Vehículos militares con un aire ciberpunk aceleran al entrar en Kostiantynivka. Están parapetados con amplias estructuras metálicas y coronados con diferentes tipos de antenas. Su primera misión es esquivar drones rusos. Los letales aparatos voladores han transformado la estampa del Donetsk libre. Túneles transparentes erguidos sobre altos troncos de madera que sostienen redes de pesca se extienden sobre las rutas. Así lucen ahora las carretas que llevan al frente. Artesanía tradicional para resistir la tecnología más avanzada de la guerra.El tráfico se diluye a medida que se acortan los kilómetros. Max, el conductor de la Brigada 93, pisa a fondo. Conoce bien el camino. La entrada a Kostiantynivka muestra el acribillamiento que sufre la urbe. Las calles están flanqueadas por edificios quebrados. Esqueletos de coches calcinados emergen en los bordes o en el centro de las vías . Frente a la emblemática estación de tren, una iglesia se sostiene casi descabezada. El sonido de las explosiones no cesa; el peligro es constante. Esta secuencia, casi de película, se completa con una de las vecinas conduciendo su motocicleta sin mayor protección que unas gafas contra el sol que cae a plomo.Serguéi sale al encuentro desde una calle cercana a la estación de ferrocarril. Cuenta que todavía no está preparado para irse de su hogar y pide algunos cigarrillos. Es uno de los cientos de vecinos que todavía resisten en la ciudad. Pero el zumbido de un dron FPV disuelve en segundos la reunión espontánea. Y Serguéi se escabulle sin el tabaco. Noticia Relacionada estandar Si Trump exhibe músculo militar al anunciar el despliegue de dos submarinos nucleares ante Rusia David Alandete El presidente norteamericano rompe con un tradicional silencio del Pentágono y revela el despliegue de estas dos naves tras amenazas de sanciones y un cruce con jerarcas del KremlinLos primero es buscar algún lugar cubierto para esconderse de los aparatos voladores. Los invasores lo pueden ver todo desde sus drones. Casi cualquier cosa que se mueva dentro de Kostiantynivka se convierte en un objetivo. Y esto afecta principalmente a civiles, voluntarios trabajadores del servicio de emergencia o personal médico. El martes, un dron ruso impactó de lleno contra un vehículo de bomberos, provocando heridas a dos rescastistas. No son ataques aislados. « Les da igual si es militar o civil. Si se les acaba la batería y no los pueden conducir, simplemente lo estrellan en cualquier lugar . No importa si es una casa, un coche o una persona», cuenta Oleksander. Este soldado ucraniano es un mecánico de tanques en la brigada 93. Con su fusil al hombro, apura un cigarrillo sin dejar de prestar atención a cualquier ruido. «Tenemos dos trabajos. Uno es observar el cielo, vigilar lo que pasa por encima. El segundo trabajo es más bien de guardia: si hay una llamada, salimos de inmediato». Oleksander explica que durante los últimos días se han intensificado los bombardeos. El mecánico achaca la creciente actividad enemiga y los drones a la llegada de una unidad de élite: Rubicon .Meses atrás, este grupo operaba en la provincia rusa de Kursk disparando contra las principales rutas que abastecían a los ucranianos allí apostados. En el Dombás siguen la misma receta. Instantes después de nombrar al enemigo, Oleksander da un brinco para clavar sus ojos en el cielo. Un dron acababa de sobrevolar el lugar.Bastión claveKostiantynivka, un nudo logístico para los hombres de Zelenski, es también uno de los centros urbanos fundamentales para la defensa regional. Si la urbe sigue bajo control de Kiev, las tropas de Putin no podrán abrir un corredor hacia el cinturón de las últimas grandes ciudades del norte provincial: Druzhkivka, Kramatorsk y Sloviansk. Kramatorsk se ha erigido como la capital administrativa de la región oriental y, junto con Sloviansk, fueron el escenario de los primeros combates en 2014. Su pérdida significaría un duro golpe militar y moral.Es en Donetsk donde se suceden los combates más feroces de la invasión. Moscú ya controlaba aproximadamente el 30% de esta provincia. Tres años después, y a costa de grandes bajas, han logrado ocupar más del 80%. Sus avances son lentos y costosos, pero se han acelerado en el último mes. El jefe del Ejército ucraniano , Oleksander Sirski , estima que la mayor acumulación de soldados del enemigo de toda la línea de contacto, con más de 110.000 efectivos, se ha registrado en esta provincia, concretamente en el eje de Pokrovsk. Tal despliegue deja todavía más claro que tomar esta parte es un objetivo prioritario para el Kremlin . Los portavoces militares ucranianos han informado sobre los avances enemigos entre Pokrovsk y Kostiantynivka.Ofensiva rusa en PokrovskLos rusos parecen haberse decantado por Pokrovsk en