Ucrania se la juega en una cita explosiva entre Trump y Zelenski en la Casa Blanca

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Ucrania se la juega en una cita explosiva entre Trump y Zelenski en la Casa Blanca

El mundo mirará este domingo una vez más a la Casa Blanca, en una jornada que puede ser histórica, dramática o explosiva. O todo ello a la vez. Donald Trump volverá a abrir las puertas del Despacho Oval a Volodímir Zelenski, en una nueva ofensiva del presidente de EE.UU. para llegar a un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania y extirpar el gran quiste de su segundo mandato.Trump prometió decenas de veces en campaña aquello de acabar con la guerra en Ucrania «en 24 horas» y el empeño solo le ha traído dolores de cabeza. El país y su presidente son un incordio, una frustración, una distracción a su agenda política, un derrame de miles de millones de dólares y un signo de interrogante a su marchamo de negociador invencible.Pero quien se la juega de verdad es Zelenski . Trump da señales crecientes haber perdido la paciencia con su homólogo ucraniano y con su causa. El resultado de la cumbre en Alaska del pasado viernes entre Trump y Vladímir Putin fue, ante todo, una noticia pésima para Zelenski. El multimillonario neoyorquino acudió a una base militar en Anchorage bajo la premisa acordada con Ucrania y con sus socios europeos de presionar al dictador ruso para que se avenga a un alto el fuego, con amenazas de «consecuencias severas» si no había pasos decisivos a la paz, pero salió de la cumbre alineado con Putin.Noticias relacionadas estandar Si Trump celebra «grandes progresos» con Rusia y su negociador asegura que Putin acepta las garantías de seguridad para Ucrania Javier Ansorena estandar Si Documentos olvidados por el equipo de Trump en una fotocopiadora confirman que la cumbre con Putin iba a ser más extensa Javier AnsorenaTrump desechó la idea de priorizar un alto el fuego, mientras el Ejército ruso castiga a Ucrania en el frente, y pasó a apostar por un acuerdo de paz definitivo que parece más en los términos de Putin: concesiones territoriales amplias –las regiones de Donetsk y Lugansk al completo, incluidas áreas decisivas como las ciudades de Slovianks y Kramatorsk, donde resiste el Ejército ucraniano– a cambio de congelar las líneas del frente en el resto del país. Y, lo que considera un gran logro la Administración Trump, con la inclusión de garantías de seguridad para Ucrania.«Grandes progresos»En las horas previas a la cita en la Casa Blanca, Trump y los suyos buscaban calentar la reunión con Zelenski con alusiones a los avances en las negociaciones con Rusia, una forma de presionar a Ucrania para que acepte esas condiciones, para que no le agüe la fiesta al multimillonario neoyorquino.Trump aseguró en su red social que hay «grandes progresos sobre Rusia» mientras que su amigo íntimo y negociador líder en los grandes asuntos internacionales, Steve Witkoff , defendió en una entrevista en CNN ayer que Putin ha aceptado garantías de seguridad para Ucrania «al estilo del artículo 5 de la OTAN», lo que es algo con potencial para «cambiar la partida». Tanto Witkoff como Marco Rubio , el secretario de Estado, se pasearon por los platós televisivos en la víspera de la reunión para tratar de alentar la posibilidad de avances en las negociaciones. Con más optimismo Witkoff y con más cautela Rubio, que advertía de que no se está «al borde de un acuerdo de paz» y de que «hay progreso, pero seguimos lejos».Entre declaraciones y filtraciones durante el fin de semana, es evidente que la Casa Blanca busca presionar a Zelenski para que acepte concesiones que hasta ahora han sido inasumibles. «Ucrania tiene que llegar al acuerdo», dijo Trump el viernes tras las cumbre en una entrevista con Fox News antes de que se supiera que ese acuerdo sería en esencia en los términos de Putin. «Mira, Rusia es una gran potencia, y ellos no lo son», advirtió. «Todo va a depender de lo que los ucranianos puedan aceptar», añadió en la misma línea ayer el jefe de la diplomacia estadounidense, en una señal de que el camino al acuerdo es que Ucrania capitule.La bronca de febreroEse es un recorrido complicado al extremo para Zelenski y para las potencias europeas, lo que puede convertir la reunión en la Casa Blanca en un volcán. El antecedente de la reunión entre Trump y Zelenski del pasado febrero no augura grandes resultados. Aquel día acabó con una bronca memorable, iniciada por el vicepresidente de EE.UU., J. D. Vance, y que sacudió los pilares del orden internacional surgido de la Segunda Guerra Mundial.La gran diferencia con la cita del lunes es que Zelenski vendrá con compañía: en un formato desconocido en la Casa Blanca, media docena de líderes y presidentes europeos participarán en la cita . Entre ellos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen ; el francés Emmanuel Macron, el británio Keir Starmer , el alemán Friedrich Merz , la italiana Giorgia Meloni y el finlandés Alexander Stubb , además del secretario general de la OTAN, Mark Rutte .La idea es ofrecer un frente común en apoyo a Ucrania y de fuerza frente a Rusia. Pero el desarrollo y los resultados de la jornada son difíciles de prever. En sus visitas individuales de los últimos meses, los mandatarios extranjeros se han esforzado en agasajar y regalar el oído de Trump. Ahora tendrán que mantener esa unidad y acomodar al mismo tiempo la impaciencia y la intempestividad del hombre más poderoso del mundo.En la víspera, Rubio rechazó la idea de que los europeos acompañan a Zelenski para evitar el matonismo que Trump y Vance ejercieron contra el ucraniano, arrinconado en una butaca del Despacho Oval, en aquella visita de febrero. «Son estupideces de los medios», dijo el secretario de Estado. Pero él, como todos, sabe que la reunión y, con ella, la relación de Washington con Kiev, puede saltar por los aires.

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