León XIV no ha podido contener la emoción al contemplar este sábado al atardecer a los cientos de miles de jóvenes que han acudido a la enorme explanada de Tor Vergata, a algunos kilómetros de Roma, para rezar con él, escucharle y profundizar sobre su fe. Ha sido el primer evento multitudinario del «nuevo Papa», quien les ha pedido que sean «testigos de la justicia y la paz y de la esperanza» para «construir un mundo más humano. Durante algo más de una hora han hablado sobre soledad, los efectos de las redes sociales y la dificultad para tomar decisiones definitivas. Y también ha participado junto a ellos en una adoración eucarística en silencio, antes de darles la bendición y convocarles para la misa de este domingo.El Papa se ha salido del discurso preparado para recordar a una española de 20 años, Carmen Cobo, madrileña que falleció sin poder cumplir su sueño de viajar a esta JMJ; a Pascale, egipcia de 18 años, que falleció este viernes en Roma a causa de un infarto, y almurciano Ignacio Gonzalez, que ha sido ingresado en el Hospital Bambino Gesù y que según fuentes romanas estaría en la UCI. «Recemos por su salud», ha dicho. Ha sido una jornada larga para los participantes en el «Jubileo de los Jóvenes». Todos han recorrido a pie al menos 5 kilómetros entre la última parada de tren del metro de Roma hasta el campus de Tor Vergata, escenario del encuentro. Es el mismo lugar en el que Juan Pablo II se reunió con una multitud parecida de jóvenes hace justo 25 años, en octubre del año 2000. Noticia Relacionada estandar No Los obispos españoles reúnen a más de 30.000 jóvenes en el Vaticano Javier Martínez-Brocal Durante una hora, los participantes escucharon testimonios de cómo cuatro universitarios superaron las dificultades de la vida de fe, en el noviazgo, en las relaciones con los amigos o en la universidadLas puertas se han abierto a las 9 de la mañana. No había sectores asignados previamente, de forma que los primeros que llegaban tenían derecho a quedarse con los lugares más cercanos al imponente escenario de mil metros cuadrados, coronado por una cruz gigantesca. Llegan cargados con sus mochilas, en la que llevan sacos de dormir y comida para 24 horas. Desde las dos de la tarde, los organizadores han distraído a los jóvenes con testimonios, música y actuaciones . Entre los últimos, la banda española Hakuna, que desata pasiones también fuera de nuestras fronteras y que ha conmovido los corazones cantando justo en el momento en el que aterrizaba el helicóptero que transportaba al Papa. Antes de ellos, el primer bailarín del Ballet Nacional de España, Sergio Bernal, ha evocado con la danza la «espiritualidad y la oración». Poco después de las 19:30 se ha vaciado el escenario y se ha invitado a los chicos y chicas a liberar los pasillos para consentir que el papamóvil recorriera la escena. Y mientras los 2.000 altavoces hacían retumbar un medley de himnos de las Jornadas Mundiales de la Juventud, Madrid 2011 incluida, durante treinta minutos León XIV ha pasado cerca de casi todos los jóvenes para saludarles lo más personalmente posible. Luego, ha tomado la gran cruz del Jubileo y ha hecho con paso firme los últimos 300 metros a pie, rodeado por jóvenes, entre los que había algunos refugiados de Sudán y Sudán del Sur. Sintonía con san AgustínAl principio de la vigilia, mientras anochecía en Roma y el tramonto romano regalaba un toque de familiaridad al encuentro, León ha respondido por primera vez preguntas de jóvenes. Sus respuestas delataban su sintonía vital y espiritual con san Agustín. Cuando una joven mexicana le ha contado que viendo el número de ‘followers’ en redes sociales «nos ilusionamos de tener muchos amigos y de crear relaciones cercanas, mientras que cada vez más seguido experimentamos diversas formas de soledad» y le ha preguntado «cómo encontrar una amistad sincera y un amor genuino», el Papa ha recordado que «también san Agustín pasó por una juventud tempestuosa, pero no se conformó, no silenció el clamor de su corazón». «Buscaba la verdad que no defrauda, la belleza que no pasa. Y encontró una amistad sincera en quien lo estaba buscando a él, Jesucristo». Según León, «sólo las relaciones sinceras y los lazos estables hacen crecer historias de vida buena» y «cuando nuestras relaciones reflejan este intenso vínculo con Jesús, ciertamente se vuelven sinceras, generosas y verdaderas». «Haced amigos, quered a vuestros amigos», les ha pedido. Es una cuestión fundamental porque «la amistad puede de verdad cambiar el mundo. Es un camino para la paz, es el camino para la paz», les ha dicho. En italiano le han planteado la dificultad para tomar decisiones definitivas, pues «elegir equivale a renunciar a algo y esto nos bloquea». «Decidir es un acto humano fundamental, pues no se trata sólo de elegir algo, sino de elegir a alguien. Cuando elegimos, decidimos en quién queremos convertirnos», ha respondido. Con ecos también de Agustín, les ha dicho que «el coraje de elegir te lo da el amor», que en el caso de los católicos «es Cristo que ama con todo su ser a todas las personas, salva al mundo y muestra que el don de la vida es el camino hacia la plenitud. Por eso, encontrar a Jesús corresponde a las expectativas más profundas de nuestro corazón. Así, con la certeza de que Dios lleva a término lo que comienza, el miedo deja paso a la esperanza» y es posible dar el paso hacia «opciones radicales y significativas como el matrimonio, el sacerdocio o la vida religiosa».Mantenerse en la feCuando un joven de EE.UU. le ha preguntado cómo se mantiene la fe en medio de «pruebas e incertidumbres», el Papa le ha sugerido «formar tu conciencia para buscar el bien en tus decisiones cotidianas». «Si realmente quieres encontrar al Señor Resucitado, escucha su palabra, que es el Evangelio. Reflexiona sobre tu modo de vivir y busca la justicia para construir un mundo más humano. Ayuda a los pobres, y da testimonio del bien que te gustaría recibir de los demás. Adora a Cristo en el Santísimo Sacramento. Estudia, trabaja y ama según el ejemplo de Jesús».«¡Cuánto necesita el mundo misioneros del Evangelio que sean testigos de la justicia y la paz! ¡Cuánto necesita el futuro hombres y mujeres que sean testigos de la esperanza! Queridos jóvenes, ¡esta es la misión que el Señor Resucitado confía a cada uno de nosotros!», les ha despedido. La novedad de León XIV es que responde en los idiomas en los que le hablan, que sonríe con rubor cuando se dirige a los jóvenes y les da las gracias con pudor cuando se le acercan. Tímido, lee las respuestas e improvisa poco, busca la mirada de las personas, no se esconde detrás del discurso, pero no quiere ni selfies ni estrechones de manos. Cuando habla cita a sus tres inmediatos predecesores, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, pero no intenta parecerse a ninguno de ellos. Es un nuevo estilo de Papa.En la explanada le escucharon jóvenes de países marcados por la violencia, como 25 jóvenes de Jerusalén, pero también de Siria, Ucrania, Sudán y Mozambique, como Benito, que asegura a ABC que «vengo aquí para rezar por la paz». Mara, de Argentina, dice que es «una ocasión imperdible, pues no pasa todos los días que la Iglesia celebra los 2025 años de Cristo». También la madrileña María, de 17 años, cuenta que ha venido «porque el Jubileo es único, es cada mucho tiempo». A su lado, Juan, de 16, reconoce que lo vive como «una oportunidad para conocer al nuevo Papa, estar con él, y acercarme un poco más a Dios».

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