La tarde, con sus fuertes y cambiantes vientos, volvió a complicar este martes la extinción de los incendios en Castilla y León, donde el fuego no da tregua. Desde el pasado fin de semana se han desatado un centenar, de los que preocupan especialmente los seis que al cierre de esta edición estaban en un nivel de gravedad 2 (en escala de 0 a 2), con León y Zamora como las provincias en las que las llamas están azotando con más virulencia. Unas 10.000 personas de más de medio centenar de pueblos están evacuadas por la proximidad de las llamas a sus casas y las densas humaredas que dominan el ambiente. Los incendios, de norte a sur, calcinan por el momento más de 90.000 hectáreas en lo que va de año, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios ForestalesPara muchos es la cuarta noche lejos de sus domicilios y sin que por ahora se pueda augurar cuando podrán regresar. Es la medida preventiva ante unos fuegos que han demostrado que pueden comerse kilómetros en minutos impulsados por el viento. De hecho, un hombre de 35 años fallecía este martes en Nogarejas (León) atrapado entre dos lenguas de fuego cuando trabajaba con su máquina para intentar «defender» su pueblo del incendio. Su compañero, de 36 años, estaba este martes ingresado en estado crítico en la UCI con quemaduras en el 85 por ciento de su cuerpo . Y hay otros seis heridos -de entre 36 y 80 años- ingresados.Fue en la precipitada evacuación de Abejera (Zamora) al dirigirse las llamas hacia las casas cuando seis personas resultaron heridas, algunas sorprendidas dentro del coche en la carretera. El incendio declarado el lunes en Puercas (pedanía de Gallegos del Río) el que obligó al desalojo de este pueblo tras haber cambiando la dirección del viento y encaminarse poco antes hacia Losacio, justo en el lado opuesto. Ambas localidades seguían evacuadas, al igual que otras ocho en una zona en la que los peores temores y recuerdos de hace tres años se han reavivado. Y es que en Losacio, en 2022, otro incendio de la Sierra de la Culebra redujero a cenizas más de 44.000 hectáreas. El otro gran incendio sin control es el de Molezuelas de la Carballeda. Sólo este martes por la tarde obligaba a la evacuación de otras 1.300 personas en la provincia de León, aunque 400 de Zamora pudieron regresar. Un fuego sobre el que, según señaló el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco , «tenemos la evidencias» de que está detrás «la mano del hombre» que «con intención de hacer daño» prendió. También «intencionalidad evidente» en el de Yeres (León), con Voces todavía evacuado. Es otro de los fuegos que sigue en nivel 2. El mismo que el domingo llegó con gran rapidez, entró y recorrió el paraje Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas .Más heridos en Orense, también en emergenciaEn Galicia la atención sigue centrada en la provincia de Orense, que mantiene la situación 2 de emergencias. Durante la jornada se contabilizaban 12.500 hectáreas devoradas por las llamas, en cinco grandes incendios activos y sin control, con Chandrexa de Queixa, a los pies del Macizo Central, como principal zona afectada. Solo aquí, dos fuegos -en las parroquias de Requeixo y Parafita- han consumido 6.300 hectáreas, el equivalente a más de un tercio de la superficie de este pequeño municipio de apenas 450 habitantes. Otros concellos afectados son Oímbra (2.500 Ha), Maceda (1.700 Ha), y A Mezquita (2.000 Ha).La preocupación de la Xunta se centra en las condiciones climáticas y la previsión para los próximos días, que va a mantener las temperaturas extremas, la baja humedad y los vientos fuertes y racheados, ingredientes que hacen muy difícil las tareas de extinción. El presidente gallego, Alfonso Rueda , ya reconocía este martes que la situación va a ser «muy complicada», si la meteorología no da tregua. En lo que va de mes «se están apagando entre 30 y 35 fuegos diarios».Los tres brigadistas de Oímbra (Orense) heridos con quemaduras e ingresados en el Complejo Hospitalario de La Coruña evolucionan favorablemente dentro de su estado grave, incluido el joven de 18 años al que el fuego ha afectado al 60% de su cuerpo. Un cuarto brigadista, del operativo de la Xunta, sufrió un accidente con un vehículo de extinción, aunque su pronóstico es bueno. También pudieron volver a su residencia los mayores desalojados por prevención el miércoles en A Mezquita, así como los jóvenes que participaban en un campamento en la estación invernal de Manzaneda. El fuego también ha afectado a las comunicaciones por autovía y ferrocarril: Renfe ha suspendido la línea Madrid-Galicia.Abren una vía de evacuación en el pueblo asediadoAl cierre de esta edición, se complicaba la situación en Extremadura, otra de las comunidades asediadas por el fuego en la península. Preocupaba, y mucho, el de Jarilla, que se ha reactivado en las últimas horas y rodeó el municipio cacereño de Cabezabellosa donde los vecinos se negaban a abandonar su casa. María Guardiola , la presidenta de la Junta de Extremadura, rogó a través de las redes sociales a los vecinos que abandonen sus hofares y siguieran las indicaciones de las autoridades. «Por favor, máxima colaboración», pidió anoche la presidenta , mientras el territorio se preparaba para una noche «crítica».El ejecutivo autonómico ordenó la evacuación de sus más de 300 vecinos, pero algunos, por decisión propia, se mantuvieron en sus casas, desoyendo a las autoridades. El problema fue que «ni siquiera la Guardia civil tiene condiciones de seguridad óptimas» para rescatar a quienes permanecen dentro. El consejero de Presidencia de la Junta de Extremadura, Abel Bautista , dijo que esas personas «se han puesto en riesgo a ellas mismas», a sus familiares y a todo el operativo desplegado en la extinción.La prioridad era encontrar una «vía de evacuación» que ofrezca todas las garantías a los vecinos. La Guardia Civil la encontró a primera hora de la noche. El fuego ya había arrasado más de 1.200 hectáreas y, sobre la zona, trabajan más de 300 efectivos, que cuentan con el apoyo de la UME, de la que se espera la llegada de una nueva sección de unos 70 efectivos. La peligrosidad de las llamas obligó a evacuar también a los vecinos de Jarilla y Villar de Plasencia. En base a la última actualización oficial de la Junta de Extremadura, al final de la tarde, al margen del incendio de Jarilla, había otros cinco activos.

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