Los médicos de urgencias lo avisan: en verano aumenta el número de casos de otitis, una inflamación del oído causada, generalmente, por una infección. Cuando un niño la padece siente dolor de oído y puede tener fiebre. «En los más pequeños, es común que estén llorones, irritables o que se toquen mucho la oreja. A veces puede salir líquido del oído y también puede haber dificultad para oír bien temporalmente», asegura a ABC Rosa María Merlos, médico adjunto del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.¿Qué consecuencias tiene?La otitis, bien tratada, no suele dejar secuelas. Pero si es frecuente o no se atiende, puede afectar la audición, el lenguaje y el aprendizaje. La consecuencia inmediata más frecuente es el dolor y el malestar (llanto constante, irritabilidad, problemas para dormir o comer). Muchas veces la otitis se acompaña de fiebre, lo que puede hacer que el niño esté más decaído o cansado.Cuando hay líquido en el oído medio, el niño puede escuchar peor. Esto es temporal, pero si se repite mucho puede afectar al desarrollo del lenguaje, sobre todo en niños pequeños y también puede influir en la atención y el rendimiento escolar. Algunos niños tienen otitis con frecuencia. Esto puede llevar a la necesidad de tratamientos más prolongados y, a veces, se colocan pequeños tubos (drenajes) en los oídos. Existen complicaciones poco frecuentes, pero posibles si la otitis no se trata a tiempo o adecuadamente, como perforación del tímpano, mastoiditis o problemas auditivos permanentes.Noticias relacionadas estandar Si Vacaciones veraniegas «El verano es para descansar, no se trata de tener a los niños ocupados todo el rato» Laura Peraita estandar No Conciliación Miguel, empleado de Repsol: «Nadie me echa en cara que vaya a por mis hijos porque hay una cultura en la empresa establecida» Laura Peraita¿Por qué son tan habituales en la infancia?Los niños tienen más riesgo de padecer otitis por su anatomía y su sistema inmunológico. En relación con la anatomía, la trompa de Eustaquio (que conecta el oído medio con la nasofaringe) es en los niños más corta, estrecha y horizontal, lo que facilita que los virus, bacterias y mucosidad pasen del área nasal al oído. Además, se obstruye fácilmente, acumulando líquido que favorece la infección. El sistema de defensas de los niños todavía se está desarrollando, por lo que son más vulnerables a infecciones, especialmente respiratorias.¿Se producen más en invierno o en verano?La otitis en niños puede ocurrir tanto en invierno como en verano, pero el tipo de otitis varía según la estación. En invierno predominan las otitis medias, por infecciones respiratorias. Estas infecciones provocan inflamación y acumulación de moco, que puede llegar al oído medio a través de la trompa de Eustaquio, causando la otitis. En verano son más comunes las otitis externas, por la humedad del baño o la natación. Los niños pasan más tiempo en piscinas, playas o bañándose, lo que puede dejar humedad en el canal auditivo externo. Esto favorece la aparición de otitis externa, una infección del conducto auditivo externo, causada por bacterias u hongos. Suele causar picor, dolor al tocar la oreja o al mover la mandíbula y, a veces, secreción.Una vez que se producen, ¿por qué se reproducen?Las otitis se reproducen porque algunos niños son más propensos por su anatomía (adenoides grandes, paladar hendido), su sistema inmunitario más inmaduro (en una etapa de muchas infecciones respiratorias), su ambiente o sus hábitos. Usar biberón tumbado, chupar el chupete en exceso o estar expuesto al humo del tabaco aumenta las probabilidades de repetir otitis. En verano, si no se seca bien el oído tras nadar o bañarse, puede repetirse la otitis externa. Si una otitis no se trata bien o el niño no termina el antibiótico, la infección puede no resolverse.¿Son incompatibles las otitis con las piscinas o el mar?No, las otitis no son completamente incompatibles con las piscinas o el mar, pero depende del tipo de otitis y del momento en que se encuentre la infección. Si el niño tiene otitis externa (oído del nadador), que es la más relacionada con el agua de piscinas o del mar, sí se recomienda evitar bañarse hasta que el oído esté totalmente curado ya que el contacto con el agua puede empeorar la infección, aumentar el dolor o retrasar la recuperación. ¿Cuándo puede volver al agua? Cuando ya no haya dolor, secreción y el pediatra lo indique.¿Qué cuidados debemos tener con los hijos para prevenir que les duela?Si el niño es muy propenso a otitis, es mejor no pasar demasiado tiempo en el agua ni hacer inmersiones prolongadas. Se recomienda que usen tapones para los oídos mientras nadan y que se sequen bien sus oídos después de estar en el agua. Mantener los oídos secos y limpios puede reducir significativamente el riesgo de infecciones.Y una vez que salen del agua, ¿qué hay que hacer con los niños que padecen esta dolencia de forma habitual?Para los niños que padecen otitis de forma habitual, es muy importante tener ciertos cuidados al salir del agua, ya sea de la piscina o la playa, para prevenir recaídas. • Secar bien la parte externa del oído con una toalla limpia y suave. No se deben meter bastoncillos ya que pueden irritar o empujar agua y suciedad hacia adentro. • Inclinar la cabeza del niño hacia cada lado para ayudar a que el agua que pueda haber entrado salga sola.MÁS INFORMACIÓN noticia No Mario Alonso Puig: «Todos tenemos un potencial dormido que permite lograr lo imposible. No es que lo crea, lo he visto» noticia No «Una de las bazas de los campamentos es que ‘despantallamos’ a los niños» noticia Si Alberto Soler, psicólogo: «Los padres no deben ser animadores de ludoteca de sus hijos» • En algunos casos, el pediatra puede recomendar gotas secantes (con alcohol boricado o similares) después del baño para evitar la humedad persistente.

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