Morante fue la puntilla y ahora es el remedio contra una temporada taurina que iba camino de languidecer. La confirmación de su vuelta a los ruedos vuelve a reactivar las ferias y reanima a una afición que ante la dudas generadas en torno a su presencia dejó de pasar por la taquilla. Tal prevención viene a confirmar el papel que juega Morante de la Puebla como primerísima figura del escalafón –junto a Roca Rey–, así como la falta de reemplazos durante unos meses en los que Juan Ortega ha sido la opción preferente de muchos empresarios, aunque el joven torero sevillano no haya aprovechado la coyuntura para afianzarse como uno de los grandes del momento. Vuelve este martes el torero de La Puebla del Río en Santander como pistoletazo de salida a un intenso mes de agosto , coincidiendo su anuncio con el inicio de la venta de entradas sueltas para la feria de El Puerto de Santa María cuyas colas rápidamente terminaron rodeando el coso gaditano.El último genio del toreo comunicó a través de su apoderado el pasado 7 de junio que dejaba de torear « hasta que su salud lo permita ». Podía tardar unas semanas o toda la vida. Finalmente han sido dos meses y medio, convertidos en una eternidad para la afición y la vitalidad del arte de torear. Su calvario psicológico le hizo creer que había perdido su innato e inexorable espíritu torero. Antes de aquello había explicado a ABC que « el toreo es una buena medicina, pero no cura ». Tras desaparecer del mapa, desconectar profesionalmente y oxigenarse personalmente, Morante ha vuelto a torear como medicina contra ese cuadro depresivo que con mucha dificultad a veces logra dejar atrás. Se lo han vuelto a recomendar los médicos: « Nos dicen que lo mejor es volver a torear cuanto antes », lo explica Pedro Jorge Marques, apoderado y persona de máxima confianza que ha acompañado al torero durante estas semanas a varias visitas a especialistas españoles y portugueses. Cuando Morante alcanzó la cima en aquella faena suprema al toro Ligerito de Garcigrande – la del rabo de la Maestranza –, su cuerpo ya arrastraba los estragos de las históricas cien tardes del 2022 . Un sobreesfuerzo jamás logrado en sus veinticinco años como matador de toros. Se le notó la pasada temporada y este año, pese a autoconvencerse de que podía superarlo, llegó un momento en que no podía más. « Su ánimo ha mejorado y estamos llenos de argumentos para tirar p’alante », explica Pedro J. Marques a ABC. «Ahora mismo está en un punto de equilibrio que le debe permitir hacer este esfuerzo». Torero y apoderado han pasado la última semana de tentaderos en Salamanca donde ha toreado becerras y estoqueados un par de toros que confirman su buen estado físico, artístico y mental. Las ganaderías de Garcigrande, Domingo Hernández, Galache y Valdefresno han sido algunos de los divanes de esta peculiar terapia . Tras regresar a casa después de una semana fuera, ya preparan las maletas para comenzar un mes de agosto con más de quince corridas . Después de Santander, será Azpeitia el 31 de julio hasta regresar a algunas de sus plazas predilectas: Huelva, El Puerto de Santa María (dos tardes), Marbella …El apoderado explica que no ha sido fácil gestionar esta situación por la necesidad que la patronal mostraba por contar con Morante en sus carteles. Con los contratos enviados desde semanas antes de anunciar su parón, las ferias seguían anunciándose con el torero de La Puebla del Río pese a que Pedro J. Marques advertía que aún no estaba recuperado para regresar a los ruedos. Esta presión afectó aún más en el ánimo del torero, que entendía la prioridad que para muchas ferias era contar con él, pese a que su estado aún no era el más adecuado. Algo así ya pasó durante el invierno, como contó el propio Morante en la única entrevista que ha concedido este año: «Me dicen [los empresarios] que no puedo faltar, que para ellos es muy interesante, muy importante… Total, que con tantos elogios uno acaba tragando. Aunque soy torero y mi obligación es decir que sí cuando me llaman para torear ».
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