su ofensiva de verano. Sus últimos avances se realizaron en el norte de la ciudad. Pero los grupos de sabotaje de Moscú lograron adentrarse en la propia localidad. La estrategia de los mandos militares invasores, por el momento, se resume en rodear las ciudades para forzar la salida de los defensores y avanzar hacia la retaguardia ucraniana. De esta manera, evitan desgastarse en el combate urbano. Pero todavía es pronto para descartar cualquier posibilidad.El empeño en tomar Pokrovsk a cualquier precio no libra a la vecina Kostiantynivka de soportar ataques con artillería, MLRS, drones FPV o municiones de racimo, explican los soldados.Sobre los árboles, ya dentro del casco urbano, cuelgan cables de fibra óptica. No son muy distintos en apariencia a un sedal para la pesca. Ambos ejércitos los utilizan para evitar que sus drones sean abatidos por contramedidas de guerra electrónica. Los rusos vigilan constantemente el frente, pero los defensores ucranianos también.EN PRIMERA LÍNEA En la primera imagen, coches despanzurrados y edificios acribillados dan la bienvenida a Kostiantynivka, en la primera linea del frente con Rusia. Oleksander y Kisley vigilan la llegada del enemigo, en la segunda foto. En la tercera: la munición que usa el Ejercito ucraniano para derribar drones Miriam González’Psyko’, un oficial de la 93, no aparta la mirada del monitor. Desde su base, observa a sus compañeros de armas sosteniendo la defensa en tierra. «Mantenemos comunicación con las posiciones y vigilamos los movimientos del enemigo. Actuamos con antelación para evitar que nuestros hombres tengan que enfrentarse al fuego directo», explica. ‘Psyko’ destaca que las altas temperaturas estivales en el Dombás complican las labores de la infantería. El joven oficial asegura no escatiman en medios para que sus compañeros tengan todo lo necesario.Guerra de drones«Dicen que es una guerra de drones y es cierto» , apunta el defensor ucraniano. Los vehículos aéreos no tripulados no solo sirven para liquidar a los enemigos, también forman parte de la logística. Desde estos aparatos se pueden lanzar botellas de agua, alimentos o medicinas a lo largo de las trincheras. Pero no todo son ventajas. Uno de los problemas de su uso masivo es la dificultad para evacuar heridos a hacer rotaciones de la tropa. Algunos soldados han estado meses sin salir del frente para evitar ser víctimas de esta plaga metálica.La infantería, a pesar del uso extendido de los vehículos aéreos no tripulados, sigue siendo básica para retener el territorio. Y la movilización militar continúa siendo una cuestión problemática para Ucrania. Rusia mantiene la capacidad de alimentar su maquinaria humana para la guerra a través de contratos con grandes incentivos económicos y el reclutamiento en el extranjero. Las tácticas viejas de enviar a sus soldados a una muerte casi segura parecen no espantar a los invasores. «Los chicos se mantienen firmes por ahora, gracias a Dios. Cada día es más difícil. El enemigo parece surgir de la nada. No les importa en absoluto su gente. Vienen de todas partes en pequeños grupos. Pero nuestros operadores de drones están haciendo un trabajo increíble», zanja ‘Psyko’ con satisfacción.Gran parte de la ciudad parece desierta. Sin embargo, algunos minibuses siguen haciendo su recorrido y hasta hay valientes taxistas que siguen trabajando. El mercado callejero es la excepción a ese vacío provocado por imposición bélica del Kremlin . Allí, bajo murales soviéticos que cuentan la hazaña del primer cosmonauta, Yuri Gagarin , se extienden puestos con toda case de productos cotidianos: café, calcetines, manzanas, miel… Esa fracción de la ciudad parece seguir imbuida en la normalidad. Pero es una normalidad quebradiza y falsa.La ‘normalidad’ del mercadoAmedina tiene un puesto de frutas desde hace un año. Pide no ser fotografiada y baja el tono para confesar que, «cuando la prensa llega a la ciudad, los ataques rusos se recrudecen». Su familia está lejos. Ella decidió retornar porque no encontraba trabajo, afirma. Los vecinos se paran frente a su puesto a preguntar los precios del pescado fresco del Dniéper y ella trata de evitar más preguntas.Hay un trajín de gente para lo que cabría esperar en un lugar así. Algunos pasan de largo, otros se paran para comprar como si se tratase de un mañana cualquiera en cualquier país en paz. Ya casi al final de la hilera de puestos, Iván tiene dos bidones llenos de miel casera para vender. Sin perder la sonrisa a sus 80 años, este jubilado cuenta que dos o tres veces por semana viaja desde Kramatorsk en su moto con sidecar a la ciudad sitiada. Pero esta es la última vez que hará el recorrido. El hombre admite que «todo se ha vuelto muy peligroso aquí».

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