La digitalización llega a los campos madrileños: la Comunidad de Madrid ha registrado la patente de un dron con capacidad de vuelo autónomo, diseñado para detectar plagas, ahuyentar aves y monitorizar el estado de las cosechas en explotaciones agrícolas de la región y desarrollado mediante colaboración público-privada entre el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (Imidra) y la empresa Área Verde. El aparato nace con el objetivo de ofrecer soluciones a los agricultores de la zona oeste de la región, donde el cultivo de garbanzos es muy común. «La idea surgió hace tres años, aproximadamente. En esta zona de Madrid, el cultivo de garbanzos enfrenta el problema de las palomas, que pueden causar daños significativos a las cosechas y afectar gravemente a los agricultores locales. Se siembra el garbanzo y cuando el grano está seco, antes de ser cosechado, una plaga de palomas destruye el 20 o 30 por ciento de la producción», explica a ABC David Mostaza, investigador del departamento Agroambiental de Imidra.El dron contará con una red de nodos sensores que registrarán la presencia y la ubicación de los animales, y con unas cámaras fotográficas que controlarán los movimientos y mandarán alertas. Como complemento, tendrá un sistema capaz de emitir sonidos a diferentes frecuencias, para definir el trayecto desde la estación base y, cuando el dispositivo detecte algún tipo de actividad, los nodos enviarán una señal para que emprenda el vuelo, localice a los depredadores y los aleje. El sistema cuenta también con un panel solar para cargar la red de nodos sensores y alimentar al dron, «ya que al tratarse de un sistema autónomo situado en un entorno rural sin acceso a la red eléctrica, requiere alimentación mediante energía solar».Noticia Relacionada Campo estandar No El sector olivarero exige un fondo europeo específico en la futura PAC Álvaro Gayán Propone medidas de reconversión, apoyo directo y mayor promoción«Las palomas son aves muy adaptadas. Se han acostumbrado a nuestro entorno, detectando cualquier cambio con facilidad, por lo que es complicado ponerles trampas. Estudiamos la posibilidad de crear un aparato que, además, no requiriese supervisión diaria. Así que desarrollamos un dron con capacidad de vuelo y actuación autónoma para que pudiese operar sin supervisión humana y ahuyentar a los animales mediante sonidos. Integrando tecnología al aparato, este es capaz ahora de detectar cuando se acerca cualquier tipo de pájaro, y emitir ruidos para alejarlos, en este caso, de los cultivos de garbanzos», señala Mostaza. El objetivo es que, una vez se haya desarrollado el producto, el agricultor pueda hacer uso de este dron y supervise el campo sin necesidad de estar sobre el terreno. Por ahora es un prototipo, que ya ha sido protegido con un título de propiedad industrial y registrado como modelo de utilidad en la Oficina Española de Patentes y Marcas.Asimismo, otra de las funciones planteadas por los investigadores es la posibilidad de observar el estado de la cosecha, a través de imágenes multiespectrales y térmicas. Con esas fotografías, tomadas de manera automatizada y por control remoto, se analizará tanto el rendimiento de la huerta como si hay alguna enfermedad. Esta inspección exhaustiva reducirá las pérdidas anuales, especialmente de leguminosas y cereales.El objetivo es que el agricultor pueda hacer uso de este dron y supervise el campo sin necesidad de estar sobre el terrenoLa Garbancera Madrileña, una iniciativa colectiva de agricultores y ayuntamientos de la zona oeste de la Comunidad de Madrid creada en enero de 2017, lleva años pidiendo alguna solución para sus campos y reconoce que las palomas representan una amenaza grave para los cultivos de garbanzos. Estas aves pueden arrasar la cosecha, causando pérdidas económicas importantes, afectando así las disponibilidad del producto para consumidores y mercados. El control de esta plaga es una prioridad para preservar la rentabilidad y viabilidad del garbanzo madrileño. Además, la Comunidad de Madrid, a través del Imidra , ha estado trabajando en la mejora de variedades de garbanzo adaptadas a la zona. Gracias a esto, se ha recuperado variedades desaparecidas de los campos hace más de 50 años, como la almorta, la alholva o la algarroba, que aportan nutrientes importantes para la salud. También evalúa el rendimiento de la rotación de trigo y garbanzo en condiciones de bajos insumos.

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