Una gran agonía abrió la boca a la momia egipcia de la mujer que grita

Home People Una gran agonía abrió la boca a la momia egipcia de la mujer que grita
Una gran agonía abrió la boca a la momia egipcia de la mujer que grita

No fue consecuencia de un deficiente embalsamiento como se creía. Investigadores egipcios han descubierto que en el proceso para preservar para la eternidad ‘ La mujer que grita ‘,   una famosa momia del Imperio Nuevo llamada así por la expresión de su rostro con la boca abierta, se emplearon materiales importados de gran valor como incienso y resina de enebro, lo que sugiere que su rictus póstumo fue causado por el dolor que sufrió al morir hace unos 3.500 años. Su agonía quedó grabada para la posteridad en ese espasmo cadavérico. El descubrimiento de esta singular momia en Deir El Bahari asombró hace casi un siglo. Durante la expedición arqueológica que el Museo Metropolitano de Nueva York dirigió en 1935 en esta imponente necrópolis situada cerca de Luxor (la antigua Tebas), los arqueólogos excavaron la tumba de Senenmut , el arquitecto y supervisor de las obras reales (y supuestamente amante) de la famosa reina Hatschepsut (1479-1458 a. C.). Bajo la tumba de Senenmut, en una cámara funeraria separada para su madre y otros parientes no identificados, hallaron un ataúd de madera antropoide, pintado pero sin inscripción , que contenía la momia de una mujer de edad madura. Llevaba una peluca negra y dos anillos de plata y oro con sendos escarabeos de jaspe rojo y verde. Lo que sorprendió a los investigadores fue la expresión de su rostro, con la boca abierta, como si estuviera a punto de gritar. De ahí que la bautizaran como ‘La mujer que grita’.Noticia Relacionada reportaje Si Nuevas pistas sobre qué fue el escondite de las momias reales de Luxor Mónica ArrizabalagaDesde 1935, el ataúd y los anillos de la momia se han exhibido en el Museo Metropolitano de Nueva York. La momia de ‘La mujer que grita’, etiquetada como ‘entierro anónimo de la XVIII Dinastía’, se conservó en la Escuela de Medicina Kasr Al Ainy de El Cairo, donde se estudiaron muchas momias reales, incluida la de Tutankamón . En 1988, fue trasladada al Museo Egipcio de El Cairo. Sahar Saleem , profesora de radiología en el Hospital Kasr Al Ainy de la Universidad de El Cairo, y la antropóloga del Ministerio de Turismo y Antigüedades Samia El-Merghani han utilizado técnicas científicas avanzadas para examinar esta momia y sus resultados, que ahora publican en ‘Frontiers in Medicine’ , demuestran que la mujer fue embalsamada con materiales importados y costosos. «Esto, y el aspecto bien conservado de la momia, contradice la creencia tradicional de que el hecho de no extraerle los órganos internos implicaba una momificación deficiente», señala Saleem en un comunicado.Los investigadores emplearon tomografías computarizadas para «diseccionar virtualmente» la momia y estimar su edad, detectar patologías y evaluar su estado de conservación. También usaron técnicas avanzadas como microscopía electrónica de barrido (SEM), espectroscopia infrarroja (FTIR) y análisis de difracción de rayos X (XRD) para identificar los materiales con que fue embalsamada.La investigación llevada a cabo 89 años después del descubrimiento de la mujer momificada revela que la momia todavía se encuentra en buen estado . Tumbada boca arriba, con las piernas extendidas y las manos cruzadas sobre la ingle, a la mujer le faltan varios dientes, que probablemente perdió antes de morir . «Pueden haber sido extraídos», porque « la odontología se originó en el antiguo Egipto , siendo Hesy Re el primer médico y dentista registrado en el mundo», recuerda Saleem.Sufría de artritisLa profesora de la Universidad del Cairo estima que ‘La mujer que grita’ medía en vida 1,54 metros de altura, tenía aproximadamente 48 años en el momento de su muerte y sufría una artritis leve en la columna vertebral.Sahar Saleem junto a la momia de ‘La mujer que grita’ sahar saleemAl igual que los primeros investigadores que examinaron la momia, Saleem no encontró ninguna incisión de embalsamamiento . El cerebro, el diafragma, el corazón, los pulmones, el hígado, el bazo, los riñones y el intestino no fueron extraídos, a pesar de que en el Imperio Nuevo (1550-1069 a. C.) todos esos órganos, salvo el corazón, solían retirarse en el proceso de momificación.El análisis de su piel reveló que la momia de esta mujer había sido embalsamada con enebro e incienso, materiales costosos que tuvieron que ser importados a Egipto desde el Mediterráneo y África oriental o el sur de Arabia. Además, su cabello natural había sido teñido con henna y enebro y la peluca larga, hecha de fibras de la palmera datilera, había sido tratada con cristales de cuarzo, magnetita y albita , para endurecer los mechones y darles el color negro que representaba la juventud para los antiguos egipcios.Es una prueba más de que existió un antiguo comercio de materiales para embalsamar en el antiguo Egipto . «La expedición dirigida por la reina Hatshepsut trajo incienso de Punt (posiblemente Somalia en África). La tumba de Tutankamón también contenía incienso y enebro», recuerda Saleem.El estudio señala que la presencia de estos materiales costosos « contradice la creencia tradicional de que la no extracción de las vísceras implicaba una momificación deficiente» y que los embalsamadores sellaron la boca de forma descuidada o incluso se olvidaron de cerrarla. Aunque no se ha descubierto la causa de su muerte, la profesora egipcia cree que «la expresión facial de gritos de la momia en este estudio podría interpretarse como un espasmo cadavérico , lo que implica que la mujer murió gritando de agonía o dolor». El espasmo cadavérico es una forma de rigidez muscular que se instaura de modo instantáneo en el mismo momento de la muerte y que suele asociarse a muertes violentas en condiciones físicas extremas y emociones intensas.«La mujer que grita es una verdadera ‘cápsula del tiempo’ de la forma en que murió y fue momificada», concluyó Saleem, que en el estudio también explora cómo el rigor mortis, los espasmos cadavéricos, la descomposición del tejido, las técnicas de entierro y las alteraciones post mortem pueden contribuir a la apariencia de gritos de una momia.

Leave a Reply

Your email address will not be published.