El enfriamiento del ‘procés’ en Cataluña ha llevado aparejado una muy notable disminución de la simbología independentista en los espacios públicos. Las ‘ esteladas’ y pancartas que jalonaron los balcones ya no son tan numerosas, si bien en determinadas zonas, donde el secesionismo sigue siendo hegemónico, parece que aún se viviese en 2017.Es el caso, por razones obvias, del municipio de Amer (Gerona), de donde procede la familia del expresidente de la Generalitat fugado a Bélgica Carles Puigdemont. Con motivo de la fiesta mayor del pueblo, por ejemplo, se ha colgado una gran lona del Rey Felipe VI colgado boca abajo , la manera habitual de expresar el rechazo a la Corona. Se trata de la misma pancarta que se colgó, a iniciativa de la ANC, durante la fiesta mayor de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) el pasado 6 de agosto, en el marco de la campaña «Catalunya no té rei», y anteriormente en las fiestas de la Patum de Berga (Barcelona).En Amer, en el mismo espacio estuvo colgada durante años una gran lona con un retrato de Carles Puigdemont y el lema ‘no surrender’, una pancarta que en 2024 fue vandalizada, acto que fue respondido por algunos vecinos colgando una nueva lona con el lema ‘Puta Espanya’.
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