Vox consuma su amenaza al PP y abre un cisma en la derecha

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Vox consuma su amenaza al PP y abre un cisma en la derecha

El órdago de Santiago Abascal , lanzado a cuenta del reparto voluntario de menores inmigrantes a las comunidades autónomas se tornó este jueves en realidad, confirmada la ruptura en los cinco gobiernos regionales donde Vox compartía responsabilidad con el Partido Popular (PP). Adiós al proyecto compartido que nació envuelto en polémica y que saltó anoche por los aires, abriendo un cisma en la derecha de desconocidas dimensiones. Los pasillos del Congreso se convirtieron a primera hora en un hervidero de confidencias . Lo son siempre, pero la amenaza de ruptura de los gobiernos autonómicos por parte de Vox la noche anterior hurtó el protagonismo al Hemiciclo y redobló la actividad habitual en esos mentideros, donde unos y otros trataban de colocar su relato. Su versión de vencedores y vencidos. « Feijóo no soporta que le digan cada semana en el Congreso que gobierna con la ultraderecha », afirmaba una persona próxima a la cúpula de la formación derechista. Una acusación que centraría buena parte del discurso de Santiago Abascal tras la reunión de la dirección del partido en la que se confirmó el divorcio con el PP. «El Comité Ejecutivo constata que los acuerdos nacionales con el Partido Popular están rotos como consecuencia de la agresión de Feijóo y acuerda retirar el apoyo parlamentario a los acuerdos en los gobiernos de Aragón, Castilla y León, Extremadura, Región de Murcia y Comunidad Valenciana . Los cuatro vicepresidentes anunciarán su dimisión y Vox pasará a la oposición tan leal como contundente al igual que en el resto de España», señaló el presidente del partido. El discurso fue breve y contundente, pronunciado con solemnidad y rodeado de toda su cúpula directiva, pero sin presencia de medios. En el mismo, Abascal volvió a apuntar a Alberto Núñez Feijóo, al que acusó de obligar a los barones populares a votar en contra de sus convicciones. «El señor Feijóo ha creído oportuno pactar permanentemente con el autócrata (como denominó a Pedro Sánchez ). este jueves [por el miércoles] obligó a sus presidentes autonómicos a pactar con Sánchez un nuevo reparto de menas ilegales. Lo hizo a sabiendas de que a su socio de gobierno en varias regiones de España eso no le gustaba. Que no estaba de acuerdo y le ocasionaba una gran preocupación. Se lo habíamos advertido por activa y por pasiva . Lo hizo, además, obligando a sus presidentes autonómicos a mentir y a confundir a su socio y lo hizo condenando a la inseguridad, al efecto llamada, a las okupaciones y la delincuencia a todos los españoles de esas regiones», apuntó. Desconcierto en el PPDiscurso que continuó por la senda más cruda, de nuevo con acusaciones al PP. «Es imposible pactar con el que no quiere hacerlo. Con el que pretende imponernos unas políticas de fronteras abiertas. Nadie ha votado a Vox, y me atrevo a decir que nadie ha votado al Partido Popular, para que continúe la invasión de inmigración ilegal y de menas . Si el señor Feijóo quiere estafar a sus electores y seguir aplicando políticas socialistas y globalistas, allá él. Nosotros no vamos a hacerlo», concluyó. El anuncio, más duro de lo previsto, no pilló por sorpresa en Génova, donde se esperaba el desenlace, aunque sí causó desconcierto el ataque feroz a Feijóo . La dirección nacional del PP se había ido haciendo a la idea con el paso de los días y este jueves parte de esa cúpula mostraba su alegría por la marcha de los consejeros de Vox. « Nuestra solidaridad ha estado por encima de las amenazas y hemos demostrado firmeza en nuestros principios. No es el PP quien manda a Vox a hacer oposición, es Vox quien decide hacer oposición al PP», explicaba una persona cercana a la dirección, quien advertía del peligro al que se enfrentan ahora los