En los años 80, el recordado Antonio Díaz Miguel realizaba unas giras invernales por las mejores universidades estadounidenses (St. John’s, North Carolina o UCLA), con el fin de recabar las últimas novedades sobre su deporte, el baloncesto, que tenía en ese país un modelo a imitar. La NBA era un sueño inalcanzable para el resto y el manchego fue un pionero a la hora de buscar nuevas vías de aprendizaje. Igual que hicieron algunos entrenadores de natación o de atletismo con periplos similares por la URSS o Polonia . Mientras, en los deportes individuales, los gurús de entonces se ubicaban en Florida en lo que se refería al tenis (Nick Bollettieri) o al golf (David Leadbetter).Sin embargo, en estos momentos ha cambiado la manera en la que los técnicos españoles se manejan por el mundo. Sobre todo porque ahora son ellos los que sirven de referentes para sus colegas extranjeros en las distintas disciplinas. En el caso del básquet, en concreto, la situación ha dado un giro absoluto, según explica Pepu Hernández , campeón del mundo y especialista del trabajo de cantera. «Con el paso de los años el sistema formativo estadounidense ha ido cayendo en picado por diversas razones, la primera de ellas económica. Aunque sigue habiendo grandes programas colegiales sus ingresos están vinculados a las televisiones y a las victorias, por lo que buscan éxitos inmediatos y sacan constantemente jugadores sin fijarse en sus fundamentos», explica. En consecuencia, «en la NBA se han visto obligados a buscar jugadores de otras partes del mundo que llegan mucho más preparados. Y ahí los españoles tenemos mucha ventaja, porque nuestra base funciona de maravilla y ganamos títulos en todas las categorías inferiores», confirma. De ahí a buscar también a quienes les preparan hay sólo un paso, lo que explica el éxodo de hispanos por numerosos países y selecciones, con la guinda del pastel que es la presencia de Jordi Fernández en el banquillo de los Brooklyn Nets.Esta exportación de talento en los banquillos no es algo coyuntural, sino fruto de una buena estructura deportiva, según comenta Javier Cabanas , exseleccionador de balonmano de Kosovo y actual director técnico de Arabia Saudí. «En España las escuelas de entrenadores funcionan muy bien porque nuestro sistema es muy bueno y competitivo. Tenemos a los mejores formadores y eso se transmite luego en las canchas, lo que hace que nuestros técnicos sean tan reconocidos en el extranjero», apunta. El fútbol o el fútbol sala no son ajenos a esta dinámica, pues es difícil no encontrarse con españoles en las distintas ligas o equipos nacionales.Un caso curioso, por lo que tiene de infrecuente, es el del rugby 7. España ha conseguido llamar la atención en esta especialidad olímpica a pesar de no contar con el poderío oval de potencias como Nueva Zelanda, Sudáfrica, Irlanda o Francia. «A pesar de ser un país pequeño, somos una referencia en los deportes de equipo y también en el rugby», indica Gabriel Sáez, vicepresidente de la Federación Española. «Todo el mundo mira la evolución que hemos tenido en el Seven masculino (y dentro de poco la verán en el femenino), desde la facilidad para captar el talento hasta para conseguir un juego de equipo exitoso que nos hace estar entre los mejores del orbe».Quino Ruiz ha conseguido ser un referente del judo mundial De sanbernardoUn modelo diferente y más complejo es el que se da en el atletismo. Al existir tantas modalidades es difícil encontrar un entrenador total y la especialización es absoluta. Hasta el punto de no ser infrecuentes los casos hereditarios, en los que padres talentosos sacan lo mejor de sus hijos. «Es difícil ‘profesionalizar’ a un niño desde los diez años pero ha funcionado con Duplantis, los Ingebristen o Larissa Iapichino, la hija de Fiona May», señala el olímpico Ángel David Rodríguez . Lo que sucede en España, sin embargo, está más condicionado por cuestiones económicas. «Aquí dependemos mucho de las becas y de los patrocinios, y no es fácil para un entrenador vivir de nuestro deporte. Es más, diría que sólo dos o tres pueden hacerlo en exclusiva», desvela ‘el Pájaro’. Uno de ellos es el cubano Iván Pedroso, que se ha establecido en Guadalajara con sus saltadores. «Es un auténtico genio y lo está haciendo muy bien. Como todos los cubanos lo ha pasado muy mal