El arma secreta con la que Hitler podría haber doblegado Europa entera de un golpe

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El arma secreta con la que Hitler podría haber doblegado Europa entera de un golpe

Fue tal día como hoy, hace ya ocho largas décadas. «La bomba atómica es una realidad. El presidente Truman ha anunciado, por mediación de la Casa Blanca, que ha sido utilizada por primera vez contra el Japón con una potencia igual a 20.000 toneladas de trinitrotolueno», explicaba el diario ABC el 8 de agosto de 1945. El político norteamericano especificó, a través de una declaración institucional, que su caída sobre la ciudad de Hiroshima suponía por un lado «la utilización del poder básico del universo», pero también «una victoria en la carrera emprendida con los hombres de ciencia alemanes para encontrar la forma de dominar y poner en acción la energía atómica». No le faltaba razón, pues el Reich había iniciado en 1939 su particular carrera por obtenerla. Una en la que salió perdedora.La historia de cómo Alemania luchó para obtener la bomba atómica arrancó en 1939, después de que Adolf Hitler atacara con sus panzer a la maltrecha Polonia. Fue en ese momento cuando Peter Debye, director del Instituto Káiser Guillermo de Física –una de las instituciones más respetadas en la materia del país–, recibió una carta del ‘Führer’ informándole de que, en lo sucesivo, su organismo dejaría a un lado las investigaciones tradicionales. «El 16 de septiembre le dijeron que el Instituto Káiser Guillermo de Física quedaría destinado a fines ‘tecnológico-militares y actividades relacionadas con la economía de guerra’», explica Philip Ball en ‘Al servicio del Reich. La física en tiempos de Hitler’.Noticia Relacionada estandar Si Las causas tras la debacle de Alemania en la Gran Guerra Manuel P. VillatoroAl genio no debió de gustarle la idea, pues se marchó a toda velocidad a Estados Unidos para vender allí sus secretos militares. Dejando a un lado este cambio de chaqueta, los alemanes se vieron obligados a sustituir a su antiguo director por Werner Heisenberg . Y este, como cabía esperar, heredó las tareas que le habían sido encargadas a su predecesor. La primera fue mantener la gran ventaja que tenía Alemania con respecto al resto de sus competidoras, a la que adelantaba varios años en lo que a ciencia se refiere. Y no es baladí. Según explica el físico español Francisco José Ynduráin en su dossier ‘ El club del Uranio de Hitler y el programa atómico alemán en la IIGM ‘, en los años 20 y 30 la ciencia alemana dominaba la física y la radioquímica mundiales.Camino a la bomba atómicaA su vez, Heisenberg recibió el encargo de analizar las investigaciones de Fritz Strassmann y Otto Hahn, quienes habían descubierto en 1938 que era posible dividir –o fisionar– el Uranio bombardeándolo con neutrones. Aquello era clave, pues varios expertos ya habían informado a Hitler de las posibilidades que implicaba este descubrimiento: desde crear energía a fabricar armas. En base a esta petición, varios miembros del instituto y otros tantos colegas crearon el ‘ Club del Uranio ‘ (‘Uranverein’), una organización con dos misiones: usar la energía nuclear para elaborar un explosivo con «un poder destructor desconocido hasta hoy» (como afirmó Heisenberg) y crear un reactor –’Uranmaschine’- que pudiera generar energía para alimentar miles de carros de combate y submarinos.En concreto, los alemanes buscaban forjar un explosivo mediante fisión. «En estas bombas un núcleo atómico se divide en dos, ya sea de forma natural o inducida por el hombre; mediante una reacción nuclear bombardeándolo con neutrones, por ejemplo. Esto genera a su vez otros productos en la fisión como neutrones o electrones», explicaba, en declaraciones a ABC en 2015, Francisco José Ager Vázquez, por entonces profesor de física aplicada en la Universidad de Sevilla. Aunque partían de unos ínfimos conocimientos en lo que al armamento nuclear se refiere, el ‘Club’ arrancó sus investigaciones. En primer lugar, y tras meses de trabajo, los científicos concluyeron que existían otros elementos capaces de servir como combustible más allá del clásico Uranio 235.Werner Heisenberg ABCEn la práctica, descubrieron que el plutonio, un elemento derivado del uranio, era más sencillo de utilizar que éste a la hora de producir una fisión en una bomba. Esto supuso toda una revolución para la época con la que, pensaban, serían aplaudidos por la comunidad científica. Sin embargo, lo que desconocían, y no supieron hasta el final de la contienda, es que los estadounidenses ya habían descubierto este elemento… ¡un mes antes que ellos! Con todo, los avances realizados y el que Alemania fuera por entonces una de las regiones más prolíficas en uranio provocaron que los responsables del ‘Club’ acudieran henchidos de orgullo a presentar sus primeras conclusiones a los jerarcas del ‘Führer’.«En febrero de 1942, a petición del Consejo de Investigaciones del Reich, varios miembros del grupo impartieron conferencias ante un auditorio con conocimientos técnicos y funcionarios de alto nivel. Entre ellos, varios miembros de la plana mayor como Himmler , Goering y el jefe de armamentos, Albert Speer », añade Ball. El ministro quedó tan fascinado por la posibilidad de conseguir este explosivo que pidió ser informado del progreso con regularidad, pero no dio una mayor financiación a la investigación. No sirvieron de nada las quejas de los que criticaban que proyectos armamentísticos como el de las bombas volantes V1 y V2 disponían de más liquidez… Speer insistió en que el dinero escaseaba en tiempos de guerra.Hiroshima y la realidadNo mentía el ministro nazi, pues al poco tiempo la falta de ‘cash’ llevó a la Oficina de Armamentos del Reich a desvincularse del proyecto. Así pues, la investigación de la bomba atómica nazi pasó a ser un asunto civil, y no militar. Para entonces, los estadounidenses ya habían dejado atrás al ‘Club Uranio’ y ultimaban los detalles de su propio explosivo; un secreto desconocido por unos teutones que se vieron como genios sin competencia a lo largo de todo el conflicto. Pese a haber recibido cierta prioridad de acceso a materiales y fuerza de trabajo, el proyecto del Uranio continuó a paso lento. Los experimentos en el reactor prototipo de Berlín no comenzaron hasta finales de 1943; para entonces, muchos alemanes comprendían que la derrota militar era inevitable. «Además, hacia el final de aquel año las condiciones en la capital, especialmente los intensos bombardeos, volvieron muy peligroso y casi imposible continuar las investigaciones», explica el autor en su obra. En abril de 1945, con la llegada de los aliados al corazón del Reich y el fin de la contienda, el proyecto se dio por terminado para disgusto de muchos de los científicos del ‘Club’. Habría que haber visto su cara cuando, el 8 de agosto de 1945, los Estados Unidos lograron lo que ellos llevaban años intentando.

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