Vacaciones en camping y más cortas: «Veranear el mes de agosto entero ha desaparecido»

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Vacaciones en camping y más cortas: «Veranear el mes de agosto entero ha desaparecido»

El verano más caro de la historia es la coletilla que los españoles vuelven a usar por tercer año consecutivo, tras la eclosión turística surgida por el final de la crisis sanitaria del Covid-19 . Irse de vacaciones en España es ya prácticamente un artículo de lujo , cada vez menos al alcance de las clases medias. Pero el descanso es sagrado y el turista nacional al final encuentra la manera de adaptar el bolsillo a la coyuntura, aunque eso suponga renunciar a una mayor calidad en el viaje y a pasar fuera de casa menos tiempo de lo que le gustaría. Entre las soluciones más repetidas están la de recortar días de estancia, reservar en alojamientos más asequibles (el camping crece con fuerza) o viajar en junio o septiembre, que son meses más baratos que julio y agosto, tradicionalmente los más cotizados del verano. «Agosto ya no es lo que era. Antes la gente se cogía el mes entero para irse de vacaciones, pero eso ha desaparecido», resume Santiago Vallejo, vicepresidente y responsable de relaciones institucionales de la Mesa del Turismo de España . El portavoz de la asociación que representa a algunas de las empresas más importantes del sector en España, explica que ahora lo que busca el turista nacional en muchas ocasiones es espaciar las vacaciones a lo largo del año, «de manera que se está desestacionalizando el turismo, algo que es bueno, porque ya no se concentra todo en las épocas pico de julio y agosto», señala, a la vez que insiste en la idea de que las vacaciones largas de 30 días han desaparecido. «El que antese iba 15 días seguidos, ahora se va 10 y el que antes 10 ahora se va 5. Se están reduciendo las estancias para luego poder tomar vacaciones en otros periodos del año», relata.Noticia Relacionada Fuga de turismo nacional al extranjero estandar Si «Una semana en el Caribe o Mojácar sale al mismo precio» Antonio Ramírez CerezoPero esa nueva costumbre supone todo un problema para algunos destinos de sol y playa, que tienen su temporada fuerte precisamente en el verano. Algunos de ellos siguen siendo dependientes del turismo nacional, e incluso aquellos que igualmente hacen la mayoría de su negocio con el visitante extranjero, sufren la ausencia de los españoles. Hace unos días, los empresarios hoteleros de la Costa del Sol precisamante salían a hablar sobre el asunto y aseguraban que, aunque las ocupaciones a nivel general en julio estaban mejorando, el impacto bruto medio por cliente había descendido en más de 40 euros por persona alojada. «Ello, unido a la previsión de agosto y el descenso de demanda del mercado nacional, que tienden a la baja con respecto al año pasado, nos obliga a estar vigilantes» señaló José Luque, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) . Se trata de una de las zonas turísticas más importantes del litoral español, que ya el año pasado sufrió retrocesos en las pernoctaciones hoteleras por parte de nacionales superiores al 10%. El factor económico«Frente a un contexto de precios al alza, los españoles están ajustando sus vacaciones para no renunciar a viajar. La fórmula más común ha sido reducir la duración del viaje, recortando en promedio una noche de estancia. También se observa un cambio de hábitos en la elección del destino, con una búsqueda activa de alternativas más asequibles, tanto dentro como fuera de España», señala a este periódico Beatriz Oficialdegui, directora de marketing y comunicación de Destinia, que además abunda en que los destinos que experimentan mayores subidas de precios están notando «un cierto freno» en la demanda, «lo que demuestra que el factor económico está marcando claramente las decisiones de este verano».Porque por mucho que se quiera maquillar, detrás de este desplome están los precios récord que piden los alojamientos turísticos alentados por la demanda masiva desde el extranjero, pero también el hecho de que los salarios han evolucionado a un ritmo menor al del IPC, y muy por debajo de lo que han subido los precios de los paquetes turísticos. Así las cosas, mientras que entre 2019 y 2024 el salario medio en España ha avanzado un 17,4%, (1.988 euros al