Las Campos: vacaciones con Málaga en el corazón

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Las Campos: vacaciones con Málaga en el corazón

Los veranos de la familia Campos han estado estrechamente ligados a algunos de los destinos más emblemáticos del litoral español, lugares que no sólo han servido como escenario de descanso, sino también como puntos de encuentro, separación, recuerdos familiares y hasta platós improvisados de la crónica rosa. María Teresa Campos, la matriarca indiscutible del clan , siempre mantuvo un vínculo especial con su querida Málaga. Desde sus primeros años de éxito profesional, y hasta bien entrada su jubilación, eligió veranear en Pedregalejo, un antiguo barrio de pescadores que conserva aún el sabor tradicional de la ciudad. Allí compró un apartamento frente al mar, al que bautizó con cariño como su ‘refugio malagueño’ . Las imágenes de la periodista paseando por el paseo marítimo o comiendo espetos de sardinas en los chiringuitos locales eran habituales cada mes de julio. Ese rincón, alejado del bullicio mediático, era su espacio de desconexión y también el punto de reunión de sus hijas y nietos.te recomendamos Dinastías de verano Del glamour de Marbella a la serenidad de Maldivas: así veranea Isabel Preysler Antonio Albert Dinastías de Verano Los secretos de verano de la Casa de Alba: De las playas de Ibiza a las tertulias literarias en Extremadura Antonio AlbertNo obstante, antes de fijar su descanso estival en Málaga, María Teresa pasó muchos años disfrutando de Mallorca, otro de los destinos clásicos de la familia. El paraíso balear fue, durante la década de los noventa, uno de los lugares preferidos de la presentadora, que se alojaba en hoteles de lujo cerca de Puerto Portals. Se dejaba ver en cenas con amigos, paseos por el puerto o salidas a navegar . A diferencia de su retiro malagueño, Mallorca representaba para ella un verano más glamuroso, donde combinaba descanso y vida social.Marbella fue, sin duda, el otro gran enclave del mapa estival de las Campos, especialmente para sus hijas. Terelu Campos, desde sus primeras apariciones públicas, ha tenido una relación constante con la ciudad marbellí, a la que ha regresado verano tras verano. La Milla de Oro, los beach clubs, los hoteles cinco estrellas y las terrazas de moda fueron testigos tanto de sus mejores momentos como de otros más discretos. En Marbella no sólo veraneaba, también trabajaba: muchas de sus entrevistas y reportajes veraniegos para las revistas se realizaron allí, convirtiéndose en un decorado perfecto.Carmen Borrego, aunque menos asociada al circuito de la jet set, también se dejó ver en Marbella, especialmente en los veranos más mediáticos. Sin embargo, su vínculo más fuerte ha sido siempre con Málaga, donde se sentía más cómoda y protegida. En los últimos años, incluso cuando las tensiones familiares la alejaron de Terelu o de su hijo, Carmen ha regresado fielmente a Pedregalejo . Allí ha encontrado consuelo, primero junto a su madre, y ahora en su ausencia. Los veranos en Málaga son, para ella, un espacio de reconexión con sus raíces, aunque no siempre exentos de atención mediática. Claro que en esos casos casi siempre es ella quien va en su busca.A lo largo de los años, otros destinos se han sumado de forma puntual al recorrido vacacional de las Campos. Ibiza, por ejemplo, fue durante un tiempo una escapada frecuente para Terelu y sus amigas, aunque menos recurrente que otras plazas. También Sotogrande, en Cádiz, acogió algunos veranos familiares, más tranquilos y alejados de los focos. Junto con su grupo de amigas, ‘Las chicas de los jueves’, ha acudido algún verano a casa de sus íntimos Gonzalo y África, en Campoamor, Alicante. De hecho, fue allí donde pasó un verano marcado por la quimioterapia, y en el que reconoció que iba a la playa «con seis litros de gazpacho, cuatro ‘tuppers’ de ensaladilla rusa y más de veinte filetes ruso». Vamos, Terelu no pasaba hambre bajo la sombrilla.María Teresa Campos y Edmundo Arrocet en Málaga gtresEn los últimos veranos, tras la pérdida de María Teresa, Málaga ha cobrado un significado aún mayor para la familia. La tradicional procesión de la Virgen del Carmen, el 16 de julio, se ha convertido en una cita simbólica para las hermanas, que acuden cada año con discreción y respeto. Allí, frente al mar que tanto amó su madre, Terelu y Carmen encuentran un momento para rendirle tributo , más allá de las diferencias y los altibajos.Por su parte, Alejandra Rubio, hija de Terelu, ha ido forjando su propia ruta veraniega. En su juventud, veraneó en Marbella y Málaga con su madre , pero en los últimos años ha optado por destinos más acordes a su generación. Siempre se reservaba unos días para volver al piso de Pedregalejo, el mismo donde pasaba los veranos de niña con su abuela. Alguna escapada a la Costa Brava o a Formentera se ha sumado a su mapa personal, aunque este años se la ha visto junto a Carlo Costanzia y su hijo en Ibiza en su rincón favorito, el Monkey Club , un restaurante de toques parisinos en el que se celebra un espectacular show neo burlesque.Alejandra Rubio con su novio, Carlo Costanzia, y su bebé gtresMientras tanto, su madre y su tía mantienen en los kioscos un duelo de portadas que las convertido en protagonistas de la crónica social del verano: Carmen Borrego ha posado en bañador y ha dedicado una colección de dardos a su sobrina Alejandra. De nuevo, el tema de las operaciones ocupa un lugar importante, aunque deja un titular: «No vivo de mi cuerpo, ni quiero». Por su parte, la polémica sobre el uso del ‘photoshop’ en la foto de Terelu, que se ha atrevido con el bikini, ha alimentado mil polémicas, Sus declaraciones, también: «Echo de menos los besos y las caricias de un hombre» . Pero Terelu anda muy ocupada este verano, en que el que no tiene vacaciones ya que ha vuelto a ocupar su puesto como presentadora gracias al programa ‘Fiesta’ (para su debut no dudó en rendir homenaje a su madre usando unos zapatos suyos, adaptados para la ocasión). Carmen y Terelu, en ‘Lecturas’, duelo de titanas al sol.

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