La provincia de Orense enfrenta una situación crítica con varios incendios activos que han calcinado más de 20.500 hectáreas en las últimas horas. Los fuegos más importantes se concentran en los municipios de Chandrexa de Queixa, Maceda, Vilar de Cervos, A Granxa y A Mezquita , con algunos focos que han duplicado su extensión durante la noche. Toda la provincia permanece en nivel 2 de alerta para permitir una mayor movilización de medios y recursos, incluyendo la llegada de dos aviones cisterna Canadair enviados desde Francia. La virulencia y rapidez de propagación de estos incendios pone de relieve la dificultad que enfrentan los brigadistas para controlar los fuegos y proteger tanto el medio natural como las zonas habitadas.El verano de 2025 se presenta especialmente complicado para las labores de extinción en Galicia. «Este año está siendo especialmente duro en materia de incendios, al igual que el 2022», comenta un miembro de la Unidad Militar de Emergencias , que prefiere mantenerse en el anonimato. Según explica, su labor diaria se centra en atender las emergencias, ajenos a los conflictos burocráticos que rodean su situación: « Nosotros de política no nos enteramos de nada , estamos todos el día a lo que nos mandan y nuestra labor ahora son los incendios«.Noticia Relacionada estandar No Detenido un pirómano que provocó seis incendios en un pueblo de Málaga este verano J. J. Madueño El detenido fue enviado a prisión después de que confesara que era el autor de los fuegos en el municipioA él no le sorprende la virulencia de los fuegos recientes porque lo ha visto en otros frentes de fuego. La historia se repite, año tras año y él estaba allí también: «Lo hemos vivido en Zamora, en la Sierra de la Culebra en 2022 , o el de Castrocontrigo en León en 2012 «. Recuerda que estos episodios »sirvieron de aprendizaje«, pero reconoce que factores como la falta de lluvias, el viento constante y la densidad de la vegetación hacen que los incendios de este verano sean más difíciles de controlar y más peligrosos para zonas habitadas.La presión sobre los militares se ha visto intensificada por desplazamientos prolongados y turnos extensos. «Este año está siendo especialmente duro porque venimos de estar cinco meses en Valencia « explica, refiriéndose a la intervención de equipos de la UME durante la DANA que afectó gravemente a la región valenciana. Aquella emergencia implicó jornadas maratonianas de trabajo para rescatar a personas, limpiar infraestructuras y controlar inundaciones. Ahora, regresan a Galicia y se enfrentan a incendios de gran virulencia, con la fatiga acumulada y la necesidad de mantener un rendimiento máximo en condiciones igualmente extremas .El personal también reconoce las limitaciones de los recursos disponibles. «No sé si las herramientas que tenemos son las mejores, pero desde luego lo damos todo con lo que tenemos», afirma, haciendo hincapié en el compromiso y el esfuerzo del equipo frente a las dificultades. Aun así, insiste en la necesidad de reforzar los medios y la prevención para reducir la peligrosidad de los incendios: «En cuanto a los medios disponibles, considero imprescindible reforzar de manera significativa la prevención, así como aumentar los recursos destinados a ello. No cabe duda de que debemos priorizar la prevención y dotarla de los medios necesarios para que sea verdaderamente efectiva».Los miembros de la Unidad Militar de Emergencias declaran cansancio físico y emocional consecuencia de la lucha contra fuegos de gran intensidad, especialmente en jornadas prolongadas y bajo condiciones difíciles: « Anoche casi no lo contamos », recuerda, dando cuenta del riesgo y la exigencia que enfrentan día tras día. Los incendios en Galicia no solo representan un desafío inmediato para los miembros de la UME, sino también un riesgo constante para el medio natural y las poblaciones cercanas, como se ha visto en episodios recientes en diversas provincias. La labor de los brigadistas combina rapidez, coordinación y resistencia, a menudo en situaciones extremas y con recursos limitados, recordando que detrás de cada intervención hay un equipo comprometido que trabaja al límite de sus capacidades.Las declaraciones de este militar reflejan la realidad de un colectivo que, año tras año, enfrenta temporadas complejas. Pero la situación de los incendios en Galicia no solo depende del esfuerzo de los brigadistas : solo combinando preparación, inversión en medios y coordinación entre administraciones será posible reducir el impacto de los fuegos y proteger tanto a las poblaciones como al valioso patrimonio natural de la región.

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