiertamente antisemita -es decir, incitador del odio y la violencia contra los judíos- porque llama a protestar y a atacar personas y lugares hebreos a lo largo y ancho del mundo.Con alguna excepción, los lemas contra la guerra de Gaza chirrían con la postura católica hacia el judaísmo. En 1937, en pleno auge del nazismo, el Papa Pío XI publicó una encíclica en la que alertaba que el antisemitismo no es cristiano . A él se atribuye la expresión de que «espiritualmente todos los cristianos somos semitas».La nueva actitud de la Iglesia respecto a los judíos quedó clara con el documento del Vaticano II ‘Nostra aetate’, publicado en 1965, en el que se daba por superada la llamada ‘tesis de la sustitución’. Según esta doctrina medieval, que Ratzinger llegó a calificar de «dudosamente vigente», la Iglesia habría ‘sustituido’ a Israel como pueblo de la Alianza de Dios con los hombres. En el documento de 1965 se afirma que la alianza con Israel es «eterna e irrevocable» . El Cristianismo no sustituye por tanto a Israel sino que cumple las promesas del Antiguo Testamento.De esa afirmación se desprende que la Iglesia rechaza cualquier afirmación o conducta de hostilidad hacia el pueblo judío. Aunque queda abierta la libertad de opinión de todos respecto al sionismo y sus políticas concretas de expansión territorial. Los judíos seculares justifican la ampliación del territorio de Israel con la ‘doctrina de seguridad’, y los religiosos en cambio con ‘la promesa bíblica’.Otra afirmación concluyente del Vaticano II, recogida por el documento de 2015 de la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, dice que «es teológicamente inapelable que los hebreos son partícipes de la salvación de Dios » (pueden ir al Cielo). «Cómo puede ser esto posible sin confesar explícitamente a Cristo, es, y seguirá siendo, un misterio divino insondable». Dos años más tarde, en 2017, el entonces Papa emérito Benedicto XVI, aventuró otra opinión teológica en línea con el documento pontificio de la Comisión. Ratzinger afirmó que, según las fuentes del Nuevo Testamento que había estudiado, estaba convencido de que los judíos seguirán existiendo como comunidad separada de la Iglesia «hasta el final de los tiempos».

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