Con tensión y máxima alerta de las fuerzas de seguridad vive Italia el 25 de abril, Fiesta de la Liberación del nazi-fascismo. No se han cerrado aún las heridas de la guerra civil entre 1943 y 1945, en el contexto de la II Guerra Mundial, y se mantiene todavía un fuerte debate nacional sobre el fascismo y antifascismo. En este clima, se han producido enfrentamientos en algunas ciudades. En Roma ha habido momentos de tensión cerca de Porta San Paolo, que fue el escenario del último intento del Ejército italiano y de los civiles romanos para evitar la ocupación alemana de la capital. Hoy cerca de esa puerta de la antigua muralla romana, manifestantes de movimientos pro Palestina lanzaron piedras y otros objetos a unos 300 miembros de la Brigada Judía que se habían acercado a ese lugar para depositar su tradicional ofrenda floral con motivo de la Fiesta de la Liberación. Al mismo tiempo, los manifestantes gritaron insultos antisemitas y algunas consignas: «Israel fuera de la historia» y «Fascistas». Algunos medios, como ‘La Stampa’, destacan que se vivieron dos horas de «guerra civil» en Roma, en los enfrentamientos entre miembros de la Brigada Judía y manifestantes radicaes pro palestinos. También hubo enfrentamientos en Turín, con puñetazos, empujones y patadas. Un cartel de la Brigada Judía fue roto por manifestantes de centros sociales, antes de que comenzara la tradicional procesión con antorchas, en la noche del 24 de abril, en memoria de la Liberación. La Brigada Judía formó parte también de los partisanos que lucharon contra el régimen fascista y la ocupación nazi. Entre los partisanos de la Resistencia hubo comunistas, democristianos, monárquicos, republicanos, católicos, liberales y militares. La Resistencia al nazifascismo no fue una «cosa de la izquierda», como durante mucho tiempo fue considerada.Noticia Relacionada estandar Si Italia celebra el Día de la Liberación con las heridas aún abiertas Ángel Gómez Fuentes | corresponsal en roma Hoy el presidente de la República, Sergio Mattarella, en un emotivo homenaje los ha llamado «patriotas de la Resistencia». Mattarella acudió a Val di Chiana, municipio de 8.787 habitantes de la provincia de Arezzo en Toscana, uno de los lugares simbólicos de la barbarie nazi-fascista, para recordar a las 244 víctimas de una masacre nazi. El jefe del Estado, hablando en la ceremonia de la conmemoración, recordó que «a diferencia de sus enemigos, imbuidos del macabro culto a la muerte y a la guerra, los patriotas de la Resistencia hicieron uso de las armas para que un día callaran y el mundo finalmente fuera marcado por la paz, por la libertad, por la justicia. Hoy -añadió el presidente Mattarella-, en un momento de gran preocupación, marcado en Europa y en sus fronteras por agresiones, guerras y violencias, confiamos constante y convincentemente en aquella esperanza. Y por eso hay que reiterar: Viva la Liberación, Viva la Libertad, Viva la República«.Altar de la Patria A primera hora de la mañana, el presidente Mattarella colocó una corona de laurel ante la tumba del soldado desconocido, en el Altar de la Patria, en Roma. Estuvo acompañado de la primera ministra, Giorgia Meloni, que en las redes sociales ha lanzado un mensaje contra los totalitarismos, los de ayer y hoy: «En el día en que Italia celebra la Liberación, que con el fin del fascismo sentó las bases para el retorno de la democracia, reiteramos nuestra aversión a todos los regímenes totalitarios y autoritarios. Los de ayer, que oprimieron a los pueblos de Europa y de todo el mundo, y los de hoy, a quienes estamos decididos a oponernos con compromiso y valentía. Seguiremos trabajando para defender la democracia y para una Italia finalmente capaz de unirse sobre el valor de la libertad». Bajo el post de la primera ministra se ha desencadenado una ola de insultos y de odio contra Giorgia Meloni por parte de quienes han hecho oídos sordos de su condena de los totalitarismos y su llamada a la unidad de los italianos. Tampoco han reconocido la posición definida de la líder de Hermanos de Italia, que marca en su mensaje el distanciamiento del Gobierno Meloni de las acusaciones de fascismo que, repetida y frecuentemente, le llueven sobre ella y su partido desde la oposición política. Hoy el filósofo y exalcade de Venecia, Massimo Cacciari , de izquierda, a quien ciertamente nadie le puede acusar de simpatías hacia Giorgia Meloni, ha manifestado que «ya no tiene sentido» hablar de fascismo y, por lo tanto, «no tiene sentido pedir a la gente que se declare antifascista». En una entrevista al ‘Corriere del Veneto’, el filósofo señala que «es inevitable que durante la campaña electoral se puedan intentar todos los medios para atacar al adversario, pero desde un punto de vista cultural e histórico no sirve de nada, no hay peligro fascista». El filósofo Cacciari, uno de los intelectuales italianos más notables, señala que «basta de pedir a Giorgia Meloni patentes». La más recurrente por parte de la oposición es que la primera ministra debe decir: «Me declaro antifascista». Aunque ella ha reiterado en muchas ocasiones su condena del fascismo. De forma tajante, Massimo Cacciari afirma que «quien hoy es verdaderamente fascista es un pobre idiota, desconectado de la realidad: tal vez los haya pero son pocos. Y ciertamente Meloni no lo es». Cabe reseñar también incidentes en la manifestación de Milán, organizada por la Asociación Nacional de Partisanos de Italia (ANPI). Algunos manifestantes a favor de Palestina lograron superar el cordón policial en la Plaza del Duomo y se enfrentaron con miembros de la Brigada Judía, con intercambio de insultos y golpes. «Intifada hasta la victoria, los sionistas fuera de Gaza» , gritaron los radicales pro Palestina. Tuvo que intervenir la policía para restablecer la calma. Igualmente, el vandalismo se registró en la manifestación de Bolonia, donde se quemaron algunos carteles electorales con la fotografía de la primera ministra, Giorgia Meloni.
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