Paola Caridi: «Israel cambia el paisaje para ocupar la Palestina histórica»

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Paola Caridi: «Israel cambia el paisaje para ocupar la Palestina histórica»

La hambruna se propaga por la Franja y los muertos se cuentan por centenares. La historia de Israel y Palestina está marcada por la violencia y el dolor. Un nuevo capítulo se desató a raíz de los atentados de Hamás en Israel del 7 de octubre de 2023. Desde entonces, la violencia no parece tener fin, sobre todo cuando las negociaciones para alcanzar un alto el fuego se han roto.¿Existe alguna otra forma de contar este conflicto –«cuestión»–? Para Paola Caridi , autora de ‘La morera de Jerusalén’ (2025, Errata Naturae), «ha llegado el momento de escuchar otra versión de la historia, más amplia y menos cruel, que no esté escrita por humanos con la sangre de otros humanos».Paola Caridi es una historiadora, ensayista y periodista que ha colaborado con cabeceras italianas como ‘La Stampa’ o ‘Repubblica’, así como con la revista de geopolítica ‘Limes’. Vivió en El Cairo (Egipto) durante tres años, coincidiendo con el 11S, luego se desplazó hasta Jerusalén, donde residió durante una década: «Conocía Gaza antes del 7 de octubre , ahora voy y vengo de Amán (Jordania) porque para mí es fundamentalmente importante ver lo que está pasando o la realidad que se desarrolla de este a oeste más que de oeste a este». A caballo entre Oriente Próximo, a lo que ella denomina «Asia Occidental», y su Italia natal, Paola atiende a ABC desde su hogar en Sicilia.Noticia Relacionada estandar Si ¿Qué impacto tendrá el reconocimiento de Palestina por el Reino Unido, Francia y Canadá? Francisco de AndrésLa autora refleja en su libro que «la tierra es el tema central en la cuestión árabe-palestina, y subrayo cuestión, no conflicto, porque la relación con la tierra es extremadamente diferente». Lejos de quedarse en un prisma religioso o de extremismo, para ella lo importante es el terreno: «La narrativa sobre una tierra sin pueblo, para un pueblo sin tierra». Desde ese punto de vista, asegura que «podemos entender el genocidio en Gaza y la anexión de Cisjordania».Caridi considera que el paisaje ha sido un agente político para Israel: «Entendemos que la cuestión del paisaje es una cuestión de memoria» y de eso se dieron cuenta los peregrinos católicos y los judíos sionistas cuando viajaron allí y descubrieron «que el imaginario de Tierra Santa era completamente diferente». «Cuando pensamos en Tierra Santa, a través de una perspectiva cristiana, y pensamos en las artes y en las pinturas que tenemos en Madrid, Roma o Florencia, vemos un lugar que es extremadamente europeo. Tenemos colinas con mucha vegetación. Tenemos bosques muy verdes. Tenemos un tipo de paisaje que no es el de la Palestina histórica». El sionismo tuvo que «diseñar el paisaje para que se acercara más a sus construcciones culturales».Además de modificar el paisaje, esta «estrategia» provocó cambios en la economía, «principalmente agrícola y botánica». Es lo que Caridi denomina «imperialismo botánico», influenciado por otros colonialismos europeos como el español, el francés, el británico o el holandés, donde primaba el extractivismo de materias primas como «el café, el té, el opio, el algodón…». Este imperialismo botánico se traduce para la población nativa, según la autora, en «transformarse en esclavos y subalternos, y cambiar por completo su vida y su relación con la tierra».Portada del libro ‘La morera de Jerusalén’, de la autora italiana Paola Caridi ERRATA NATURAEPara ello, David Ben Gurión , quien inauguró la lista de primeros ministros del país en el 1948, «es el ejemplo más importante del uso de los bosques y los árboles para que la tierra fuera ocupada». Caridi relata que Ben Gurión, que afirmó que necesitaba un «ejército de árboles», plantó bosques para cubrir «aldeas palestinas que fueron destruidas». Así, no solo cambiaban el paisaje para que pareciera más europeo, sino que «ocupaban la tierra para no devolverla nunca más a los palestinos».Tras haber vivido allí, Caridi señala que esa «es la razón por la que, sobre todo desde Tel Aviv hacia Jerusalén, hay muchos bosques que cubren todas las colinas, que borran Palestina». Definitivamente, Caridi señala que «después de 1948 y especialmente después de 1967, Israel actuó como un Estado colonialista», pero matiza que «el Estado colonial no es solo un Estado de apartheid, sino uno de asentamiento».La tierra prometida«Si observas lo que hacen los israelíes y observas no solo lo que hacen los palestinos, sino también lo que piensan de sí mismos en términos de su relación con la tierra, los israelíes absorben la relación con la tierra en términos de dominación, propiedad y posesión. Por eso pueden quemar árboles», afirma Caridi, quien asegura que «los palestinos no quemarán un árbol. Nunca. Ni siquiera si está en un jardín israelí».Según la historiadora, hay mucha diferencia entre los israelíes del sionismo inicial y los últimos colonos en llegar a la región: «El sionismo temprano pensaba sobre la tierra de una manera muy mitológica, era la tierra prometida». Entiende que para ellos «había una relación con la tierra y con el paisaje», pero señala que era «problemática». En cambio, apunta que los nuevos colonos –los que llegaron hace más de 20 años– «no tienen ninguna relación con la tierra, no les importa, solo están interesados en el dominio. Y esto cambia mucho no solo su comportamiento, sino también el paisaje en el que quieren vivir».Caridi argumenta que es un modelo «más americano», donde Israel ocupa el terreno con hormigón y cemento, porque «a través de las carreteras dominaban la tierra». Y añade que «es completamente diferente de la forma en que vivían los palestinos».

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