Lambán, el anarquista que se enamoró de Felipe y se despidió enfrentado a Sánchez

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Lambán, el anarquista que se enamoró de Felipe y se despidió enfrentado a Sánchez

Francisco Javier Lambán Montañés ha fallecido cuando le faltaban apenas para cumplir 68 años. El cáncer contra el que peleaba desde hace años, y que anunció públicamente en 2021, ha acabado con su vida, y al mismo tiempo con su carrera política, que ha exprimido hasta su último aliento vital. Apeado hace un año de la presidencia del Gobierno de Aragón después de las elecciones autonómicas del 28 de mayo de 2023, en la que le sucedió el popular Jorge Azcón en un Ejecutivo de coalición con Vox, Lambán recaló como senador autonómico en la Cámara Alta, mientras seguía como secretario general del PSOE de Aragón, cada vez más distanciado del líder del partido, Pedro Sánchez, y de toda su dirección. En parte por la renovación de su liderazgo orgánico, que acabó perdiendo, no él personalmente, pero sí su espacio en favor de la elegida por Ferraz, la ministra Pilar Alegría este mismo año, pero en parte también, o sobre todo, por sus profundas discrepancias con la política territorial y de alianzas de Sánchez. Había llegado a liderar su partido a nivel autonómico en 2012, sustituyendo entonces al también expresidente regional, Marcelino Iglesias. El 14 de mayo de 2024, consumido por la enfermedad y sabedor de que su tiempo se acababa, decidió guiarse por su conciencia y no acudir a la Cámara Alta para evitar un voto a favor de la amnistía a Carles Puigdemont. Recibió la correspondiente multa del Grupo Socialista, de 600 euros, después de haberle explicado las razones de su actitud al portavoz socialista en el Senado, Juan Espadas, en una carta que se hizo pública, y en la que explicó que «como español, como aragonés y como socialista, he venido oponiéndome repetidamente a esa ley. Las razones las he expuesto estos meses pasados hasta la saciedad: en mi modesta opinión, vulnera la igualdad de todos los españoles ante la ley; pone en quiebra la separación de poderes, clave de la democracia y, en última instancia, socava la autoridad moral y política del Estado para hacer frente ahora y en el futuro al independentismo, que no dejará nunca de intentar la vía de la secesión porque forma parte de su razón de ser». Sus palabras sonaban a epitafio político, y seguramente lo eran. Como también el libro que ha publicado el año pasado, el último de su vida, con La Esfera de los Libros, ‘Una emoción política. Memorias de un servicio a Aragón y España’. Una obra en la que explica sus orígenes personales y políticos. Noticias relacionadas estandar No Sánchez habla de «gran pesar» y «huella imborrable» en un mensaje muy institucional David Yagüe estandar Si Entrevista La última entrevista de Javier Lambán en ABC: «Lo de Santos es la gota que colma el vaso» Érika MontañésEn este 2025, con cada vez menos apariciones públicas siguió mostrando un perfil público combativo contra Sánchez y sus cesiones, denunciando, por ejemplo, el pasado mayo la «obsesión enfermiza» por controlar a sus barones del presidente.Una español ruralLambán fue un español rural, de Ejea de los Caballeros, un municipio de Zaragoza que en sí mismo ejemplifica la especificidad de una región como la aragonesa, vasta en territorio y precaria en población . Se trata del octavo municipio de la comunidad y uno de los más extensos de España, pero con apenas 17.000 habitantes. Y eran mucho menos aún, aproximadamente la mitad, cuando Lambán vino al mundo, justo en los albores del Plan de Estabilización de 1959, elaborado por los conocidos tecnócratas del franquismo, tal y como él mismo enfatiza en esas memorias: «Le leía hace poco al escritor Juan José Millás que las políticas de los ministros tecnócratas del Opus Dei, con López Rodo [Laureano] a la cabeza, supusieron para el medio rural el mayor cambio experimentado desde el Neolítico. Es cierto». Y abundando en esa reflexión, el expresidente aragonés argumentó así sobre un asunto eterno, el conflicto territorial en España: «Porque no hay una España ‘vacía’ y otra ‘llena’ . Hay una España privilegiada por el Estado desde el siglo XVIII y, sin embargo, permanentemente instalada en la queja y el agravio, y una España postergada por ese mismo Estado, cuyo creciente dinamismo no tiene por