En una jornada histórica en el Reino Unido, los votantes han elegido en las urnas este jueves al Partido Laborista para gobernar , después de 14 años de mandatos conservadores, y cuatro años y medio después de que Boris Johnson obtuviera, en el 2019, una arrolladora mayoría absoluta que ahora ha quedado en nada para su formación. Keir Starmer, líder de la fuerza política ganadora, prometió traer cambios a Reino Unido como su próximo primer ministro. «Lo logramos», dijo Starmer en su discurso de victoria. «El cambio comienza ahora… Dijimos que pondríamos fin al caos y lo haremos, dijimos que pasaríamos página y lo hemos hecho. Hoy comenzamos el próximo capítulo, comenzamos el trabajo del cambio, la misión de renovación nacional y empezamos a reconstruir nuestro país».El aplastante triunfo laborista es devastador para los tories, que caen hasta los 120 diputados del total de 650 de la Cámara de los Comunes, su número más bajo desde la Segunda Guerra Mundial; mientras que los laboristas ganan las generales con una mayoría arrolladora de 412 diputados, cuando sólo se necesitan 326 para una mayoría absoluta. Los datos para los otros partidos son 71 para los Liberal Demócratas, 9 para el Partido Nacionalista Escocés, 13 para Reform UK, que entra por primera vez en Westminster, 2 para Plaid Cymru y 4 para los Verdes. Rishi Sunak , hará una declaración en Downing Street alrededor de las 10:30 (11:30 hora Madrid) antes de reunirse con el Rey Carlos para dimitir formalmente. Por su parte, Starmer, se reunirá con el Rey antes de pronunciar un discurso en Downing Street alrededor de las 12.20 locales (13.20 en Madrid).Noticias Relacionadas estandar Si Keir Starmer, de un despacho de abogados al número 10 de Downing Street Ivannia Salazar | Corresponsal en Londres estandar Si ELECCIONES EN EL REINO UNIDO Brexit y Covid: el fatídico lustro que configuró el naufragio ‘tory’ Ivannia Salazar | corresponsal en Londres«A todos los que han hecho campaña por el Partido Laborista en estas elecciones, a todos los que votaron por nosotros y confiaron en nuestro renovado Partido Laborista, gracias», se apresuró a escribir el líder del partido Keir Starmer en un post en la red social X, celebrando en línea con su personalidad comedida un triunfo que ya era esperado y que hará que este viernes se convierta en el nuevo primer ministro británico. Que la muerte de los conservadores haya sido anunciada por las encuestas no hace que sea menos dolorosa para un partido que pasó de querer mantener el poder y cuyo líder Rishi Sunak convocó con esa intención las elecciones el pasado 22 de mayo, a intentar conformarse con ser la oposición de una mayoría no absoluta. Así lo dejó ver Sunak con sus declaraciones de la jornada electoral, a sabiendas de que ayer sería su último día como inquilino de Downing Street, cuando alentó a los votantes conservadores a salir a «detener la supermayoría laborista», en un intento no de evitar la derrota, que todos, incluido él, daban por segura, pero sí de paliar sus consecuencias. »Las urnas están abiertas«, escribió en la red social X. «Vota (partido) Conservador para detener la supermayoría laborista, que significaría impuestos más altos para una generación», dijo, e hizo otra súplica: que los electores lo reeligieran como una «fuerte voz local», una petición que nacía del riesgo previsto de que no sólo dejaría de ser primer ministro, sino de que era posible que se convirtiera en el primer premier en perder su escaño. Pero mientras Sunak hace sus maletas para abandonar Downing Street, a Starmer le esperan horas frenéticas este viernes. Por delante tiene una jornada en la que, prácticamente sin haber dormido, pasará de su casa, que dejará de serlo esta misma tarde, al Palacio de Buckingham y después a la que será su nueva oficina y también nuevo hogar junto a su esposa y sus dos hijos: el número 10. Y es que a diferencia de otros países, donde pasan días o incluso semanas entre la celebración de las elecciones y el comienzo de las funciones del nuevo gobernante, en el Reino Unido todo ocurre de forma inmediata. En unas intensísimas primeras horas, el nuevo primer ministro celebrará la victoria con los suyos, se reunirá con el Rey Carlos III que le encargará la formación de su gobierno , dará su primer discurso delante de la puerta negra del número 10 y recibirá toda la información relevante de su nuevo cargo en una serie de sesiones informativas que incluyen detalles tan complejos como lo relativo a la cuestión nuclear; tan cotidianos como lo que se refiere a su mudanza y a la forma en la que sus dos hijos adolescentes irán al colegio a partir de ahora, o tan simbólicos como que debe asegurarse de tener siempre a mano, tanto en su oficina como en sus viajes, un traje negro y una corbata por si el Rey muere durante su mandato. Y en medio de toda esta actividad, empezará además a recibir las llamadas de felicitación de otros líderes mundiales, que suelen empezar con las naciones aliadas, como Estados Unidos. Los otros ganadores de la jornada fueron los Liberal Demócratas , conocidos como Lib Dems, que repiten como la tercera fuerza parlamentaria aunque con más representantes, y también Nigel Farage , la cara detrás de Reform UK. Farage, conocido como «el arquitecto del Brexit», reivindicó a su partido como el «verdadero cambio político».
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