Donald Trump ha cruzado una línea al golpear a un estrecho aliado para a su vez castigar, por fin, a Rusia por la invasión de Ucrania. Lo ha hecho sin dramatismos, como si fuera una medida comercial más. Pero en realidad supone un giro profundo en la relación con uno de los socios estratégicos más volátiles de Estados Unidos. A partir del 1 de agosto, las importaciones desde India pagarán un arancel del 25%. Además, Trump ha anunciado una «penalización adicional» —aún no detallada— por lo que considera un alineamiento inaceptable con Moscú, en plena guerra de Ucrania.Este fin de semana en Escocia, Trump dijo que Vladímir Putin tiene un plazo de entre 10 y 12 días para aceptar un alto el fuego con Ucrania o recibirá sanciones, incluidas secundarias, es decir, a socios mutuos que hagan negocios con Rusia, como es el caso de India.«India es nuestra amiga, pero durante años hemos hecho relativamente poco negocio con ellos porque sus aranceles son de los más altos del mundo», escribió el presidente en la red Truth Social. «Además, siguen comprando la mayor parte de su armamento a Rusia, y son su principal comprador de energía, junto con China, en un momento en que todos queremos que Rusia detenga las muertes en Ucrania. Nada de eso es bueno.»Noticia Relacionada estandar Si Trump mezcla política y negocios en su viaje de golf a Escocia David AlandeteLa Casa Blanca no especificó en qué consistirá la penalización anunciada por los negocios con Rusia, pero en su entorno se interpreta como una advertencia a otros países que mantienen relaciones estratégicas o energéticas con el Kremlin, incluida la compra de crudo. India, hasta ahora, había logrado mantenerse en el equilibrio. Esta decisión sugiere que Washington ha perdido la paciencia con Narendra Modi, que visitó a Trump a comienzos de su segundo mandato, en un gesto de acercamiento estratégico.El golpe llega tras meses de negociaciones entre ambos países para cerrar un acuerdo comercial limitado. El equipo del primer ministro Modi había intentado blindar sectores clave como la agricultura y la industria farmacéutica , resistiéndose a abrir el mercado a productos estadounidenses como trigo, arroz o soja modificada genéticamente. Ambos gobiernos se habían comprometido a alcanzar una primera fase del acuerdo antes de otoño y duplicar el volumen de comercio bilateral en cinco años. Todo eso queda ahora suspendido.India exportó a Estados Unidos bienes por un valor de 87.000 millones de dólares en 2024. El déficit comercial estadounidense con India se sitúa en 45.700 millones. Sectores como los textiles, los productos farmacéuticos, la joyería y los petroquímicos serán los más afectados por la subida de aranceles. Por su parte, las exportaciones estadounidenses de manufacturas, gas natural, crudo y carbón, valoradas en más de 42.000 millones de dólares, podrían verse afectadas si India responde con represalias.En público, el Gobierno indio no ha reaccionado aún. Pero en privado, fuentes cercanas al Ministerio de Comercio indio reconocen que la decisión ha sido recibida como una humillación. Consideran que se ha roto un equilibrio geopolítico delicado y que Trump está dispuesto a sacrificar alianzas tradicionales por su nueva doctrina arancelaria —castigo primero, negociación después—, según informó la agencia AP.La medida se enmarca en la política de acciones comerciales diseñadas para reajustar el lugar de Estados Unidos en la economía global. Hasta ahora, ese enfoque ha incluido aranceles similares contra la Unión Europea, Japón, Brasil, México y Vietnam. El caso indio, sin embargo, tiene una carga política añadida por su vínculo con Rusia.En Europa, Trump ha conseguido un acuerdo por el que exportar bienes del bloque comunitario a Estados Unidos costará un 15% más, y que permite una mayor apertura del mercado estadounidense a productos europeos. También ha sellado acuerdos comerciales con Japón, Vietnam, Filipinas y varios países asiáticos . La mayoría de países tiene hasta el 1 de agosto para encontrar la forma de firmar acuerdos comerciales. La preferencia de Trump es un arancel global que oscila entre el 10 y el 20%, dependiendo del país. Es un giro notable en un país que tradicionalmente ha defendido el libre comercio.India ha sido históricamente uno de los principales clientes del complejo militar-industrial ruso. Más del 60% de su arsenal es de fabricación rusa. Además, en los últimos años ha incrementado sus compras de petróleo y gas a precios preferentes tras las sanciones occidentales a Moscú. Trump no menciona cifras, pero sus asesores consideran que India está ayudando a sostener financieramente al régimen de Vladímir Putin.Con esta decisión, Trump apunta a debilitar esa relación sin romper el vínculo con Nueva Delhi. De ahí el lenguaje ambiguo: «India es nuestra amiga», dice Trump, pero igual paga. A diferencia de las sanciones contra China, que fueron frontales y superaron el 100%, aquí la estrategia parece diseñada para enviar un mensaje más sutil: si no se alinean con Washington, asumirán las consecuencias de la ira de Trump.

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