parte de éste el reconocimiento y el apoyo que merecería por el bien del propio Estado y de la nación». Su posicionamiento combativo contra el nacionalismo catalán , por tanto, no respondió en su caso a tacticismo alguno y sí a una convicción profunda, influida por su origen. En la segunda quincena de mayo de 2024, Lambán se despidió de la política con la citada carta contra la amnistía, y días después con la presentación de su libro de memorias en Madrid, donde ya muy desmejorado compareció con los representantes de lo que se ha venido en llamar la vieja guardia socialista, o los críticos del PSOE. Allí estuvieron el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, el exlíder de los socialistas vascos, Nicolás Redondo, expulsado ya del partido por sus críticas a Sánchez, el expresidente de Asturias, Javier Fernández y también los dos dirigentes más importantes del PSOE en la segunda mitad del siglo XX: Felipe González y Alfonso Guerra. El expresidente del Gobierno señaló que «si multan a Lambán me multan a mí» , y al día siguiente, en su sonada entrevista en el programa de televisión ‘El Hormiguero’, tuvo palabras de elogio a la «honestidad» del líder de los socialistas aragoneses. La providencial figura de Felipe GonzálezComo para todos los socialistas de su generación, González fue una figura muy importante en la vida de Lambán . Pero en su caso casi providencial. Como relata el biógrafo oficial del histórico líder socialista, Sergio del Molino, en su libro ‘Un tal González’, un joven Lambán, para entonces de convicciones anarquistas, irrumpió en un mitin de González en la campaña de las primeras elecciones de 1977 junto a algunos compañeros de la CNT con el objetivo de boicotearle. Pero la oratoria y los planteamientos que escuchó de boca del político sevillano en la plaza de toros de Zaragoza le hicieron dudar, experimentar una caída del caballo casi religiosa y terminar engrosando la militancia del PSOE. Allí comenzó una carrera que se forjó en el ámbito municipal, como concejal de su pueblo desde 1983, después de las segundas elecciones municipales, y que llegó a su cénit en 2015, cuando después de las elecciones autonómicas se convirtió en presidente de Aragón, cargo que revalidó cuatro años después. La primera vez no ganó las elecciones y pactó con la Chunta Aragonesista, Podemos e Izquierda Unida; la segunda sí se impuso en las urnas y alcanzó su investidura con los mismos socios y un añadido clave, el Partido Aragonés, el célebre PAR. La recuperación de los bienes del Monasterio de Sijena, depositados en Cataluña, fue uno de los hitos de los que más presumió. En 2022, en el que a la postre sería su penúltimo año como presidente autonómico, sus discrepancias con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, frustraron el proyecto de que ambas comunidades albergasen los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030. Justificó su negativa «por dignidad» y denunció que se pretendía privilegiar a una parte de los Pirineos frente a la otra. E inclusó tildó de «insulto a la inteligencia» los argumentos del presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, quien negaba ese desequilibrio en la sede de las competiciones. Siempre el conflicto territorial y el antagonismo con el nacionalismo catalán.Durante sus ocho años en la presidencia, y en coincidencia con sus homólogos y correligionarios Page y Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura, representó el sector más crítico con Sánchez , el que terminó forzando su dimisión como secretario general en octubre de 2016, después de un famoso Comité Federal, y el que a partir de 2017, tras el retorno del hoy presidente del Gobierno al puesto de mando en Ferraz, terminó cada vez más arrinconado. Más de una vez, y la última en la citada presentación de su libro, lamentó que el sucesor de Alfredo Pérez Rubalcaba en 2014, cuando Sánchez se impuso en unas primarias a Eduardo Madina, no hubiese sido Javier Fernández, quien en la crisis de 2016 lideró la Gestora provisional socialista. «Mejor le hubiera ido a España» , afirmó sin tapujos, en una confesión que le distanció más si cabe del actual líder de la formación. Lambán quiso otro PSOE, o la vuelta del que conoció cuando se afilió al mismo, pero no le ha dado tiempo de alcanzar ese propósito.

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