La debate a raíz del veto del Partido Popular (PP) y Vox en el Ayuntamiento murciano de Jumilla a la celebración de ritos islámicos en espacios públicos crece. Pero la dirección nacional del partido que preside Alberto Núñez Feijóo no ha dudado en defenderse frente a acusaciones como la del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de Elma Saiz, que alimentaba la polémica advirtiendo que a partir de ahora vigilará «muy de cerca» iniciativas como esta para evitar discursos de odio y xenofobia. Los populares responden a la socialista y se escudan en que la moción aprobada, previamente enmendada por ellos mismos, «no hace referencia a religión o ritos«. «El PP es un partido constitucionalista, respeta las creencias de todos. Somos el partido de la libertad», ha querido dejar claro el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local popular, Elías Bendodo, en declaraciones a los medios desde Málaga, en las que también ha calificado de «falso» que su partido esté señalando a nadie. «Esto no va de religión, va de una modificación legal que se ha hecho en un tema de un ayuntamiento. Nada más», ha zanjado Bendodo, en referencia al segundo punto de los dos puntos de la moción enmendada que finalmente salió adelante la pasada semana en Jumilla gracias al apoyo del PP y la abstención de Vox. A 530 kilómetros, era el vicesecretario de Educación e Igualdad del PP, Jaime de los Santos, quien, en la misma línea que su compañero, aseguraba que su formación-«la de la libertad», insistía- va a «poner por encima de cualquier otra cuestión» el respeto a que «cualquiera sea lo que quiera ser, piense, rece o pertenezca a la etnia que pertenezca». Muestra de ello, ha dicho, fue su rechazo a una proposición no de ley (PNL) similar presentada por Vox en el Congreso de los Diputados. Al igual que Bendodo, ha pedido De los Santos a la ministra Saiz que no haga pasar al PP por un partido xenófobo. Noticia Relacionada estandar Si Los musulmanes de Jumilla, incrédulos: «¿Cómo vamos a celebrar el fin del Ramadán?» José Luis Fernández La población islámica vive ajena al debate y los vecinos recelan de la fiesta de multitudes«Desde el Gobierno de España se pretende hacer un caso donde no lo hay, es falso que el PP vaya a señalar a nadie por su credo», ha insistido el popular, que carga contra el PSOE, pero también contra Vox, por tratar de «polarizar» a la sociedad española que «nunca ha tenido ningún problema con la inmigración». Y es que el problema con las personas inmigrantes, en todo caso, ha incidido De Los Santos, «lo tienen quienes las gestionan y la gestión de fronteras, seguridad e inmigración está en el Gobierno de España». Por ello, ha insistido, «no a las noticias falsas, a las cuestiones grandilocuentes que pretenden incendiar un país que es ejemplar a pesar del Gobierno que tiene». Recordar que los de Santiago Abascal en el consistorio murciano presentaron a través de su concejal, Juan Agustín Carrillo, una moción a través de la cual pretendían instar al Ejecutivo local de la popular Severa González a «prohibir la celebración pública de la denominada ‘Fiesta del Cordero’ u otras conmemoraciones similares ajenas a nuestras tradicionales […]», así como a que dicha corporación municipal expresara su «rechazo» a la realización de dicha conmemoración en espacios públicos. Entre los motivos esgrimidos por la formación derechista, que ritos y celebraciones como el ya mencionado «resultan completamente ajenos a los usos y costumbres que han configurado nuestra identidad nacional». Además, recogía el texto inicial, dichas prácticas promueven «[…] la erosión consciente de nuestro legado, lo que no constituye sino una rendición cultural».La moción original presentada por Vox decayó tras enmendar PP el texto y reducir la reforma del Reglamento a prohibir los ritos musulmanes en instalaciones deportivas públicas «asegurando su uso para fines deportivos o institucionales»PP enmendó el texto. El acuerdo aprobado al que los populares llegaron con Vox se redujo a dos puntos y no a los siete iniciales, ya que, según justificaron desde el PP de Jumilla, la redacción del texto original «aunque persiga la finalidad de proteger nuestras tradiciones y costumbres, puede dar lugar a interpretaciones que no se ajustan plenamente al marco jurídico vigente». Por ello, únicamente se pactó un primer punto que recoge la promoción de «actividades, campañas y propuestas culturales que defiendan nuestra identidad y protejan los valores y manifestaciones religiosas tradicionales en nuestro país» y un segundo con el propósito, según los de Feijóo, «reforzar el carácter propio de las instalaciones deportivas municipales asegurando su uso para fines deportivos o institucionales organizados por el Ayuntamiento» de Jumilla. Es decir, que el veto a la celebración de ritos islámicos se reduce sólo a espacios públicos como son las instalaciones deportivas municipales. Por tanto, no se trata de una prohibición generalizada a las mismas en todo el perímetro del municipio.

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