«Aquello es un infierno»: Putin desata un éxodo en Ucrania antes de su reunión con Trump

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«Aquello es un infierno»: Putin desata un éxodo en Ucrania antes de su reunión con Trump

La pequeña Lena sostiene a su gatito negro entre las manos. Acaba de llegar con su familia a Pavlograd . En esta ciudad de la provincia de Dnipropetrovsk se ha habilitado un centro de tránsito para los refugiados internos del este. Ajena a las próximas reuniones de alto nivel o a los movimientos del frente, la niña juega con su prima mientras esboza una tímida sonrisa. Ella es una de los cientos de evacuados que huyen de Donetsk a diario. Un éxodo que se ha intensificado en las últimas semanas al ritmo de los avances enemigos. El mundo infantil de Lena está siendo engullido por la guerra de Rusia contra su país. Su hogar será tan solo un recuerdo esquivo en un futuro no muy lejano. Y esta es la realidad que la población del Donbass han soportado por más de una década. «Hasta aquí llegan más de 300 personas al día. Antes eran 60. La mayoría de los evacuados vienen de Dobropilia, y también en los pasados días recibimos a gente de Rodynske , muy cerca de Pokrovsk . Aquello es ahora un infierno», explica Oksana Kuiantsveva, una de las trabajadoras de la organización humanitaria East SOS , encargada de realizar evacuaciones en los puntos más conflictivos del frente. Dobropilia es uno de los centros logísticos de las Fuerzas Armadas de Ucrania y está en el punto de mira de la ofensiva de verano de Rusia. Aquí vivían unas 30.000 personas antes del inicio de la guerra a gran escala. Está situada al norte de la estratégica localidad Pokrovsk, nodo de las fuerzas de Zelenski en el sur de Donetsk, bajo asedio ruso tras más de un año. El avance enemigo hizo que en tan solo dos meses la línea de contacto se moviese hasta Dobropilia desde una distancia de más de 20 kilómetros a tan solo 11. Pero la situación se volvió más crítica desde el pasado lunes. Noticia Relacionada estandar Si Trump advierte de «consecuencias muy severas» a Putin si no pone fin a la guerra en Ucrania David AlandeteEl grupo de análisis ucraniano Deep State , que monitorea los movimientos en el frente, afirmó entonces que grupos del ejército invasor habían penetrado 10 kilómetros en paralelo a la ciudad. El objetivo del enemigo era cortar la carretera que une Dobropilia con Kramatorsk –capital administrativa de esta provincia–. Una de las vías que toman a diario los cientos de vehículos encargados de la defensa de Donetsk. La ciudad minera se encuentra en medio de una zona de ansiada por el Kremlin que incluye las localidades de Kostyiantinivka y Pokrovsk, y esta penetración forma parte en la ofensiva general contra ambas localidades. Para añadir más presión, Rusia ha desplegado en primera línea a las unidades de drones Rubicón , que acosan a la infantería ucraniana, a los vehículos aéreos no tripulados de los defensores y también complica las labores logísticas atacando las vías de comunicación.Alarma en UcraniaLas redes sociales ardieron en Ucrania con amargas críticas contra el liderazgo militar mientras las informaciones procedentes del frente eran poco claras. Bohdan Krotevych , exjefe de Estado Mayor de la brigada Azov y teniente coronel de la Guardia Nacional, hizo un llamamiento público a Zelenski en sus redes sociales: «Señor presidente, sinceramente, desconozco qué se le comunica exactamente, pero le informo: en la línea Pokrovsk-Kostiantynivka, sin exagerar, reina el caos absoluto. Y este caos lleva mucho tiempo en aumento, agravándose cada día… En la práctica, no existe una línea de combate estable como tal».El 12 de agosto, el propio Zelenski confirmó el avance ruso , tratando de quitarle importancia, al afirmar que se trata de un grupo de soldados rusos sin vehículos blindados. Sin embargo, la infiltración ha puesto de manifiesto, una vez más, el problema de larga data de Ucrania con la falta de personal en su Ejército . El jefe de Estado del país invadido añadió que la situación más complicada se situaba cerca de Dobropilia . El último informe disponible del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), una institución estadounidense de referencia en el análisis del frente, ha destacado que las tropas del Kremlin «no han podido desplegar refuerzos para contener y explotar esta penetración táctica y probablemente enfrentarán obstáculos al intentar hacerlo». Según el ISW, el empuje ruso se produjo tras meses de preparación y adaptaciones que involucran el uso masivo de drones. Este avance añade más presión a la reunión entre Vladímir Putin y Donald Trump prevista para mañana y va a ser utilizado por el Kremlin para tratar de obtener concesiones. Las últimas informaciones que llegan desde la zona apuntan a una contención ucraniana. Pero todavía no han podido ser verificadas. La Brigada Azov fue desplegada en la zona Prokrovsk y Dobropilia para tratar de expulsar a los rusos. Roman y Eduard conocen al dedillo cada tramo de carretera del Donetsk libre. Desde que la guerra a gran escala comenzó, se dedicaron sacar a sus vecinos del frente poniendo su vida en riesgo en cada evacuación. Y esto lo hacen sin ningún tipo de sistema antidrones. «Muchos donantes consideran que esos aparatos son parte del armamento. Pero a día de hoy tales sistemas son tan necesarios como un chaleco antibalas o un casco. Solo los utilizamos para protegernos», apunta Eduard. Obligados a dejar su hogar Ellos ya sintieron en sus propias carnes lo que es perder sus ciudades. Roman es de Siverskodonetsk y Eduard de Bajmut. Ambas localidades están ahora controladas por Rusia . Los dos jóvenes son parte del equipo de East SOS y no han parado de recibir llamadas de auxilio en los últimos días.Huida en masa Cientos de habitantes de la ciudad de Donetsk abandonan sus hogares para dirigirse a un centro de tránsito para refugiados en Pavlograd AFP / Miriam GonzálezLos voluntarios atraviesan la carretera cubierta de redes para ir a Dobropilia. Allí esperaban Viktor, de 72 años, y Volodímir, de 40. La furgoneta aparca cerca del edificio de Viktor, un jubilado nacido en Rusia que trabajó toda su vida en las minas. La situación ha empeorado de tal manera que ha decidido ir al encuentro de su esposa en Pavlograd . Cierra las puertas de su casa y se funde en un abrazo con su amigo, su equipaje es ligero y la tristeza profunda. «Aquí la vida era buena antes», resume. Otro de los vecinos, Oleksander, se acerca para pedir información a los voluntarios. Él también quiere irse. «No hay luz ni agua, la situación es cada vez peor. Los ataques son constantes », confiesa con los ojos azules aguados. No muy lejos, dos residentes limpian los cristales rotos de una de las ventanas, el barrio ha sido golpeado hace un par de días. Eduard espera a que Volodímir salga de su casa, se sienta en un banco y acaricia a un perro de la calle. El voluntario confiesa su frustración. «Muchas de estas personas no tiene lugar al que ir, los jubilados tienen una pensión pequeña y el dinero que les dan es muy poco, en el fondo siento que no hago lo suficiente», confiesa un hombre que a diario viaja a las zonas más complicadas.El viaje se completa con otras cuatro personas y tres gatos. No hablan mucho, el silencio solo es roto por los maullidos de los animales. Pocos miran atrás. El amplio horizonte de campos amarillos y cielo azul está quebrado por columnas de humo que se erigen desde Dobropilia . La cuenca minera del Donbass , la zona más rica de Ucrania, está quedando reducida a escombros sostenidos por tierra contaminada de minas. Un lugar inhabitable para las próximas generaciones.

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