hasta llegar a la elite y sabe combinar sus grandes conocimientos y un gran talento para transmitirlos».Logros con raquetas y palosLos éxitos del deporte español no vienen dados únicamente por las especialidades colectivas, sino también en las individuales. Y ahí es donde el apoyo constante de un especialista que conozca a los protagonistas se vuelve fundamental. «Más que una escuela española de tenistas lo que hay es un estilo de ser sólidos, agresivos y de no dar una bola por perdida», explica Vivi Ruano , doble medallista olímpica y entrenadora. «Eso se transmite de unas generaciones a otras por entrenadores que previamente han jugado y saben lo que es estar en las situaciones de sus pupilos. Es una suerte», dice.El tenis es un deporte muy dado a contar con exjugadores que acompañan a las estrellas en activo, con los últimos casos de Carlos Moyá o Juan Carlos Ferrero al lado de Rafa Nadal y Carlos Alcaraz . Por eso la madrileña no considera que hoy en día haya ningún gurú que marque el ritmo técnico de los demás. «Los buenos entrenadores son los que tienen una constancia y un método de trabajo que hace que los tenistas confíen en ellos. Es importante saber transmitir las experiencias y haber pasado por situaciones similares para poder ayudar. Y en este sentido son muchos los técnicos españoles que van a otros países como Francia, Japón o China a dar clases y explicar nuestras técnicas de trabajo». En el caso del pádel, una especialidad cada vez más en boga, el paso por la piel de toro se torna indispensable para triunfar, según el exnúmero uno mundial Paquito Navarro. «Aunque con todo lo que viajamos ahora el deporte se está deslocalizando un poco, no cabe duda de que quien quiera ser algo en el pádel mundial tiene que venir a España. Aquí están los mejores jugadores y entrenadores, como Ramiro Choya que ha sido seleccionador de Brasil y Qatar, y es un referente internacional».Por lo que al golf se refiere, ya pasaron los tiempos de los grandes sabios. Antes los golfistas con posibles cruzaban el charco en busca de los Leadbetter, Butch Harmon o Hank Haney, pero ahora son los propios técnicos internacionales los que vienen a España. «Nuestro Centro de Tecnificación es un referente mundial y cada vez hay más entrenadores que acuden a nuestros ‘clinics’», explica Kiko Luna, maestro de Jon Rahm. «Ya no se busca un entrenamiento completo, sino por parcelas independientes, y ahí Felipe Rodríguez y Sergio de Céspedes son técnicos de primera línea».Deportes de contactoDonde también se puede decir que España marca la pauta es en los deportes de contacto. En los últimos Juegos de París hubo dos maestros que volvieron a dejar bien alto el pabellón. En judo, Quino Ruiz triunfó con la medalla de Fran Garrigós y certificó que su método de trabajo es el correcto. «Hay que partir de la base de que nuestra materia prima es buenísima, con unos deportistas estupendos y unos entrenadores a su altura, pero siempre hay que seguir aprendiendo. A mi me encanta ir a Japón, a Rusia o a Kazajistán , que son primeras potencias», reconoce. Asume que tiene su vida totalmente dedicada, pues «yo vivo para esto y estoy muy orgulloso de haber llegado al máximo nivel desde un gimnasio de pueblo, en Brunete. A los últimos Juegos llevamos cinco judocas y tenemos a dos campeones mundiales». Todo esto refrenda su método, que no deja de ser el de antaño. «A mí me parece muy bien la tecnificación, pero yo a mis alumnos, además de cariño, les enseño los valores de toda la vida: sacrificio y trabajo. Esto es muy duro y si no se comprometen, se lo recrimino», explica sin ambages.Una línea similar sigue Jesús Ramal en taekwondo. De su club de San Sebastián de los Reyes han salido dos medallistas olímpicas y una campeona del mundo. «Noto que hay una gran curiosidad en el extranjero por conocer nuestro método», señala Ramal, «ya que hemos creado un grupo de trabajo muy interesante, en un entorno agradable, con la gente cerca de su casa y en el que seguimos los dictados de la neurociencia aplicada al deporte. Mas, ante todo, a los chicos les inculcamos mucha pasión. Nuestro equipo es muy amplio, con profesionales de todo tipo que les hablan de la cultura del esfuerzo y de las recompensas que les esperan», remata orgulloso.

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