Días felices, de mar y sal, para doña Leonor. El pasado domingo 13 de julio , la princesa dio por finalizado en Marín (Pontevedra) su crucero de instrucción como ‘guardiamarina’ a bordo del bergantín-goleta Juan Sebastián Elcano. Un viaje de más de medio año que ya replicaron su abuelo, don Juan Carlos, en 1958, y el actual monarca Felipe VI. Y es que, por muchos años que pasen, desde el siglo XVIII se guarda en España la tradición de que los nuevos marineros –realeza o no– se breguen en la cubierta de un buque escuela como el ya mítico velero de cuatro palos.Nueva ideaLa creación de los buques escuela tiene su origen hace más de tres siglos. Fue en 1717 cuando Felipe V , por Real Orden, comunicó a 36 afortunados cadetes que habían sido admitidos en la recién estrenada ‘Real Compañía de Guardias Marinas’, institución que se encargaría de ofrecerles los conocimientos navales necesarios para convertirse en oficiales –alféreces– de la Armada. Para poder alcanzar tal honor, aquellos jóvenes marinos debían cursar tres tercios de su aprendizaje sobre la cubierta de uno de los buques de Su Majestad. En él aprenderían desde los pormenores de la vida en un navío, hasta la mejor forma de enviar al enemigo al fondo del mar.Noticia Relacionada estandar Si Un historiador desvela la verdadera causa que provocó la debacle de Alemania en la Gran Guerra Manuel P. VillatoroAsí estuvieron las cosas hasta que, unos 150 años después, la Armada destinó cuatro navíos en exclusiva para tal cometido. Los barcos seleccionados – Blanca, Almansa, Asturias y Nautilus – se transformaron en buques escuela que, durante décadas, acogieron a los ‘guardiamarinas’ españoles. Aquello prendió la espita y, con el paso de los años, fueron muchos los bajeles destinados a acoger la formación de los aspirantes a oficiales. Pero todo cambió con la llegada del siglo XIX, cuando la marina se vio obligada a jubilar a la veterana corbeta Nautilus. Esta imprevista baja hizo necesaria la construcción de un nuevo barco que cumpliera los requisitos para hacer las veces de academia flotante.Por todo ello, el Ministerio de Marina se puso manos a la obra y acordó con el empresario Horacio Echevarrieta la creación de un buque en los astilleros de Cádiz con en el que poder formar a los guardiamarinas. Meses después, y tras ser colocada su quilla el 24 de noviembre de 1925, un flamante velero bergantín-goleta emergió de una dársena andaluza. Ese mismo día, además, se planteó la posibilidad de que el barco fuera bautizado con el nombre de Juan Sebastián Elcano en honor de aquel ilustre marino vasco que, en el siglo XVI, circunnavegó el mundo por primera vez en la historia junto a Magallanes.Elcano sale de puerto ABCAlfonso XIII , el entonces monarca español, aceptó esta propuesta y, a comienzos de marzo de 1927, se ultimaron los preparativos para botar en tierras andaluzas el que es todavía uno de los buques españoles más representativos de la historia. Así narró el diario ABC aquellas jornadas: «Es 3 de marzo de 1927. En el tren expreso pasaron para Cádiz el ministro de Marina y la señorita de Primo de Rivera. La hija del presidente se quedó en Jerez de la Frontera, en donde permanecerá hasta el sábado, que vendrá a Cádiz para amadrinar el buque-escuela Sebastián Elcano, el cual se encuentra preparado para la botadura, que se verificará el sábado a las tres de la tarde».Caballo de batallaComo estaba previsto, la embarcación se botó el 5 de marzo de ese mismo año en el sur de la Península. El navío contaba, y cuenta en la actualidad, con 94 metros de eslora por 13 de manga, cuatro palos y un motor auxiliar. Como curiosidad, cada uno de los mástiles fue bautizado con el nombre de los buques escuela predecesores: Blanca, Almansa, Asturias y Nautilus. El armamento, a cambio, es escaso; no está el buen velero para guerrerar.Tras llevar a cabo varias pruebas, una de ellas con Alfonso XIII a bordo, quien viajó de Cádiz a Málaga, este buque izó sus veinte velas en agosto de 1928 para, con todo el viento posible en popa, realizar su primer crucero de instrucción. En este viaje inaugural llevó a cabo una vuelta al mundo en dirección inversa a la que, en su momento, siguió el marino vasco Juan Sebastián Elcano . Su destino, según se dispuso, fue el puerto de Nueva York. Así narró ABC la salida de puerto del nuevo bajel: «Cádiz I (de agosto). 10 de la mañana. Ha fondeado el buque escuela Juan Sebastián Elcano, que emprenderá hoy su viaje alrededor del mundo que hará con el siguiente recorrido: Cádiz-Río de Janeiro. Río de Janeiro-Montevideo. Buenos Aires-Cap Town. Cap Town-Adelaida. Adelaida-Melbourne. Melbourn-Sidney. Sidney-Fidji. Fidji-San Francisco. Canal de Panamá-Colón-Habana. Habana-Nueva York. Nueva York-Cádiz. El buque deberá encontrarse en Buenos aires el 23 de septiembre. Cádiz I. 11 de la noche. A las ocho de la noche salió del puerto el buque-escuela Juan Sebastián Elcano, que va a realizar la vuelta al mundo. Regresará a Cádiz el 17 de mayo de 1929. La despedida ha sido muy entusiasta. Las sirenas de los buques surtos en la bahía tocaron, mientras la muchedumbre vitoreaba a la tripulación».Los marineros del buque escuela se despiden del publico al inicio de su novena vuelta al mundo ABCEn los años posteriores, el Juan Sebastián de Elcano se ha convertido en una embajada flotante donde los futuros oficiales de la Armada siguen entrenándose a base de desplegar velas y navegar de la forma más tradicional posible. De hecho, a partir de 1928 –y con la salvedad de los años en los que se desarrolló la Guerra Civil y dos ocasiones en las que se sometió a diferentes reparaciones- Elcano ha llevado a cabo un nuevo crucero de instrucción por año; o, en algunos casos, dos. Sin rubor, este coloso de los mares se hace a la mar de forma regular para realizar una travesía de seis meses con una nueva promoción de ‘guardiamarinas’ en su cubierta. Los logros del Juan Sebastián de Elcano hablan por sí solos. Hasta el año 2013, el buque escuela había completado 84 cruceros de instrucción, en su mayoría de larga duración, incluyendo diez vueltas al mundo. A lo largo de sus más de 85 años de servicio, ha navegado por mares y océanos de todo el mundo, visitando 197 puertos en 70 países distintos, con un total de 1.148 escalas. Entre los puertos más frecuentados dentro de España se encuentran Cádiz –su base de operaciones–. Marín –sede de la Escuela Naval Militar–, y las Islas Canarias, punto habitual de partida hacia el Atlántico en rumbo a América. En cuanto a los destinos internacionales, Lisboa ha sido el puerto europeo más visitado, mientras que en América ha destacado Nueva York.

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