mes, según los datos de Adecco ), el IPC ha crecido un 21,6%, y los paquetes turísticos nacionales se han incrementado un 52% en el último lustro. Es decir, el precio de las vacaciones ha aumentado tres veces más de lo que lo han hecho los sueldos desde el último año anterior a la pandemia.Es una realidad que deja en una situación muy delicada al poder adquisitivo de los turistas residentes y que les obliga a ajustar y mucho el presupuesto para no tener que renunciar a irse de vacaciones. En ese cuadro de gastos en el que se mira principalmente transporte, comidas y alojamiento, muchos empiezan por recortar en esto último, que es lo que normalmente se lleva la mayor parte de las cuentas familiares. Bajo ese prisma, una de las opciones que más ha ganado peso en el último año ha sido el camping que ya el verano pasado vio aumentar las pernoctaciones un 6% en julio, más que cualquier otra opción de alojamiento, y el pasado mes de junio volvió a repetir en lo más alto del podio con un crecimiento del 8% entre los residentes. Aunque sorprendió más el alza del 16,2% de las pernoctaciones de los turistas foráneos, que también buscan refugiarse de las tárifas récord de hoteles y apartamentos. Un hotel tres estrellas a 100 euros la nochePorque el avance en precios que están mostrando, sobre todo, los alojamientos hoteleros por el ‘boom’ del viaje es histórico. Según los datos del INE, alojarse en un hotel de tres estrellas en junio alcanzó los 104,5 euros por noche, más de los 99,89 euros que costaba alojarse en un cuatro estrellas antes de la pandemia. Esta última categoría se ha disparado un 30% desde entonces y en el sexto mes del 2025 superó de media los 133 euros, aunque nada que ver con lo que han aumentado los hoteles cinco estrellas, tras el alud de aperturas en capitales como Madrid: si antes de la pandemia cada noche de junio costó 207,7 euros, ahora se abonan 307,6 euros, casi un 50% más. La subida general de la tarifa media diaria (ADR) en los últimos seis años es de un 39,07%, según la Coyuntura Turística Hotelera del INE.Apartamentos prohibitivosEn el caso de los apartamentos turísticos, el alza ha sido también similar desde entonces y el pasado junio una noche en este tipo de alojamiento costó un 28% más que en 2019. De hecho, según el Informe 2025 Alquiler en Costa en España de Grupo Tecnitasa , para julio y agosto de este año el precio medio de los apartamentos en la playa ronda los 1.270 euros por semana , 110 euros más de lo que costó una estancia de siete días durante el año pasado (1.160 euros) y un 40% más de lo que se pedía en 2020. Este verano, en ninguna localidad de sol y playa del litoral español el precio baja de los 500 euros por siete días, según el mismo estudio.Pesimismo de los hostelerosAl cambio de hábitos en el turismo nacional tampoco es ajeno el sector hostelero, pese a que también se están aprovechando de la llegada récord de extranjeros (este año podría cerrarse en 100 millones) para llenar bares y restaurantes. Según el último Indicador de Confianza Hostelera que elabora trimestralmente Hostelería de España , solo un 27,1% de sus empresas asociadas cree que mejorará su actividad este verano y un 44,2% cree que empeorará, mientras que el 28,6% no espera ningún cambio. Según esta misma encuesta, el pesimismo de los hosteleros viene marcado por los costes salariales, seguido de la alta presión fiscal, y de los costes de las materias primas. «Todos estos factores han incrementado ligeramente su influencia, junto con la caída de la demanda», reconoce la asociación.Con todo, el turismo nacional podría vivir un mejor agosto de lo que se pensaba inicialmente, cuando en junio las reservas de españoles en destinos nacionales parecían desplomarse respecto al 2024. «Al principio del verano parecía que agosto iba a quedarse corto en reservas, pero la realidad ha sido otra. Muchos españoles han esperado hasta el último momento para decidir sus vacaciones», explica Oficialdegui de Destinia, que atribuye esta causa a una Semana Santa muy tardía, varios puentes seguidos y precios bastante altos. «Se puede decir que lo que otros años se reservaba con meses de antelación, este verano se ha concentrado en las últimas semanas», asevera la portavoz de la plataforma online de reservas de alojamientos.

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