derechistas. «Hace unos años, Vox se afanó en hacer oposición de manera intensa a Isabel Díaz Ayuso cuando ella no tenía mayoría absoluta y ahora la tiene; también hace años, Ciudadanos traicionó la confianza del PP pese a gobernar con nosotros en varias autonomías y no ha sido un acierto para ellos», señala esa misma persona, anticipando una idea que fue tomando fuerza durante la jornada entre los diputados populares. Porque, lejos de ver la ruptura como una desgracia, en el PP se entendía este jueves como una oportunidad para seguir creciendo. Hasta ahora, la estrategia desde Génova había sido la de escarbar en el caladero del centro , metiendo el dedo en el ojo del PSOE, pero ahora se le abre la oportunidad de rascar también a su derecha, en busca de los desencantados por un divorcio que entienden exagerado. «Vox rompe el Gobierno de Aragón por 20 menores y el de Murcia por 16. No parece una cifra muy elevada como para echar por tierra la estabilidad parlamentaria de las comunidades que gobernamos. Quien quiere romper un gobierno por este motivo es que quiere romper ese gobierno por lo que sea y pase lo que pase», desvelaba este jueves una fuente consultada. En total, el número de menores que ha provocado la salida de Vox de los ejecutivos autonómicos es de 110: 21 en Castilla y León, 23 en la Comunidad Valenciana, 16 en Murcia, 20 en Aragón y 30 en Extremadura . Reacción de los territoriosAlberto Núñez Feijóo, que se enteró de la noticia en compañía de parte de su equipo de confianza tras abandonar un acto de homenaje a Miguel Ángel Blanco en Madrid , comparecerá esta mañana en la sede del partido para valorar la salida de Vox de los gobiernos compartidos. La que no se hizo esperar fue la reacción en los territorios. Los barones del PP, conscientes de la amenaza –comunicada en varios casos por los propios vicepresidentes de Vox– habían ido trabajando durante todo el día con la tesis de la ruptura. En Aragón, por ejemplo, el equipo de Jorge Azcón había diseñado antes del discurso de Abascal un nuevo organigrama, incluidos los posibles sustitutos de Alejandro Nolasco –vicepresidente de Vox– y el otro consejero de la formación derechista. También Carlos Mazón , presidente popular de la Comunidad Valenciana, tenía todo listo ante la posible salida de su socio de gobierno. «El Partido Popular va a seguir liderando el cambio en la Comunidad Valenciana sin ninguna duda y va a continuar gobernando para todos», apuntó tras el anuncio de Abascal. Por su parte, Alfonso Fernández Mañueco , presidente de Castilla y León, tachó de «injustificada e incomprensible» la decisión, «enmarcada en la estrategia nacional de Vox que ha antepuesto sus intereses electorales a los de los castellanos y leoneses». En Extremadura, María Guardiola prefirió esperar a este viernes para dar su versión de lo ocurrido, al igual que el murciano Fernando López Miras. Fuentes de estos gobiernos regionales alejaban, eso sí, la posibilidad de un adelanto electoral y apostaban más por activar un plan alternativo, sustituyendo a los consejeros de Vox e intentar gobernar en minoría, buscando apoyos puntuales en otros grupos. Por otra parte, fuentes de Vox no descartaban este jueves romper también en los ayuntamientos que comparten con el PP. «Si se meten en eso [en referencia al reparto de menores inmigrantes], tendremos que tomar medidas », señalaron. En la actualidad, ambos partidos se reparten responsabilidades en alrededor de 114 consistorios, algunos de capitales autonómicas y provinciales –como Valencia, Valladolid, Toledo, Burgos, Guadalajara, Huelva o Ciudad Real– y de grandes ciudades incluso mayores como las madrileñas Móstoles y Alcalá de Henares o Elche (Alicante). La amenaza de ruptura en estas instituciones tampoco se entiende en Génova, donde apuestan por mantener unos pactos «que se están cumpliendo escrupulosamente».

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